Boletín UNAM-DGCS-006
Ciudad Universitaria
Pies de foto al final del boletín
MARIPOSAS E
INSECTOS, IMPORTANTE ALIMENTO DEL FUTURO
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Gabriela Jiménez, del IE de la UNAM, reveló
que estos insectos poseen entre 30 y 40 por ciento más proteínas que los
animales de consumo tradicional
·
Además, no tienen los componentes químicos
de la carne, ni grasas saturadas, dañinas para el ser humano
· Se estima que sólo 20 por ciento de estos lepidópteros son venenosos o tóxicos, por lo que el resto podría servir para consumo humano
En las próximas décadas, los insectos, en particular las
mariposas, se convertirán en una importante opción alimentaria en nuestro país,
debido a su composición orgánica, con escasas grasas polisaturadas y carencia
de químicos, aseguró Gabriela Jiménez Casas, del Instituto de Ecología (IE) de
la UNAM.
Explicó que al comparar 100 gramos de la carne que
tradicionalmente consumimos con la misma cantidad de insectos, los primeros
poseen 30 por ciento de proteínas, mientras los segundos entre 60 y 70 por
ciento. Es decir, es más nutritivo consumir lepidópteros que carne de puerco,
res, pollo o incluso pescado.
Además, no contienen sustancias químicas, como las
utilizadas para acelerar la engorda; ni componentes cárnicos, como las grasas
saturadas, dañinas para el ser humano. En realidad, estos animales articulados
no tienen lípidos. Son literalmente, “pura proteína”.
Gabriela Jiménez resaltó que
hay un gran número de especies comestibles de insectos, así como muchas formas
de guisarlos o prepararlos para su degustación, como ocurre en países como
Australia, Francia, España, Colombia, Venezuela, Costa Rica y México.
En nuestro país, se acostumbra
consumirlos en Veracruz, Oaxaca, Puebla, Michoacán, Chiapas, Guerrero, Estado
de México, Guanajuato, Jalisco, Querétaro, Hidalgo, Tabasco, Morelos y San Luis
Potosí.
Entre los más conocidos
resaltan los
chapulines, chinches de agua, langostas, hormigas, termitas,
abejas (y sus productos), jumiles, chicatanas y hormigas mieleras (especie que
colecta miel y néctar de las flores y los almacena en su abdomen).
La bióloga universitaria mencionó que las mariposas
conforman el segundo grupo de insectos más abundante que existe sobre el
planeta, sólo detrás de los escarabajos (de los cuales también hay variedades
comestibles) y, en conjunto, ocupan casi el 75
por ciento del total de especímenes en el mundo.
Se estima que hay unas 180 mil especies voladoras en todo
el mundo, de las cuales, 140 mil habitan en nuestro país, gracias a que es una
nación megadiversa, pues ocupa el cuarto lugar en cuanto a biodiversidad en el
mundo, sólo por debajo de Australia, India y Nueva Zelanda. Además, unos 80
grupos son endémicos de México.
Consideró difícil saber cuántas variedades son
comestibles, porque es escaso el trabajo de investigación al respecto, pero se
estima que sólo 20 por ciento de ellas son venenosas o tóxicas y el resto
podría servir como alimento.
Una mariposa es un lepidóptero, caracterizado por sus
alas membranosas. Tienen dos pares de alas, tres pares de patas y su cuerpo
bien definido en cabeza, tórax y abdomen. Está cubierta de vellos o escamas,
característica que no posee ningún otro insecto. Además, tiene una metamorfosis
completa; es decir, se desarrolla a partir de un huevo, una larva, conocida
como oruga, una pupa o crisálida y el adulto.
Añadió que la especie mejor conocida hasta hoy es la
Monarca. Se sabe su ciclo de vida, su historia natural y su migración. Incluso,
en Estados Unidos una empresa se dedica a vender ejemplares.
Jiménez Casas explicó que los chapulines son los insectos
comestibles por excelencia. Se pueden encontrar en cualquier zona y guisarlos
de varias maneras. Se tuesta y se muele, formando una harina, lista para
incluirla en una amplia gama de alimentos: pasteles, galletas, ensaladas,
arroz, espagueti, como dip, salsa o condimento para una carne, o como
acompañante de una ensalada.
Es posible consumirlos como caramelos, chocolates o en
almíbar. “Lo importante es utilizar la imaginación, sustituir el ingrediente de
alguna receta por gusanos o mariposas adultas”.
Por desgracia, abundó, estamos habituados a que los
animales para consumo deben tener cierta semejanza antropocéntrica y “al tener
muchas patas, antenas y alas, no gustan a la gente, y menos para comerlos. Lo
importante es acostumbrarnos a ingerirlos, porque son sabrosos”.
Gabriela Jiménez explicó que la Monarca, a pesar de ser
tan famosa no es comestible, debido a que la planta de donde se alimenta tiene
compuestos secundarios tóxicos. Tienen mal sabor y ni los pájaros se las comen,
porque puede provocarles la muerte. Al ser humano sólo le dolería el estómago.
En cambio, el gusano blanco
del maguey (Aegiale hesperiaris) es delicioso. Es una polilla poco colorida y
pequeña. Sus larvas sirven para el
consumo. Vive en las pencas del agave mezcalero y se recolectan a mano.
La mejor forma de ingerirlo es
frito en mantequilla, en un taco con guacamole o salsa de pico de gallo.
También en un plato con arroz o espagueti. Una variedad es el gusano rosa del
maguey, muy cotizado, pero a diferencia del anterior –su primo–, se localizan
en las raíces del agave.
A su vez, la mariposa de la
seda (Bombyx mori) se consume en sus diferentes estadíos o formas (huevo,
larva, pupa y adulto). Pero como las alas adultas son duras, deben ser molidas
de manera perfecta. De esta especie también se obtiene la seda.
Otros lepidópteros comestibles
son el gusano elotero (Heliothis zea), que vive en el maíz. Se colecta a mano y
es fácil de cocinar. Las larvas de la polilla Spodoptera frugiperda, de tamaño
pequeño y algo descolorida, son apreciadas en el Estado de México, así como la Arsenura
armida, que se recolecta en Puebla, Oaxaca, Veracruz y Chiapas.
En los últimos años, Gabriela
Jiménez ha trabajado con el Calloprhys hamy, un licénido que se alimenta de una
planta conocida como “oreja de burro”, que crece en el Pedregal y está
constituida en su mayoría por agua. Se supone que las larvas y los adultos
adquieren el sabor de lo que consumen.
Refirió que el principal problema de la ingesta de
mariposas es que, al no ser un alimento convencional, la gente no lo acepta tan
fácilmente.
La integrante del IE aseguró que los insectos tienen
mucho futuro porque, como se ha afirmado, si sobreviniese un cataclismo en el
planeta ellos serían los únicos sobrevivientes. Su ventaja sobre los demás
seres vivos es que tienen una metamorfosis que les permite ocupar distintos
hábitats. Eso les da mayores probabilidades de persistir. Cuando eso suceda
sólo quedarán los insectos más fuertes, como las cucarachas y las hormigas.
Ellos serán los nuevos alimentos.
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FOTO 1
Gabriela Jiménez
Casas, del Instituto de Ecología de la UNAM, informó que en entidades como
Veracruz, Oaxaca, Puebla, Michoacán, Chiapas, Guerrero, Estado de México,
Guanajuato, Jalisco, Querétaro, Hidalgo, Tabasco, Morelos y San Luis Potosí, es
habitual comer insectos.
FOTO 2
Se estima que en el planeta hay 180 mil especies de mariposas, de las cuales, 140 mil habitan en nuestro país; de ellas, unas 80 son endémicas, refirió la bióloga universitaria Gabriela Jiménez Casas.