06:00 hrs. Diciembre 22 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-963

Ciudad Universitaria

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EL ASMA TIENE FACTORES HEREDITARIOS: JAVIER GÓMEZ VERA

 

·        Este padecimiento se caracteriza por la inflamación crónica del aparato respiratorio

·        El académico de la FM advirtió que si esta enfermedad no es tratada a tiempo, puede complicarse y provocar la muerte. En todo el mundo fallecen 180 mil personas al año, refirió

·        Su tratamiento se basa en tres pilares: el farmacológico, la educación y el control del medio ambiente; en algunos casos, es necesaria también la inmunoterapia

 

El asma es la enfermedad crónica más frecuente entre los niños. Se estima que en todo el mundo, el 80 por ciento de los afectados –de 100 millones a 150 millones de personas al año 2000, según cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)– presentó síntomas antes de los cinco años de edad, afirmó Javier Gómez Vera, académico de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

 

Explicó que este padecimiento se caracteriza por la inflamación crónica del aparato respiratorio, lo cual ocasiona bronco espasmos, tos, silbidos en el pecho –conocidos como sibilancias– y dificultad para respirar.

 

De hecho, subrayó el alergólogo –quien ha realizado diversos estudios en el Distrito Federal, Guadalajara, Villahermosa y Monterrey para identificar la prevalencia nacional–, si esta enfermedad no es tratada a tiempo puede complicarse y provocar la muerte. Según la misma OMS, cada año mueren 180 mil personas por complicaciones asmáticas.

Se han reconocido diversos factores desencadenantes, entre los que se encuentran: antecedentes genéticos y familiares, trastornos de género, atopia, dieta, medio ambiente, infecciones respiratorias y contaminación atmosférica.

 

En el caso de los antecedentes hereditarios, se estima que si los padres presentan asma, sus  hijos tienen entre 70 y 80 por ciento de probabilidades de padecerla, destacó el médico adscrito al servicio de Alergia e Inmunología del Hospital Regional “Lic. Adolfo López Mateos”, del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE).

 

Indicó que la mayoría de los enfermos alérgicos tiene antecedentes familiares, que se transmiten por generaciones; a este fenómeno se le conoce como atopia. El asma alérgica se desarrolla en personas genéticamente predispuestas.

 

En los menores este padecimiento se presenta con mayor frecuencia entre varones y quizá pueda atribuirse a diferencias anatómicas, pues sus bronquios son más pequeños y, por lo mismo, fácilmente reducibles.

 

Los trastornos por la dieta pueden remitirse al amamantamiento, pues el consenso actual coincide en que esta práctica evita o retrasa la aparición de esta afectación. De igual forma se afirma, aunque sin comprobación, que el consumo de magnesio y sodio entre los adultos desencadena las crisis.

 

Otro factor es el medio ambiente, sobre todo dentro de los hogares. Las personas predispuestas deben evitar la acumulación de polvo, ácaros y hongos producidos por humedad, de lo contrario, la inflamación puede presentarse en forma temprana, abundó Gómez Vera.

 

En ocasiones, las infecciones virales o bacterianas del árbol respiratorio son condicionantes, aunque en este caso se trata de asma no alérgica, la cual también sobreviene en personas que trabajan en condiciones específicas, en lugares insalubres o expuestas a ciertas sustancias.

 

El diagnóstico del asma es clínico. Con un expediente médico completo y una exploración física adecuada, es posible realizarlo de forma acertada hasta en el 95 por ciento de los casos. Sin embargo, antes debe tomarse una radiografía para descartar la existencia de otros padecimientos, como ganglios paratraquiales, tuberculosis, cuerpos extraños, bronqueolitis o neumonía.

 

En general, aseguró, su tratamiento es sencillo –sobre todo si se considera que, en la mayoría de los casos, la molestia va de leve a moderada– y se divide en tres grandes pilares: el farmacológico, la educación y el control del medio ambiente; en algunos casos es necesaria también la inmunoterapia.

 

La utilización de medicamentos está encaminada a disminuir el control de la inflamación del bronquio. Desde hace 30 o 40 años los esteroides inhalados están disponibles en el mercado. Ellos han mejorado la calidad de vida de los pacientes.

 

También se utilizan broncodilatadores, cuya función es abrir la vía respiratoria relajando el músculo bronquial; esto disminuye los broncoespasmos en el caso de una crisis.

 

Otra parte del tratamiento reside en la educación sobre el uso adecuado de esas sustancias y el control ambiental. “Si tomamos en cuenta que el asma alérgica se presenta hasta en el 70 por ciento de los pacientes, el control domiciliario es importante”.

 

Además de evitar la acumulación de polvo, hongos y ácaros en las casas, debe combatirse a la fauna nociva, como las cucarachas, pues se ha demostrado –en países como India y México– que estos insectos forman parte de los alérgenos intra domiciliarios. “Evitar este factor ayuda a reducir el número de crisis en el paciente; algunos autores dicen que hasta en un 30 por ciento”, advirtió.

 

No obstante, recordó que el asma no se cura, sólo se controla. Su atención se considera adecuada “cuando el paciente tiene el menor número de crisis posibles en un año; estamos hablando de dos cuando mucho y que no llegue a hospitalizarse”.

 

Finalmente, reconoció que aunque el costo del tratamiento es elevado, se cuenta con personal especializado para brindar tratamiento a los afectados, concluyó.

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 1

El asma es la enfermedad crónica más frecuente entre los niños. Se estima que en todo el mundo, el 80 por ciento de los afectados –de 100 a 150 millones de personas en el año 2000– presentó síntomas antes de los cinco años de edad, afirmó Javier Gómez Vera, profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM.

 

FOTO 2

Según la Organización Mundial de la Salud, cada año mueren 180 mil personas en todo el mundo por complicaciones asmáticas, señala el profesor universitario Javier Gómez Vera.