Boletín UNAM-DGCS-973
Ciudad Universitaria
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final del boletín
SE RECOMIENDA LA
REESTRUCTURACIÓN DE LAS TARIFAS DE AGUA POTABLE EN EL DISTRITO FEDERAL
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La población de altos ingresos recibe
subsidios, advierte un estudio del PUEC de la UNAM
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Hay errores en la concepción y elaboración
tarifaria, indicó Manuel Perló, director de esa dependencia universitaria
Es necesario reestructurar el
sistema tarifario del servicio de agua potable en la capital de la República,
ya que existe inequidad en el cobro, afirmó Manuel Perló Cohen, director del
Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC), de acuerdo con las
recomendaciones de una investigación realizada por esta dependencia.
El estudio, denominado “Agenda
Política Hídrica de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal” (ALDF), y
elaborado en el marco de un convenio suscrito entre el PUEC y la anterior
Asamblea Legislativa del Distrito Federal, establece que dicho sistema no es el
más adecuado para la capital del país.
Genera efectos negativos, pues
la población de mayores ingresos recibe el mismo subsidio que las familias de
escasos recursos, al tiempo que no se induce el consumo racional entre los
usuarios, ni se fomenta el equilibrio financiero del organismo operador.
El funcionario detalló que se
analizaron cuatro importantes aspectos para la gestión del servicio de agua y
drenaje en la Ciudad de México, como son la participación de empresas privadas,
el papel que desempeñan las delegaciones, los estímulos para incentivar el uso
de agua residual tratada, y la reestructuración del sistema tarifario.
Sobre este último aspecto,
Perló Cohen detalló que los resultados revelan la existencia de “errores en la
concepción y elaboración de las tarifas” del suministro del vital líquido en
la administración capitalina.
Entre las fallas, destacó que
se cobra en función del consumo, cuando lo pertinente es recaudar con base en
el ingreso de la población. Asimismo, se concibe a este recurso como un bien
privado, cuando en realidad es intermedio. Por lo tanto, no es sensible a las
reglas del mercado y su valor no puede determinarse únicamente por el precio.
Además, continuó, se ha
obviado que su demanda no doméstica es derivada, esto es, que la incorpora como
insumo de la producción generando valor agregado.
Ante ello, en el documento
elaborado por expertos se recomienda que en el caso de usuarios industriales y
de servicios es pertinente cobrar con base en el valor que el líquido aporta al
costo total de la producción, es decir, abandonar la recaudación según cantidad
utilizada, por un esquema del fluido como insumo.
En cuanto a los clientes
domésticos, se proponen tres esquemas: el primero es establecer tarifa única
que garantice el acceso a la cantidad máxima, que en el Distrito Federal puede
ser de 180 litros por habitante al día, para mantener la calidad confortable.
Según este esquema, al exceder ese tope se procedería a realizar cobros
incrementables, según el sobreconsumo.
Otra propuesta es establecer
cobros diferenciados, con base en el ingreso de quienes la usufructúen. Así, se
plantean tres cuotas, según el nivel de
percepciones altas, medias y bajas: “De esta forma se corrigen los problemas de
inequidad, ya que en la actualidad el mayor consumo lo realiza la población de
altos ingresos, pero a la vez son los que menos pagan”.
En la última propuesta se
plantea el cobro del servicio en forma indirecta, a través de un impuesto, con
lo que el Estado se compromete a abastecer a la población reconociendo el
carácter público y de seguridad nacional de ese recurso.
El pago se realizaría con base
en los costos reales del servicio y aseguraría una cantidad máxima de 180
litros por habitante al día. Aquellos que excediesen esa cantidad cubrirían el
excedente.
Otro de los temas que
contempla el estudio es la participación de la iniciativa privada en la gestión
del suministro hídrico, la cual es calificada en términos generales como
“exitosa”.
Entre sus logros está el
empadronamiento de los usuarios, con un incremento de 600 por ciento de 1994 a
2001, al pasar de 203 mil 978 a un millón 260 mil medidores instalados.
La facturación, señala el
informe, también experimentó un notable crecimiento gracias a una efectividad de 95 por ciento en la lectura de esos
instrumentos de medición. Incluso, la recaudación se incrementa constantemente,
al pasar de mil millones de pesos en 1996 a 3 mil 50 millones en el año 2001,
lo que representa un aumento real de 78 por ciento en todo ese periodo
No obstante los avances, el
documento del PUEC advierte que no se han alcanzado plenamente las metas que se
contemplaron con la participación de las empresas privadas, pues a manera de
ejemplo, tan sólo se ha instalado medidores en el 70.5 por ciento de los
empadronados.
Ante este panorama, se
recomienda que este sector continúe y profundice su intervención, y que se
aproveche su capacidad tecnológica para
la detección de fallas subterráneas.
Respecto al rubro de la
participación de las delegaciones políticas en la gestión de este servicio,
Perló Cohen consideró que los gobiernos de las demarcaciones no disponen de los
apoyos necesarios y enfrentan obstáculos en su intervención.
Recomiendan incrementar el
presupuesto para atender actividades como la reparación de las fugas y el
mantenimiento de la red de drenaje. También, establecer condiciones para
contratar a personal capacitado o subcontratar a empresas privadas para la
realización de obras específicas, pues actualmente esas autoridades están
impedidas para ello, al centralizar sus acciones.
Es urgente, recomienda el
texto, estimular la formulación conjunta entre los encargados delegacionales y
la DGCOH, de las acciones en materia del servicio de agua y desagüe dentro de
la respectiva demarcación.
En el último tema abordado se
advierte sobre los fluidos residuales de la Ciudad de México, cuya problemática
se circunscribe a su escaso tratamiento y a la falta de estímulos para que la
población los utilice, pues el 90 por ciento de los desechos hídricos
procedentes de la capital –incluyendo la captación pluvial– circula sin tratamiento
alguno.
En el Distrito Federal se
estima que el 65 por ciento del agua de primer uso se desecha a través de la
red de drenaje, mientras que la industria demanda un 25 por ciento del total
del líquido reciclado, procedente de la Zona Metropolitana del Valle de México.
Frente a ello se propone un
Plan Integral de Fomento al Uso de Agua Residual Tratada en el Distrito Federal
donde, por un lado, se desarrollen estrategias para incrementar el tratamiento,
por otro, sanciones legales y controles administrativos para evitar la falta de cuantificación en los
usuarios y, por último, un incentivo
tarifario para favorecer un cambio en su uso.
El estudio del PUEC se entregó
a los legisladores capitalinos a finales del 2002, y en breve será publicado
bajo el título de “Gestión del Agua en el Distrito Federal. Retos y
Propuestas”, donde además incorpora información de primera mano, precedente de
entrevistas a funcionarios, talleres con la población y análisis estadísticos.
Manuel Perló concluyó que la
UNAM también realiza investigaciones aplicadas, de las cuales se derivan
recomendaciones para la solución de problemas específicos.
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PIES DE FOTO
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En el Distrito Federal se estima que el 65 por ciento
del agua de primer uso se desecha como líquido residual, a través de la red de
drenaje, advirtió el director del PUEC, Manuel Perló.
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Un informe del PUEC recomienda que la iniciativa privada continúe y profundice su intervención en la gestión del servicio del agua en la Ciudad de México, para mejorar el cobro y medición de este servicio.