Boletín UNAM-DGCS-062
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al
final del boletín
INADECUADA NUTRICIÓN DE LOS MEXICANOS
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Los niños y mujeres son la población más
propensa a desarrollar trastornos alimentarios
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En once años bajaron los índices de
desnutrición, aunque aumentaron los de sobrepeso y obesidad: Leopoldo Vega
Franco, de la FM de la UNAM
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La mala nutrición es consecuencia directa de
la pobreza, la falta de educación de los padres, y del estilo de vida de las
grandes ciudades: advierte la psicóloga Gilda Gómez Peresmitré
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27 de enero, Día del Nutriólogo
La población mexicana presenta
inadecuados índices de ingesta de nutrientes,
y sus principales víctimas son los niños menores de cinco años y las
mujeres de entre 15 y 64 años de edad, quienes presentan exceso de peso, reveló
Leopoldo Vega Franco, investigador de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
A decir del especialista, el
principal problema en este campo ya no es la desnutrición, sino el sobrepeso y
la obesidad –reconocidos como factores de riesgo de varias enfermedades de alta
mortandad en México, como las del corazón–, ocasionados por el consumo excesivo
de alimentos. Estos padecimientos son comunes entre niños y mujeres.
De acuerdo con cifras de la
última Encuesta Nacional de Nutrición, elaborada en 1999 por la Secretaría de
Salud, de 10 millones 612 mil 400 niños con menos de un lustro de vida,
distribuidos en toda la república, el 5.4 por ciento tuvo problemas de exceso
de peso, 0.7 por ciento más que hace once años.
En el caso de las mujeres de
12 a 49 años de edad, la misma fuente revela que para 1999 la mitad de
alrededor de 29 millones de ciudadanas (52.5 por ciento) sufría de exceso de
peso. El aumento en esos once años fue de 17.4 por ciento, si se considera que
en 1988 el índice llegaba al 35.1 por ciento.
En contraste, la desnutrición
experimentó una reducción de casi 50 por ciento entre los niños mexicanos
menores de cinco años, pues si en 1988 alcanzó el 14.2 por ciento de infantes
en esa edad con bajo peso, para 1999 descendió al 7.5 por ciento. No obstante,
el reto institucional es reducirlo hasta el 2 por ciento, como aconsejan los
estándares internacionales.
Para su consecución hace falta
un programa para alcanzar una buena nutrición, que a decir de Vega Franco “es
un componente indispensable para la salud y la vida. Los nutrimentos de la
dieta que consumimos diariamente proporcionan los sustratos indispensables para
mantener un estado de bienestar normal y desarrollar nuestras actividades en
forma óptima”.
Al referirse a este tema, Gilda
Gómez Peresmitré, Jefa de la División de Estudios Profesionales de la Facultad
de Psicología (FP) de la Universidad Nacional, indicó que la mala nutrición es
consecuencia directa de la pobreza, la falta de educación de los padres, y del
estilo de vida en las grandes ciudades.
“Si hablamos de pobreza
extrema –dijo– ahí está la desnutrición. Falta salubridad, aseo y limpieza. Hay
infecciones en muchos lugares de nuestro país. Además, se requiere educación
para la salud, ya que la gente de buena posición económica también puede estar
desnutrida u obesa, no tiene adecuados hábitos alimenticios y, por
consiguiente, los hijos imitan esas conductas.
La salud, junto con la pobreza
y la educación, conforman la gran problemática de nuestro país. Miseria,
ignorancia y enfermedad constituyen el indicador más certero del deterioro de
la calidad de vida de un gran porcentaje de la población mexicana, por lo menos
de un 60 por ciento que se encuentra con los mínimos recursos”, expresó.
Recordó que los hábitos
alimentarios ejercen profunda influencia en el comportamiento de la gente, pues
el antecedente cultural determina lo que hay que comer, así como en qué ocasión
y de qué manera.
Sobre la vida de las urbes,
dijo, el ritmo tan acelerado en que nos encontramos provoca que las familias ya
no coman juntas, cada miembro consume alimentos que muchas ocasiones no son
nutritivos. La condición de las grandes urbes provoca que haya mucha comida
rápida y “chatarra”, con exceso de grasa. Además, hay mucho sedentarismo, pues
los desplazamientos de la gente hacia sus centros de trabajo les toma mucho
tiempo en el transporte.
Según Leopoldo Vega Franco,
los nutriólogos son los profesionistas capacitados para sugerir, cambiar o
modificar los regímenes alimentarios de las personas, con el objetivo de
promover su salud, prevenir enfermedades y lograr un aspecto físico saludable.
Luego de diagnosticar los
distintos procesos metabólicos para el aprovechamiento, transformación y
distribución de los nutrimentos ingeridos por una persona, estos expertos están
en posibilidad de personalizar las dietas de sus pacientes.
Su trabajo se
desarrolla mediante una amplia vinculación con otras disciplinas y le permite
incursionar en hospitales y clínicas, en la administración de servicios
alimenticios de compañías públicas y privadas, en consultorías o en la
administración y capacitación de recursos humanos, e incluso en la docencia e
investigación en instituciones de educación superior.
El 27 de enero
se celebra el Día del Nutriólogo en todo el país, fecha instituida desde la
integración de la Asociación Mexicana de Facultades y Escuelas de Nutriología
hace más de un lustro.
El investigador de la Facultad
de Medicina señaló que hace más de 40 años pocos grupos estaban interesados en
esta ciencia; lo que había eran dietistas. La Universidad de Columbia, en Nueva
York, Estados Unidos, fue la primera institución educativa que abrió una
maestría en nutrición, en 1959.
El también pediatra destacó
que ese posgrado ponía énfasis en bioquímica y tecnología de alimentos, en
investigación de áreas relacionadas con las enfermedades o el desarrollo de
elaboración.
Sin embargo, tuvieron que
pasar más de diez años para que el licenciado en nutrición fuera reconocido
como un profesional en las instituciones de salud en nuestro país.
A su vez, Gilda Gómez
Peresmitré, especialista en trastornos de la alimentación, informó sobre la
presentación de un proyecto relacionado con la opción profesional terminal
denominada Prevención y atención de los trastornos de la alimentación y de la
nutrición, perteneciente al Área de Formación Profesional, que forma parte del
Cambio Curricular de la Licenciatura de Psicología en la propia Facultad de la UNAM.
Este proyecto fue aprobado por
el H. Consejo Técnico en mayo de 2003. Según la psicóloga, el alumno que
termine los semestres básicos de la licenciatura puede optar por terminar su
carrera con una línea sobre prevención y atención de los trastornos de la
alimentación. Con ello el estudiante podrá egresar con habilidades,
competencias y conocimientos que le permita aplicarlos para resolver problemas
específicos y de relevancia social.
Señaló que la prevención es
una de las mejores formas de promover la salud y mejorar la nutrición y, por
consiguiente, la calidad de vida de los mexicanos. Además, en el Posgrado de
Psicología, los doctorantes buscan estrategias efectivas para hacer frente a
los mensajes emitidos a través de los medios de comunicación, pues algunos de
ellos promueven el consumo de productos “chatarra” que en nada ayudan a la
correcta alimentación de los menores.
“A los infantes se les deben
dar instrumentos para prevenir el consumo de ese tipo de productos, para que no
crean que por comer alguno de ellos tendrán un cuerpo delgado o atractivo”,
apuntó.
A decir de la especialista, se
busca hacer a los niños asertivos, es decir, que sepan decidir; además, deben
buscarse estrategias adecuadas para formar audiencias críticas, donde los
infantes se enfrenten a los mensajes emitidos por los medios de comunicación de
manera activa y puedan discernir entre ingerir una comida nutritiva o no.
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PIES DE FOTO
Foto 1
En México, la
población presenta inadecuados índices de ingesta de nutrientes, afirmó
Leopoldo Vega Franco, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM .
Foto 2
La mala nutrición
es consecuencia directa de la pobreza, la falta de educación de los padres, y
del estilo de vida en las grandes ciudades, señaló Gilda Gómez Peresmitré, de
la Facultad de Psicología de la UNAM.
Foto 3
Los niños y las
mujeres son la población más propensa a desarrollar algún trastorno
alimenticio.
Foto 4
El sobrepeso y la obesidad constituyen factores de riesgo de varias enfermedades de alta mortalidad en México, como las del corazón.
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