06:00 hrs. Diciembre 29 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-974

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

ADAPTAN EN LA UNAM TECNOLOGÍA DESTINADA AL CURTIDO ECOLÓGICO DE PIELES

 

·        Proporciona ventajas competitivas a la industria peletera nacional, pues abarata costos y tiempos de producción

·        Elimina totalmente el consumo de agua en el proceso y es menos contaminante, entre otras ventajas

·        Hermilo Leal Lara, de la Facultad de Química de la UNAM, es el responsable de este proyecto

 

Con el fin de proporcionar una ventaja competitiva a la industria peletera nacional, disminuir los costos y tiempos de producción, así como el grado de contaminación provocado por esa actividad, el investigador de la Facultad de Química de la UNAM, Hermilo Leal Lara, adaptó un proceso para la preparación de pieles donde se elimina el uso de agua.

 

Recordó que en todo el mundo existen entre cinco y diez procesos tradicionales de curtido de piel, los cuales son sumamente contaminantes. En cierto momento, por ejemplo, por cada kilo de material tratado se generan entre 20 y 40 litros de líquido altamente tóxico.

 

De ahí que Leal Lara buscara la solución a ese problema. “Adaptamos una tecnología de curtido de pieles que permite eliminar totalmente el consumo hídrico en la parte del proceso conocido como de rivera”.

 

Su trabajo fue más de adecuación que de invención tecnológica, reconoce; además, sirve para dar salida a subproductos que de otra manera no tendrían ninguna utilidad, pues lograron ajustar dicha técnica a tegumentos no tradicionales, como los de pescado, pollo y pavo para elaborar artículos peleteros, como carteras, bolsas y cinturones, entre otros.

 

A partir del proceso, denominado Xipe –el cual fue desarrollado hace 15 años por Eusebio Cueto de la Fuente, quien lo patentó–, “hemos encontrado las condiciones específicas para el curtido de una gran diversidad de pieles”, indicó el especialista universitario.

 

Se innovó la concentración de sosa y la solución salina necesaria, así como los tiempos de tratamiento correspondientes a cada tipo de material; sustituyeron las sales de cromo –uno de los elementos tradicionales en esta labor– por sustancias y procedimientos tóxicos.  

 

El proceso Xipe es conocido en muchos países, pero no es ocupado, en primer lugar, dijo, porque no se ha difundido lo suficiente y, en segundo, porque desplaza a los proveedores de insumos relacionados con esta industria: por ejemplo, afecta a quienes venden las sales y enzimas para separar la grasa de la dermis. “No sólo se elimina el uso del vital líquido, sino de muchas sustancias químicas. Por eso no les interesa cambiar”, revela.

 

Otro atributo de esta adaptación tecnológica es que la ha convertido en “un proceso de traspatio, que es posible realizar en un garage”, por lo que no necesita grandes instalaciones para obtener productos de gran valor.

 

El científico explicó que de la materia prima original, la piel, se obtiene cuero o gelatina. En el primero se requiere preparar las epidermis y después provocar las reacciones indicadas para que las proteínas queden rígidas.

 

En los procesos convencionales se solubiliza la grasa para obtener cuero: “para eliminar los lípidos hay que agregar sustancias químicas y lavar mucho”.

 

Mediante el proceso adaptado en la FQ la materia grasa se disuelve utilizando sal casera –cloruro de sodio– y sosa; esta última se neutraliza con ácido clorhídrico; y al final se obtiene nuevamente sal. “El agua utilizada se recicla y se producen residuos sólidos, pero ya no desechos líquidos”.

 

Leal Lara desarrolló este proyecto conjuntamente con Ángeles Valdivia, también del Departamento de Alimentos y Biotecnología de la FQ. Lo iniciaron hace casi ocho años: “Tenemos ya todo el proceso; seguirá promoverlo para darle uso tanto en la industria como en microempresas”. De hecho, comentó el experto, uno de sus estudiantes ya montó su propia curtiduría.

 

La etapa de divulgación tecnológica y su asimilación, añadió, “es la más ardua y la que nos resta”. Pero las condiciones ya están dadas; sólo se requerirá de un fuerte compromiso por parte de instituciones gubernamentales “para que, a través de cursos y promoción, la industria se interese o, tal vez, simplemente se pongan límites severos a los efluentes contaminantes”.

 

De acuerdo con cifras de la Secretaría de Economía, en el 2002 la industria del cuero y el calzado en México tuvo una actividad predominante en Guanajuato, donde se realizó el 46.1 por ciento de la producción; en Jalisco alcanzó el 11.7 por ciento; en el Estado de México, 5.3 por ciento, y en el Distrito Federal el 3.4 por ciento.

 

El mayor centro de curtido se localiza en el Bajío, en la ciudad de León. La piel que más se curte en nuestro país es la de res, seguida por la de borrego, cabra y cerdo en menor proporción, “más bien nos comemos esta última”.

 

La producción de cuero y pieles en el 2000 fue de 175 mil toneladas métricas. Para ese mismo año, el empleo en ese sector alcanzó las 91 mil 400 plazas laborales. Sin embargo, esta actividad pierde competitividad por la entrada de artículos chinos y por la obsolescencia de las técnicas zapateras y de curtido.

 

 

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 1

Hermilo Leal Lara, investigador de la Facultad de Química de la UNAM, adaptó un proceso que dará ventajas a la industria peletera nacional, porque disminuye los costos y tiempos de producción. 

 

FOTO 2

Los procesos tradicionales de curtido de piel son sumamente contaminantes. En cierto momento, por cada kilo de material tratado se generan entre 20 y 40 litros de agua altamente tóxica, reveló el químico universitario Hermilo Leal Lara.

 

FOTO 3

Pieles logradas mediante el proceso de curtido que permite eliminar totalmente el consumo de agua, adaptado en la Facultad de Química de la UNAM.

 

FOTO 4

En la gráfica un taller de curtido de pieles, en donde se utiliza el proceso que permite eliminar totalmente el consumo de agua durante su curtido; incluso pueden obtenerse productos procedentes de pescado, pollo y pavo.