06:00 hrs. Diciembre 22 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-962

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

AFECTADO, EL 40 POR CIENTO DEL NICHO ECOLÓGICO  DE LOS MAMÍFEROS DE MÉXICO

 

·        Coloca a esta fauna en una posición vulnerable, afirmó Víctor Sánchez Cordero, investigador del Instituto de Biología

·        Apoyados en sistemas de cómputo y de un software especializado, los universitarios determinan la distribución actual de cada especie y su proyección en décadas

·        En la construcción de bases de datos se aprovecha el enorme acervo biológico con el que cuentan las colecciones científicas nacionales de flora y fauna, bajo la custodia del IB

 

Hasta un 40 por ciento de las más de 400 especies de mamíferos que existen en nuestro país ha sido afectado por la deforestación en su nicho ecológico. Eso coloca a esta fauna en una posición vulnerable, afirmó el doctor Víctor Sánchez Cordero, investigador de la dependencia.

 

Datos preliminares de un estudio interdisciplinario que se realiza en el Instituto de Biología (IB) de la UNAM establecen que los escenarios, de continuar con las tasas actuales de deforestación –de 700 mil hectáreas cada año–, en el mediano plazo la alteración podría alcanzar hasta un 60 por ciento. “La pérdida de biodiversidad en nuestro país, no sólo de mamíferos –de los cuales nuestro territorio posee una de las mayores manifestaciones taxonómicas y ecológicas en el mundo–, sino de otros grupos de fauna y flora, puede ser dramática”, abundó.

 

Apoyados en sistemas de cómputo y de software especializado –con información geográfica–, los científicos determinan la distribución actual de cada especie y pueden proyectarla para las próximas décadas.

 

“Esto abre un escenario de investigación importantísimo, porque tales pronósticos no sólo pueden hacerse para los mamíferos, sino para prácticamente todos los grupos biológicos del país y del mundo”, precisó el especialista.

 

La nueva herramienta utiliza mapas electrónicos de diferentes parámetros: topografía, precipitación y temperaturas, entre otros, pero sobre todo, se aprovecha el enorme acervo con el que cuentan las colecciones científicas nacionales de flora y fauna, bajo la custodia del IB.

 

Tales resguardos, añadió, contienen especímenes recolectados en México desde hace, por lo menos, 150 años. “Elegimos de esos miles de ejemplares depositados, dos fuentes de información: la especie y la localidad de donde fue tomada. Ésta última es ‘georreferenciada’, es decir, se ubica con coordenadas geográficas. Así se construye una base de datos que sirve para determinar el estado actual y futuro de los animales y las plantas”.

 

De ese modo, opinó, las colecciones adquieren, además de la importancia que en sí mismas tienen, un valor agregado enorme como información primaria, a la cual tendrán acceso los especialistas interesados.

 

Con relación a los posibles escenarios, Sánchez Cordero mencionó que se hacen proyecciones del estado de conservación de las especies, tomando en cuenta la continuidad de las tasas de deforestación actuales, así como los efectos del cambio climático. Tales parámetros son de gran relevancia para el cuidado de los recursos naturales.

 

Además, este modelo permite predecir áreas de riesgo por plagas agrícolas y enfermedades. En ambos sentidos se ha aplicado a los roedores, especialmente en el segundo factor, pues funcionan como reservorio de varios parásitos que provocan enfermedades al hombre.

El proyecto, donde participan estudiantes como Patricia Illoldi, Mariana Munguía, Verónica Cirelli y Juan Carlos Chacón, además de otros investigadores del IB, como Enrique Martínez Meyer y Miguel Ortega, así como Adolfo Navarro, de la Facultad de Ciencias; Jorge Soberón Mainero, director ejecutivo de la Conabio, y A. Townsend Peterson, de la Universidad de Kansas, Estados Unidos, incluirá además de mamíferos, aves, anfibios y reptiles, mariposas y, eventualmente, familias de plantas.

 

Se pretende que el mayor número de grupos biológicos se encuentren representados. Hasta ahora, el avance relativo a mamíferos, que corresponde al doctor Víctor Sánchez Cordero, es del 40 por ciento, pero con los datos obtenidos hasta ahora ya es posible brindar resultados preliminares.

 

En relación con el efecto que el cambio climático global tiene sobre ese y otros grupos animales, comentó que “son dramáticos”. En un escenario de aumento de temperatura en dos o tres grados centígrados durante los próximos 50 años, el modelo –realizado en conjunto con científicos estadounidenses– señala que los ejemplares más afectados serán los que se distribuyen en el Altiplano mexicano, debido a que las características ambientales relativamente uniformes de las planicies, las vuelve más sensibles a cambios bruscos en el clima.

 

No se puede establecer con exactitud qué especies se extinguirán a consecuencia de ese fenómeno global, pero se prevé que enfrentarán tres posibilidades: adaptarse al nuevo escenario in situ, sin moverse de su hábitat; dispersarse a otras regiones contiguas geográficamente, o que se alejen a grandes distancias y, en consecuencia, se reduzcan aún más sus territorios.

 

Por ejemplo, para el ave conocida como “guan cornudo” (familia: Cracidae), endémica de Los Altos de Chiapas, se prevé que su nicho ecológico, su área de distribución actual, desaparecería a causa del cambio climático. Es posible que dentro de 40 o 50 años se haya extinguido para siempre en nuestro país. “De su capacidad de migración va a depender, en gran medida, si van a poder sobrevivir o desaparecer”, añadió el experto.

 

“De forma lamentable, en las últimas tres o cuatro décadas la deforestación ha sido creciente y al mismo tiempo se desconoce mucho de la biología de las especies”, recordó Sánchez Cordero.

 

En el caso de los mamíferos, en los cuales es especialista, no se puede cuantificar con certeza cuál ha sido el impacto del deterioro ambiental  para el estado de conservación de los ejemplares y su distribución.

 

Por todo eso, opinó, se deben tomar medidas de preservación urgentes, entre ellas, impedir el tráfico ilegal que, aunque es menor que hace 10 o 15 años, “por desgracia aún persiste”.

 

Calificó de “muy importante” la existencia del Sistema de Áreas Naturales Protegidas con que cuenta el país. Se trata de aquellas zonas del territorio y sobre las que la nación ejerce su soberanía y jurisdicción, en donde los ambientes originales no han sido significativamente alterados por la actividad del ser humano o que requieren ser cuidadas y restauradas.

 

Pero eso no es suficiente. Cuanto antes debe detenerse la destrucción de los hábitats naturales, precisó Sánchez Cordero, también integrante del Consejo de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas.

 

Finalmente mencionó que, con base en los resultados preliminares obtenidos hasta ahora, mediante el proyecto de investigación interinstitucional, ya se considera sugerir a las autoridades correspondientes algunas medidas que reviertan la situación por la que atraviesa la biodiversidad del país.

 

 

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

De continuar con las tasas actuales de deforestación –de 700 mil hectáreas por año–, la pérdida de biodiversidad en nuestro país puede ser dramática, aseguró Víctor Sánchez Cordero, investigador del Instituto de Biología de la UNAM.

 

Foto 2

Víctor Sánchez Cordero, investigador del Instituto de Biología, explicó que en un escenario de calentamiento global, con un aumento de temperatura de dos o tres grados centígrados en los próximos 50 años, los animales más afectados serán los que se distribuyen en el Altiplano mexicano.