Boletín UNAM-DGCS-966
Ciudad Universitaria
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final del boletín
LOS PROBLEMAS DE SALUD BUCAL TIENEN ALTO IMPACTO SOCIAL: JAVIER DE LA FUENTE
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Estos padecimientos pueden afectar en el
rendimiento escolar, el desempeño laboral y modificar aspectos psicológicos, señaló
el secretario académico de la FO de la UNAM
·
Tienen repercusión importante en la calidad
de vida de las personas, sin alcanzar consecuencias mayores, sostuvo
· Consumir menos azúcar refinada evita caries y alteraciones en los tejidos que sostienen a los dientes
Los problemas de salud bucal
pueden afectar en el rendimiento escolar, el desempeño laboral y en aspectos
psicológicos como la autoestima y la seguridad para relacionarse con otras
personas, expresó Javier de la Fuente Hernández, secretario académico de la
Facultad de Odontología (FO) de la UNAM.
Se trata, destacó, de una
repercusión que va más allá de las consecuencias de padecimientos
periodontales, la falta de piezas dentales o la mala posición de las mismas.
Recordó que en muchas ocasiones
los adultos mayores se esconden para comer porque la dentadura no les queda
bien y se les cae, o por el color y la forma de la misma, abundó.
Además, puntualizó, el
presentar demasiados problemas en la boca repercute en otras áreas de la salud,
pues hay microorganismos y bacterias oportunistas en todo el cuerpo, incluso se
han reportado casos de reumatismo y arritmias vinculadas al desaseo dental.
No obstante, aunque estas
alteraciones tienen un efecto importante en la calidad de vida de las personas,
no tienen consecuencias mayores, sostuvo el especialista en educación para la
salud.
El académico de la FO mencionó
que “hay controversias referentes a la necesidad de acudir cada seis meses al
dentista para tener una salud bucal aceptable; sin embargo, existen medidas con
las cuales es posible evitar padecimientos como las caries o alteraciones en
los tejidos que soportan los dientes”.
Una de ellas, señaló, es la
disminución en la ingesta de azúcar refinada. Los mexicanos llegan a consumir
alrededor de 40 a 50 kilogramos de este endulzante al año, cuando la
Organización Mundial de la Salud aconseja no exceder los 16 a 18 kilos.
En un estudio hecho en la
Facultad de Odontología para saber cuáles son las fuentes de consumo de
edulcorantes en los adolescentes, comentó, se observó que, en promedio,
alrededor del 40 por ciento de ellos toman más de dos refrescos al día. Si se
considera que cada una de estas bebidas contiene aproximadamente seis
cucharadas de dulce, estamos hablando de una dieta alta de carbohidratos,
refirió.
Otra medidas para mantener una
boca sana es el uso de un cepillado adecuado e hilo dental; así como no fumar
ni ingerir bebidas alcohólicas en exceso. Estas son formas sencillas de
higiene, para evitar las visitas al odontólogo, sostuvo.
No se trata de prohibir los
alimentos, sino de inculcar en la población la noción de que el autocuidado y
el cambio de hábitos pueden ser más exitosos que las visitas al especialista,
indicó.
Sólo ciertos grupos de alto
riesgo requieren de una vigilancia mucho más cercana, pero en términos
generales, con una visita al año es suficiente, siempre y cuando las personas
tengan o modifiquen sus hábitos de limpieza y cuidado de la dentadura.
Las personas que requieren mayor cuidado, abundó, son quienes tienen
factores de predisposición en términos del pH de su boca o de tipo genético;
pacientes que toman medicinas constantemente, están sometidos a procesos de
quimioterapia o con alguna enfermedad crónico-degenerativa, como la diabetes.
De acuerdo con el grupo social
al que se pertenece existen grandes diferencias en cuanto al tipo de
padecimientos dentales, pero los más frecuentes son la caries, las afecciones
en los tejidos bucales y los dientes en mala posición.
Estas afecciones se dan por
falta de acceso a los servicios de salud, el consumo de ciertos alimentos, la
higiene y el nivel escolar de las personas. En ese sentido, es difícil hablar
de un patrón social en términos de salud bucal, puntualizó.
Por ejemplo, explicó, en la
Facultad tenemos un programa con los mazahuas y se puede decir que para muchos
de ellos ésta fue su primera experiencia con un dentista. “En su mayoría son
adultos que nunca habían utilizado un cepillo de dientes, y si bien no tenían
tantos problemas de caries, sí había otros de tipo periodontal”.
Cifras del Sistema Nacional de
Salud (SNS) revelan que durante el 2001 se registraron 12 millones 248 mil 452
consultas odontológicas en el país, mientras que los sistemas privados
brindaron 247 mil 565 consultas en el mismo lapso.
De los 142 mil 765 médicos que
conforman el SNS, 8 mil 973 son dentistas, mientras que los sistemas privados
tienen registrados a 696 especialistas en este campo. Cabe mencionar que la
mayor parte de los odontólogos en los sistemas públicos de salud, se concentran
en la Secretaría de Salud (5 mil 161 ortodoncistas), Instituto Mexicano del
Seguro Social (mil 817) e Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los
Trabajadores del Estado (765 profesionales).
Nuestra función, destacó
Javier de la Fuente, no es sólo impartir clases, sino hacer investigación en
áreas como epidemiología, biología molecular, fisiología, salud pública y
materiales relacionados.
Asimismo, expresó, tratamos de
inculcarle a los alumnos una visión diferente sobre cómo acercarse a los
médicos y dar solución de los problemas en esta área.
En las clínicas, indicó,
buscamos que nuestros pacientes asuman una función de responsabilidad en cuanto
al cuidado de su salud mediante la práctica de conductas más sanas.
Además, se debe considerar que
para gran parte de la población el cuidado de su boca no es prioritario; por
ello, es necesario crear mecanismos de prevención que les permitan tener
mayores posibilidades de estar sanos, concluyó.
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PIES DE FOTO
FOTO 1
Los problemas de salud bucal afectan
al individuo en cuestiones como la elección de los alimentos o la posibilidad
de descansar, afirmó Javier de la Fuente, secretario académico de la FO de la
UNAM.
FOTO 2
México es un país cuyos habitantes llegan a consumir alrededor de 40 a 50 kilogramos de azúcar al año, afirmó Javier de la Fuente, académico de la FO de la UNAM.