11:00 hrs. Enero 20 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-048

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

SERIAMENTE AMENAZADA LA FAUNA DEL BOSQUE TROPICAL: EDUARDO MENDOZA

 

·        En estos ecosistemas se concentran tres cuartas partes de todas las especies del planeta, destacó el doctorante en Ecología

·        Los mamíferos de estas regiones también cumplen funciones en la polinización y el consumo del follaje, puntualizó

·        Dictó la conferencia La investigación de la ecología tropical en la UNAM

 

La fauna del bosque tropical esté seriamente amenazada por la perturbación del hábitat, la cacería y la captura de animales, afirmó Eduardo Mendoza, doctorante en Ecología por la Universidad Nacional.

 

La gravedad de este hecho reside en que en estos ecosistemas –que ocupan territorios reducidos– abunda una gran diversidad biológica, pues se calcula “que tres cuartas partes de todas las especies del planeta se concentran en estas regiones”.

 

Al dictar la conferencia La investigación de la ecología tropical en la UNAM, el especialista explicó que esa característica obedece a que esas zonas están libres de heladas, tienen gran precipitación pluvial y no hay una estacionalidad en ellas, es decir, la temperatura apenas oscila.

 

Un ejemplo específico es la selva Lacandona, la cual ocupa aproximadamente un millón y medio de hectáreas. Ahí se han hecho muestreos y se estima que hay alrededor de 4 mil 300 variedades de plantas vasculares. En tanto, en países como Inglaterra, donde la superficie es de cerca de 15 mil kilómetros cuadrados, hay 980 grupos de plantas, abundó.

 

Al referirse a la supervivencia amenazada de los mamíferos no voladores de la selva –sus especies características–, dijo que las principales causas de esta situación se pueden dividir en dos grandes categorías: efectos directos e indirectos.

 

Los primeros se derivan de los usos que se hacen de la fauna, como la cacería y la captura de animales para utilizarlos como mascotas o en laboratorios.

 

Los indirectos, agregó, se refieren a todas las formas de perturbación o degradación del hábitat y la más evidente es la conversión. En el Sureste sobre todo, la selva se derribó para crear potreros o pastizales para ejemplares domésticos y ahora muchos de los sitios que quedan son los más inaccesibles.

 

Estas circunstancias destruyen buena parte de la diversidad, quienes cumplen otras funciones dentro de ese espacio, tales como la polinización, el consumo del follaje y la labor de depredar las semillas o removerlas y depositarlas en sitios donde puedan germinar, puntualizó.

 

Si bien, aseguró, durante mucho tiempo se pensó que si se tenía un ecosistema con mucha vegetación se garantizaba la multiplicidad y estabilidad, al estudiarlo con más detalle se encontró que aún con gran espesura había escasez faunística. En ese contexto, probablemente se viva una transición en donde desaparezcan múltiples especies, concluyó.

 

 

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

 

La perturbación del hábitat, la cacería y la captura de animales constituyen una auténtica amenaza contra la fauna del bosque tropical, advirtió Eduardo Mendoza, doctorante en Ecología por la Universidad Nacional.

 

Foto 2

 

Eduardo Mendoza informó que en la Selva Lacandona –con una extensión de millón y medio de hectáreas– se localizan unas 4 mil 300 variedades de plantas vasculares. Mientras en países como Inglaterra, donde la superficie es de 15 mil kilómetros cuadrados, hay 980 de esos grupos.