Boletín UNAM-DGCS-969
Ciudad Universitaria
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CONSTANTE Y “EXTRAORDINARIO” EL PROBLEMA DE HUNDIMIENTOS EN EL VALLE DE MÉXICO
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En el Instituto de Geofísica de la UNAM,
especialistas utilizan métodos satelitales para determinar con precisión y rapidez
el fenómeno
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Osvaldo Sánchez Zamora
dijo que la zona del Aeropuerto se hunde 30 centímetros por año, en tanto que
otras, como el Cerro de la Estrella, están fijas
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Aclaró que este fenómeno no está relacionado
con la ocurrencia o intensidad de sismos en la ciudad y Valle de México
En el Valle de México, los
problemas de hundimiento (llamados de subsidencia) no sólo tienen una velocidad
“extraordinaria” sino que son constantes, afirmó Osvaldo Sánchez Zamora,
investigador del Instituto de Geofísica.
El científico encabeza un
grupo de trabajo que usa mediciones satelitales (Sistema de Posicionamiento
Global o GPS, por sus siglas en inglés) que, a diferencia de los métodos
convencionales, son capaces de determinar de manera más rápida y de modo
absoluto el hundimiento de la región.
De ese modo, se ha
determinado que el área del Aeropuerto, en los límites con el Estado de México,
se “cae” a una velocidad de 30 centímetros por año, en tanto que otras, como el
Cerro de la Estrella y zonas aledañas, están fijas.
El fenómeno, explicó, se
correlaciona con la antigua presencia de lagos, como el de Chalco, y con el
tipo de suelos ya que, por ejemplo, Ciudad Universitaria, no se hunde por estar
construido sobre lava, a diferencia de las zonas de mayor subsidencia debida a
la consolidación de los sedimentos lacustres por extracción de agua de los
mantos acuíferos. También tiene que ver, por supuesto, el peso de las
construcciones.
Explicó que los métodos
empleados por su equipo de investigación, el cual comenzó a trabajar en el tema
en 1995, no requieren, a diferencia de los usados tradicionalmente por los
topógrafos, de un punto de referencia a partir del cual hacer las mediciones.
Con las señales GPS es
posible determinar si incluso tal punto de referencia, en apariencia estable,
se hunde con la totalidad del terreno, lo cual podría resultar de importancia
en períodos largos de tiempo, decenas de años o siglos, por ejemplo, lo cual se
establecerá próximamente, cuando se tenga más información.
¿Cómo funciona el método?
Se colocan “bancos de nivel” o “estaciones” fijas, es decir, monumentos
geodésicos o construcciones de cemento de un metro de altura en las cuales se
coloca el instrumento de medición, conformado por una antena de recepción de
señales y un receptor electrónico, el cual puede trabajar por varias horas o
días y procesar la información con un margen de error de milímetros. Se obtiene
así la latitud, longitud y elevación de cada punto, parámetros que se comparan
de forma periódica para establecer el desplazamiento.
Los universitarios
utilizan una “constelación” de 24 satélites, los cuales forman parte del GPS,
que se ubican en seis órbitas diferentes. Eso garantiza, explicó el
especialista, que en cualquier parte del mundo y en cualquier instante se puedan
observar, por lo menos, seis satélites.
El sistema, recordó, fue
creado por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos con objetivos de
navegación, para que los barcos y aviones militares supieran en todo momento
dónde se ubicaban. Pero su precisión es tan buena que la comunidad científica
diseñó otras aplicaciones. A ella se sumó la industria, cuando el público en
general tuvo acceso a él.
Con ayuda de las señales
provenientes del espacio, abundó Sánchez Zamora, se ha obtenido mediciones y
ciertos patrones de comportamiento de la subsidencia. Por ejemplo, el poniente
de la ciudad no se hunde, y de esa zona al Aeropuerto, pasando por el Centro
Histórico, la velocidad de hundimiento aumenta de casi cero hasta 30
centímetros por año.
Otros valores obtenidos
son: en el Autódromo, 18 centímetros; Balbuena, 16; Zócalo, de 10 a 12; en
Iztapalapa (UAM), 8; y Tlaltelolco, 5. El hundimiento, cuyo análisis
corresponde a la geotecnia y la mecánica de suelos, podría ser local o abarcar
una mayor extensión, pero ¿hasta dónde? Para saberlo, es necesario ampliar la
red de medición a más puntos del Valle de México, explicó el científico.
A pesar de ello, con las
mediciones hasta ahora realizadas se obtuvieron datos certeros de zonas hasta
ahora no medidas (los esfuerzos se han concentrado, en especial y por razones
obvias, en el Centro Histórico de la ciudad desde hace décadas, en puntos como
la Plaza de la Constitución y el Palacio de Bellas Artes).
Sánchez Zamora aclaró que
este fenómeno no está relacionado con la ocurrencia o intensidad de sismos en
la ciudad y Valle de México, en contraste con lo que ocurre en las zonas
costeras del Pacífico Mexicano (donde se producen más del 90% de los
temblores), en las cuales el choque o deslizamiento entre placas tectónicas es
lo que los origina.
El sistema GPS también es
utilizado para ese tipo de estudios en el Instituto de Geofísica de la UNAM, en
los cuales, además del movimiento vertical, es muy importante la componente
horizontal del desplazamiento.
La investigación de
Osvaldo Sánchez continúa. Subrayó que los resultados obtenidos, aunque no
descubren “el hilo negro” del problema, sí contribuyen a su mejor conocimiento,
además de que se han obtenido con muy pocos recursos económicos, gracias al
apoyo de los estudiantes de la UNAM.
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Mediciones satelitales con GPS permiten a científicos universitarios determinar de manera más rápida y de modo absoluto el hundimiento del Valle de México, explicó Osvaldo Sánchez Zamora, investigador del Instituto de Geofísica.