06:00 hrs. Diciembre 28 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-973

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

SE RECOMIENDA  LA REESTRUCTURACIÓN DE LAS TARIFAS DE AGUA POTABLE EN EL DISTRITO FEDERAL

 

·        La población de altos ingresos recibe subsidios, advierte un estudio del PUEC de la UNAM

·        Hay errores en la concepción y elaboración tarifaria, indicó Manuel Perló, director de esa dependencia universitaria

 

Es necesario reestructurar el sistema tarifario del servicio de agua potable en la capital de la República, ya que existe inequidad en el cobro, afirmó Manuel Perló Cohen, director del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC), de acuerdo con las recomendaciones de una investigación realizada por esta dependencia.

 

El estudio, denominado “Agenda Política Hídrica de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal” (ALDF), y elaborado en el marco de un convenio suscrito entre el PUEC y la anterior Asamblea Legislativa del Distrito Federal, establece que dicho sistema no es el más adecuado para la capital del país.

 

Genera efectos negativos, pues la población de mayores ingresos recibe el mismo subsidio que las familias de escasos recursos, al tiempo que no se induce el consumo racional entre los usuarios, ni se fomenta el equilibrio financiero del organismo operador.

 

El funcionario detalló que se analizaron cuatro importantes aspectos para la gestión del servicio de agua y drenaje en la Ciudad de México, como son la participación de empresas privadas, el papel que desempeñan las delegaciones, los estímulos para incentivar el uso de agua residual tratada, y la reestructuración del sistema tarifario.

 

Sobre este último aspecto, Perló Cohen detalló que los resultados revelan la existencia de “errores en la concepción  y elaboración de las  tarifas” del suministro del vital líquido en la administración capitalina.

 

Entre las fallas, destacó que se cobra en función del consumo, cuando lo pertinente es recaudar con base en el ingreso de la población. Asimismo, se concibe a este recurso como un bien privado, cuando en realidad es intermedio. Por lo tanto, no es sensible a las reglas del mercado y su valor no puede determinarse únicamente por el precio.

 

Además, continuó, se ha obviado que su demanda no doméstica es derivada, esto es, que la incorpora como insumo de la producción generando valor agregado.

 

Ante ello, en el documento elaborado por expertos se recomienda que en el caso de usuarios industriales y de servicios es pertinente cobrar con base en el valor que el líquido aporta al costo total de la producción, es decir, abandonar la recaudación según cantidad utilizada, por un esquema del fluido como insumo.

 

En cuanto a los clientes domésticos, se proponen tres esquemas: el primero es establecer tarifa única que garantice el acceso a la cantidad máxima, que en el Distrito Federal puede ser de 180 litros por habitante al día, para mantener la calidad confortable. Según este esquema, al exceder ese tope se procedería a realizar cobros incrementables, según el sobreconsumo.

 

Otra propuesta es establecer cobros diferenciados, con base en el ingreso de quienes la usufructúen. Así, se plantean  tres cuotas, según el nivel de percepciones altas, medias y bajas: “De esta forma se corrigen los problemas de inequidad, ya que en la actualidad el mayor consumo lo realiza la población de altos ingresos, pero a la vez son los que menos pagan”.

 

En la última propuesta se plantea el cobro del servicio en forma indirecta, a través de un impuesto, con lo que el Estado se compromete a abastecer a la población reconociendo el carácter público y de seguridad nacional de ese recurso.

 

El pago se realizaría con base en los costos reales del servicio y aseguraría una cantidad máxima de 180 litros por habitante al día. Aquellos que excediesen esa cantidad cubrirían el excedente.

 

Otro de los temas que contempla el estudio es la participación de la iniciativa privada en la gestión del suministro hídrico, la cual es calificada en términos generales como “exitosa”.

 

Entre sus logros está el empadronamiento de los usuarios, con un incremento de 600 por ciento de 1994 a 2001, al pasar de 203 mil 978 a un millón 260 mil medidores instalados.

 

La facturación, señala el informe, también experimentó un notable crecimiento  gracias a una efectividad de 95 por ciento en la lectura de esos instrumentos de medición. Incluso, la recaudación se incrementa constantemente, al pasar de mil millones de pesos en 1996 a 3 mil 50 millones en el año 2001, lo que representa un aumento real de 78 por ciento en todo ese periodo

 

No obstante los avances, el documento del PUEC advierte que no se han alcanzado plenamente las metas que se contemplaron con la participación de las empresas privadas, pues a manera de ejemplo, tan sólo se ha instalado medidores en el 70.5 por ciento de los empadronados.

 

Ante este panorama, se recomienda que este sector continúe y profundice su intervención, y que se aproveche su capacidad  tecnológica para la detección de fallas subterráneas.

 

Respecto al rubro de la participación de las delegaciones políticas en la gestión de este servicio, Perló Cohen consideró que los gobiernos de las demarcaciones no disponen de los apoyos necesarios y enfrentan obstáculos en su intervención.

 

Recomiendan incrementar el presupuesto para atender actividades como la reparación de las fugas y el mantenimiento de la red de drenaje. También, establecer condiciones para contratar a personal capacitado o subcontratar a empresas privadas para la realización de obras específicas, pues actualmente esas autoridades están impedidas para ello, al centralizar sus acciones.

 

Es urgente, recomienda el texto, estimular la formulación conjunta entre los encargados delegacionales y la DGCOH, de las acciones en materia del servicio de agua y desagüe dentro de la respectiva demarcación.

 

En el último tema abordado se advierte sobre los fluidos residuales de la Ciudad de México, cuya problemática se circunscribe a su escaso tratamiento y a la falta de estímulos para que la población los utilice, pues el 90 por ciento de los desechos hídricos procedentes de la capital –incluyendo la captación pluvial– circula sin tratamiento alguno.

 

En el Distrito Federal se estima que el 65 por ciento del agua de primer uso se desecha a través de la red de drenaje, mientras que la industria demanda un 25 por ciento del total del líquido reciclado, procedente de la Zona Metropolitana del Valle de México.

 

Frente a ello se propone un Plan Integral de Fomento al Uso de Agua Residual Tratada en el Distrito Federal donde, por un lado, se desarrollen estrategias para incrementar el tratamiento, por otro, sanciones legales y controles administrativos para  evitar la falta de cuantificación en los usuarios y, por último, un incentivo  tarifario para favorecer un cambio en su uso.

 

El estudio del PUEC se entregó a los legisladores capitalinos a finales del 2002, y en breve será publicado bajo el título de “Gestión del Agua en el Distrito Federal. Retos y Propuestas”, donde además incorpora información de primera mano, precedente de entrevistas a funcionarios, talleres con la población y análisis estadísticos.

 

Manuel Perló concluyó que la UNAM también realiza investigaciones aplicadas, de las cuales se derivan recomendaciones para la solución de problemas específicos.

 

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 1

En el Distrito Federal se estima que el 65 por ciento del agua de primer uso se desecha como líquido residual, a través de la red de drenaje, advirtió el director del PUEC, Manuel Perló.

 

FOTO 2

Un informe del PUEC recomienda que la iniciativa privada continúe y profundice su intervención en la gestión del servicio del agua en la Ciudad de México, para mejorar el cobro y medición de este servicio.