06:00 hrs. Enero 4 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-006

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de foto al final del boletín

MARIPOSAS E INSECTOS, IMPORTANTE ALIMENTO DEL FUTURO

 

·        Gabriela Jiménez, del IE de la UNAM, reveló que estos insectos poseen entre 30 y 40 por ciento más proteínas que los animales de consumo tradicional

·        Además, no tienen los componentes químicos de la carne, ni grasas saturadas, dañinas para el ser humano

·        Se estima que sólo 20 por ciento de estos lepidópteros son venenosos o tóxicos, por lo que el resto podría servir para consumo humano

 

En las próximas décadas, los insectos, en particular las mariposas, se convertirán en una importante opción alimentaria en nuestro país, debido a su composición orgánica, con escasas grasas polisaturadas y carencia de químicos, aseguró Gabriela Jiménez Casas, del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM.

 

Explicó que al comparar 100 gramos de la carne que tradicionalmente consumimos con la misma cantidad de insectos, los primeros poseen 30 por ciento de proteínas, mientras los segundos entre 60 y 70 por ciento. Es decir, es más nutritivo consumir lepidópteros que carne de puerco, res, pollo o incluso pescado.

 

Además, no contienen sustancias químicas, como las utilizadas para acelerar la engorda; ni componentes cárnicos, como las grasas saturadas, dañinas para el ser humano. En realidad, estos animales articulados no tienen lípidos. Son literalmente, “pura proteína”.

 

Gabriela Jiménez resaltó que hay un gran número de especies comestibles de insectos, así como muchas formas de guisarlos o prepararlos para su degustación, como ocurre en países como Australia, Francia, España, Colombia, Venezuela, Costa Rica y México.

 

En nuestro país, se acostumbra consumirlos en Veracruz, Oaxaca, Puebla, Michoacán, Chiapas, Guerrero, Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Querétaro, Hidalgo, Tabasco, Morelos y San Luis Potosí.

 

Entre los más conocidos resaltan los

 chapulines, chinches de agua, langostas, hormigas, termitas, abejas (y sus productos), jumiles, chicatanas y hormigas mieleras (especie que colecta miel y néctar de las flores y los almacena en su abdomen).

 

La bióloga universitaria mencionó que las mariposas conforman el segundo grupo de insectos más abundante que existe sobre el planeta, sólo detrás de los escarabajos (de los cuales también hay variedades comestibles) y, en conjunto, ocupan casi el 75  por ciento del total de especímenes en el mundo.

 

Se estima que hay unas 180 mil especies voladoras en todo el mundo, de las cuales, 140 mil habitan en nuestro país, gracias a que es una nación megadiversa, pues ocupa el cuarto lugar en cuanto a biodiversidad en el mundo, sólo por debajo de Australia, India y Nueva Zelanda. Además, unos 80 grupos son endémicos de México.

 

Consideró difícil saber cuántas variedades son comestibles, porque es escaso el trabajo de investigación al respecto, pero se estima que sólo 20 por ciento de ellas son venenosas o tóxicas y el resto podría servir como alimento.

 

Una mariposa es un lepidóptero, caracterizado por sus alas membranosas. Tienen dos pares de alas, tres pares de patas y su cuerpo bien definido en cabeza, tórax y abdomen. Está cubierta de vellos o escamas, característica que no posee ningún otro insecto. Además, tiene una metamorfosis completa; es decir, se desarrolla a partir de un huevo, una larva, conocida como oruga, una pupa o crisálida y el adulto.

Añadió que la especie mejor conocida hasta hoy es la Monarca. Se sabe su ciclo de vida, su historia natural y su migración. Incluso, en Estados Unidos una empresa se dedica a vender ejemplares.

 

Jiménez Casas explicó que los chapulines son los insectos comestibles por excelencia. Se pueden encontrar en cualquier zona y guisarlos de varias maneras. Se tuesta y se muele, formando una harina, lista para incluirla en una amplia gama de alimentos: pasteles, galletas, ensaladas, arroz, espagueti, como dip, salsa o condimento para una carne, o como acompañante de una ensalada.

 

Es posible consumirlos como caramelos, chocolates o en almíbar. “Lo importante es utilizar la imaginación, sustituir el ingrediente de alguna receta por gusanos o mariposas adultas”.

 

Por desgracia, abundó, estamos habituados a que los animales para consumo deben tener cierta semejanza antropocéntrica y “al tener muchas patas, antenas y alas, no gustan a la gente, y menos para comerlos. Lo importante es acostumbrarnos a ingerirlos, porque son sabrosos”.

 

Gabriela Jiménez explicó que la Monarca, a pesar de ser tan famosa no es comestible, debido a que la planta de donde se alimenta tiene compuestos secundarios tóxicos. Tienen mal sabor y ni los pájaros se las comen, porque puede provocarles la muerte. Al ser humano sólo le dolería el estómago.

 

En cambio, el gusano blanco del maguey (Aegiale hesperiaris) es delicioso. Es una polilla poco colorida y pequeña. Sus larvas sirven para el  consumo. Vive en las pencas del agave mezcalero y se recolectan a mano.

 

La mejor forma de ingerirlo es frito en mantequilla, en un taco con guacamole o salsa de pico de gallo. También en un plato con arroz o espagueti. Una variedad es el gusano rosa del maguey, muy cotizado, pero a diferencia del anterior –su primo–, se localizan en las raíces del agave.

 

A su vez, la mariposa de la seda (Bombyx mori) se consume en sus diferentes estadíos o formas (huevo, larva, pupa y adulto). Pero como las alas adultas son duras, deben ser molidas de manera perfecta. De esta especie también se obtiene la seda.

 

Otros lepidópteros comestibles son el gusano elotero (Heliothis zea), que vive en el maíz. Se colecta a mano y es fácil de cocinar. Las larvas de la polilla Spodoptera frugiperda, de tamaño pequeño y algo descolorida, son apreciadas en el Estado de México, así como la Arsenura armida, que se recolecta en Puebla, Oaxaca, Veracruz y Chiapas.

 

 

En los últimos años, Gabriela Jiménez ha trabajado con el Calloprhys hamy, un licénido que se alimenta de una planta conocida como “oreja de burro”, que crece en el Pedregal y está constituida en su mayoría por agua. Se supone que las larvas y los adultos adquieren el sabor de lo que consumen.

 

Refirió que el principal problema de la ingesta de mariposas es que, al no ser un alimento convencional, la gente no lo acepta tan fácilmente.

 

La integrante del IE aseguró que los insectos tienen mucho futuro porque, como se ha afirmado, si sobreviniese un cataclismo en el planeta ellos serían los únicos sobrevivientes. Su ventaja sobre los demás seres vivos es que tienen una metamorfosis que les permite ocupar distintos hábitats. Eso les da mayores probabilidades de persistir. Cuando eso suceda sólo quedarán los insectos más fuertes, como las cucarachas y las hormigas. Ellos serán los nuevos alimentos.

 

 

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FOTO 1

Gabriela Jiménez Casas, del Instituto de Ecología de la UNAM, informó que en entidades como Veracruz, Oaxaca, Puebla, Michoacán, Chiapas, Guerrero, Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Querétaro, Hidalgo, Tabasco, Morelos y San Luis Potosí, es habitual comer insectos.

 

FOTO 2

Se estima que en el planeta hay 180 mil especies de mariposas, de las cuales, 140 mil habitan en nuestro país; de ellas, unas 80 son endémicas, refirió la bióloga universitaria Gabriela Jiménez Casas.