11:00 hrs. Enero 12 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-026

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

EL ABORTO INTENCIONAL, ÉTICAMENTE CORRECTO

 

·        Siempre y cuando se lleve a cabo en los tres primeros meses de gestación

·        Durante ese periodo los fetos sólo tienen propiedades biológicas: Margarita Valdés, del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM

 

El aborto intencional es moralmente aceptable y éticamente correcto, siempre y cuando se realice durante los primeros tres meses de gestación, señaló Margarita Valdés, del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM.

 

Los fetos, aseveró al dictar la conferencia El aborto y la ética, no son personas reales, sino “potenciales”, es decir, “algo” con un principio de cambio (Ácido Desoxirribonucleico), que ha iniciado una transformación para culminar en un individuo.

 

Las “personas potenciales”, aseguró, no parecen tener en sí mismas ningún valor intrínseco: son antecedentes de individuos hechos y derechos, “pero si su desarrollo se interrumpe y no se convierten en nada ulterior, no parece haber nada de dónde derivar su valor”, justificó.

 

El feto en el primer trimestre sólo tiene propiedades biológicas y no debe haber consideraciones morales; adquieren valor derivado sólo cuando logran conectarse en una etapa posterior con otras características sí consideradas moralmente significativas.

 

Un ejemplo: “no merece el mismo trato un presidente potencial que otro real; de la misma manera, no parece merecer el mismo trato una persona potencial que una persona hecha y derecha”, aseguró durante el Seminario Ética Médica, realizado en esta casa de estudios.

 

Sin embargo, resulta incorrecto utilizar la palabra “persona” para referirse a un óvulo fecundado, a un embrión o feto de pocas semanas, cuando lo distintivo de los individuos es tener conciencia o actividad mental, por simple que sea. Cuando se afirma –imbuidos en creencias religiosas voluntaria y libremente profesadas– que los embriones y los fetos son “personas”, se cambia el sentido puntual de esa palabra.

 

La gente conservadora, indicó, tiene derecho a sostener una moral religiosa, pero nunca a imponer sus ideas a otras personas que hayan llegado por la vía de la razón, a conclusiones diferentes y menos aún, a imponerlas en el terreno jurídico. En una sociedad democrática, plural y laica como se supone la nuestra, no pueden admitirse nociones provenientes de estructuras religiosas para determinar el contenido de los ordenamientos legales.

 

El aborto, precisó en la Facultad de Medicina, es la interrupción de un embarazo humano en cualquier momento de la preñez, anterior a la viabilidad del producto; aunque hay ocasiones en donde no se reconoce como tal, como una cesárea en el séptimo mes de gestación. Para ser considerado, el feto debe morir en el proceso.

 

En México, informó, el aborto intencional es considerado un crimen. Los artículos 329, 330, 331 y 332 del Código Penal federal lo condenan y señalan penas que van de uno a ocho años de prisión a las mujeres que incurren en esta práctica y a quienes lo realizan. Sin embargo, es legal en todos los estados de la república cuando la vida de la madre está en peligro y cuando el embarazo es producto de una violación.

 

Resulta natural, prosiguió, considerar el momento cuando se efectúa ese proceso, tanto para evaluar su carácter moral como para determinar si se trata de un crimen o no. Nuestra intuición o sentido común, opinó, dice que no es lo mismo abortar un óvulo recién fecundado o un embrión de 15 días que un feto de 25 semanas de gestación. Lo anterior se refiere al proceso gradual del desarrollo del feto. Las principales estructura anatómicas toman meses para desarrollarse y la primera actividad eléctrica cerebral no se registra antes de la décima semana de gestación.

 

Según los cálculos más conservadores, destacó, se practican en nuestro país alrededor de 220 mil abortos cada año; pero si tomamos en cuenta el subregistro, debido a su carácter ilegal y a la estigmatización social, esa cantidad podría llegar a 550 mil.

 

De acuerdo con el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) en el 2000, el 50 por ciento de las mujeres abortaron por razones económicas o socioeconómicas, 21 por ciento por problemas conyugales o familiares, el 5 por cuestiones de salud y el 24 por ciento no había pensado en ello, aunque se trataba de embarazos no deseados que colocaban a las mujeres en una situación difícil.

 

Es evidente, recalcó Margarita Valdés, que el aborto no puede aconsejarse como un método anticonceptivo, especialmente si no se hace dentro del primer trimestre de gestación; la intervención médica tiene un costo e implica una experiencia dolorosa. Sin embargo, si bien no es una práctica recomendable, ello no implica su total prohibición.

 

Asimismo, concluyó, sancionarlo no sólo no soluciona el problema de salud pública que constituye el aborto en países como el nuestro. Más bien, lo empeora, complica las cosas. Por ejemplo, su clandestinidad hace imposible cualquier control sanitario y permite la proliferación de una verdadera industria ilegal de abortos, pues utilizan lugares insalubres y personal poco o nada calificado médicamente.

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

El aborto intencional es moralmente aceptable y éticamente correcto, siempre y cuando se realice durante los primeros tres meses de gestación, señaló Margarita Valdés, del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM.

 

Foto 2

Margarita Valdés, del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, informó que en México el aborto intencional es considerado un crimen. Los artículos 329, 330, 331 y 332 del Código Penal federal lo condenan y señalan penas que van de uno a ocho años de prisión a las mujeres que incurren en esta práctica y a quienes lo realizan.