06:00 hrs. Enero 23 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-054

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA Y TÉCNICA DISTINGUE A ESTE SIGLO DE LOS ANTERIORES: THEOTONIO DOS SANTOS

 

·        En la actualidad, la competencia económica se centra en el quehacer científico, aseveró el economista

·        Quien domine este factor controlará el mercado, sostuvo el académico de la Universidad Federal Fluminense de Brasil

·        La humanidad vive en una fase histórica en donde los nuevos procesos productivos son la actividad principal, dijo

·        Dictó la conferencia Perspectivas del siglo XXI: Economía, política y sociedad, en la Torre II de Humanidades de la UNAM

 

El elemento principal que separa este siglo de los anteriores, cuando se consolidó el capitalismo industrial, es la aparición de la llamada “revolución científica y técnica”, afirmó Theotonio Dos Santos, de la Universidad Federal Fluminense de Brasil.

 

En cierta forma, dijo, el siglo XXI es un corte, pero también es una continuidad de los cambios científicos producidos en las centurias XVI y XVII, durante el Renacimiento. En realidad, este salto está caracterizado por la hegemonía de la ciencia sobre la tecnología y la producción.

 

Hasta la Segunda Guerra Mundial, recordó, la ciencia era un colaborador de las actividades económicas, pues tenía un efecto importante en la productividad y en la generación de nuevos artículos que la humanidad desarrolló en ese periodo.

 

Sin embargo, destacó, sólo era un elemento coadyuvante, sin hegemonía sobre la producción, y aunque utilizaba el conocimiento científico, no le daba un papel fundamental.

 

Al dictar la conferencia Perspectivas del siglo XXI: Economía, política y sociedad, organizada por el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, el economista señaló que a partir de los años 40, empezaron a surgir actividades económicas producto de aplicaciones directas de la ciencia.

 

Desarrollos como la energía nuclear, la cibernética, la petroquímica y la aviación no hubieran sido posibles sin su apoyo, ejemplificó en el Auditorio “Mario de la Cueva” de la Torre II de Humanidades en esta casa de estudios.

 

Así, debido a las condiciones impuestas por la revolución científico-técnica, hoy la competencia se centra en este quehacer y quien lo domine controlará el mercado, aseveró

 

En ese sentido, Investigación y Desarrollo (ID) dejaron de ser actividades secundarias, para convertirse en la principal función de las ramas más importantes de la economía mundial.

 

Comentó que el control de ID pasó a ser el elemento clave para verificar los procesos productivos y económicos, en otras palabras, surgió la posibilidad de apropiarse de la ciencia a través del capital.

 

Aunque, precisó, la adopción de este nuevo sistema no incumbió únicamente al sector empresarial, porque no implicaba que las empresas crearan áreas de innovación y comandaran los cambios; también cambió el Estado.

 

De este modo, empezaron a crearse aparatos estatales capaces de implementar ID de manera masiva y de liderar la competencia internacional en ese campo, abundó.

 

Sin embargo, enfatizó, para formar un sistema de personal volcado a la investigación y el desarrollo era necesario un aparato universitario; en ese sentido, la universidad ha tenido un papel fundamental.

Algunos autores afirman, refirió Dos Santos, que alrededor del 70 por ciento de los objetos con los cuales vamos a convivir dentro de 30 años, no se inventan todavía. Por tanto, serán resultado del avance científico.

 

La humanidad está en una fase histórica en donde los nuevos procesos productivos son la actividad principal. Así, las innovaciones tecnológicas acercan a los hombres, mencionó.

 

El académico dijo que los procesos tecnológicos son un amplio campo de riesgo sin frutos inmediatos. Se necesitan 15 o 20 años de trabajo para obtener resultados. Por ello, debe ser el Estado quien financie esta actividad, aunque en los últimos años han surgido empresas de riesgo dispuestas a financiar a grupos propios de investigadores, indicó. Prueba de esto es el Proyecto del Genoma, el cual es puramente científico, pero que probablemente contará con un enorme campo de aplicación.

 

Por más que se recalque la perspectiva privada para dirigir estas actividades en un contexto global, la capacidad de estas corporaciones siempre será limitada. Esto significa que sin una expansión de la actividad estatal, este nuevo modelo económico no tendrá posibilidades, concluyó.

 

 

 

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FOTO 1

La aparición de la revolución científica y técnica es el elemento principal que separa este siglo de los anteriores, explicó en la UNAM Theotonio Dos Santos, de la Universidad Federal Fluminense de  Brasil.

 

FOTO 2

Theotonio Dos Santos, de la Universidad Federal Fluminense de  Brasil, mencionó en el CEIICH que la investigación y el desarrollo son la principal función de las ramas más importantes de la economía mundial.