Boletín UNAM-DGCS-962
Ciudad Universitaria
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final del boletín
AFECTADO, EL 40 POR CIENTO DEL NICHO ECOLÓGICO DE LOS MAMÍFEROS DE MÉXICO
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Coloca a esta fauna en una posición
vulnerable, afirmó Víctor Sánchez Cordero, investigador del Instituto de
Biología
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Apoyados en sistemas de cómputo y de un
software especializado, los universitarios determinan la distribución actual de
cada especie y su proyección en décadas
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En la construcción de bases de datos se
aprovecha el enorme acervo biológico con el que cuentan las colecciones
científicas nacionales de flora y fauna, bajo la custodia del IB
Hasta un 40 por ciento de las más de 400 especies de
mamíferos que existen en nuestro país ha sido afectado por la deforestación en
su nicho ecológico. Eso coloca a esta fauna en una posición vulnerable, afirmó
el doctor Víctor Sánchez Cordero, investigador de la dependencia.
Datos preliminares de un
estudio interdisciplinario que se realiza en el Instituto de Biología (IB) de
la UNAM establecen que los escenarios, de continuar con las tasas actuales de
deforestación –de 700 mil hectáreas cada año–, en el mediano plazo la
alteración podría alcanzar hasta un 60 por ciento. “La pérdida de biodiversidad
en nuestro país, no sólo de mamíferos –de los cuales nuestro territorio posee una
de las mayores manifestaciones taxonómicas y ecológicas en el mundo–, sino de
otros grupos de fauna y flora, puede ser dramática”, abundó.
Apoyados en sistemas de
cómputo y de software especializado –con información geográfica–, los
científicos determinan la distribución actual de cada especie y pueden
proyectarla para las próximas décadas.
“Esto abre un escenario de
investigación importantísimo, porque tales pronósticos no sólo pueden hacerse
para los mamíferos, sino para prácticamente todos los grupos biológicos del
país y del mundo”, precisó el especialista.
La nueva herramienta utiliza
mapas electrónicos de diferentes parámetros: topografía, precipitación y
temperaturas, entre otros, pero sobre todo, se aprovecha el enorme acervo con
el que cuentan las colecciones científicas nacionales de flora y fauna, bajo la
custodia del IB.
Tales resguardos, añadió,
contienen especímenes recolectados en México desde hace, por lo menos, 150
años. “Elegimos de esos miles de ejemplares depositados, dos fuentes de
información: la especie y la localidad de donde fue tomada. Ésta última es
‘georreferenciada’, es decir, se ubica con coordenadas geográficas. Así se
construye una base de datos que sirve para determinar el estado actual y futuro
de los animales y las plantas”.
De ese modo, opinó, las
colecciones adquieren, además de la importancia que en sí mismas tienen, un
valor agregado enorme como información primaria, a la cual tendrán acceso los
especialistas interesados.
Con relación a los posibles
escenarios, Sánchez Cordero mencionó que se hacen proyecciones del estado de
conservación de las especies, tomando en cuenta la continuidad de las tasas de
deforestación actuales, así como los efectos del cambio climático. Tales
parámetros son de gran relevancia para el cuidado de los recursos naturales.
Además, este modelo permite
predecir áreas de riesgo por plagas agrícolas y enfermedades. En ambos sentidos
se ha aplicado a los roedores, especialmente en el segundo factor, pues
funcionan como reservorio de varios parásitos que provocan enfermedades al
hombre.
El proyecto, donde participan
estudiantes como Patricia Illoldi, Mariana Munguía, Verónica Cirelli y Juan
Carlos Chacón, además de otros investigadores del IB, como Enrique Martínez
Meyer y Miguel Ortega, así como Adolfo Navarro, de la Facultad de Ciencias;
Jorge Soberón Mainero, director ejecutivo de la Conabio, y A. Townsend
Peterson, de la Universidad de Kansas, Estados Unidos, incluirá además de
mamíferos, aves, anfibios y reptiles, mariposas y, eventualmente, familias de
plantas.
Se pretende que el mayor
número de grupos biológicos se encuentren representados. Hasta ahora, el avance
relativo a mamíferos, que corresponde al doctor Víctor Sánchez Cordero, es del
40 por ciento, pero con los datos obtenidos hasta ahora ya es posible brindar
resultados preliminares.
En relación con el efecto que
el cambio climático global tiene sobre ese y otros grupos animales, comentó que
“son dramáticos”. En un escenario de aumento de temperatura en dos o tres
grados centígrados durante los próximos 50 años, el modelo –realizado en
conjunto con científicos estadounidenses– señala que los ejemplares más
afectados serán los que se distribuyen en el Altiplano mexicano, debido a que
las características ambientales relativamente uniformes de las planicies, las
vuelve más sensibles a cambios bruscos en el clima.
No se puede establecer con
exactitud qué especies se extinguirán a consecuencia de ese fenómeno global,
pero se prevé que enfrentarán tres posibilidades: adaptarse al nuevo escenario in
situ, sin moverse de su hábitat; dispersarse a otras regiones contiguas
geográficamente, o que se alejen a grandes distancias y, en consecuencia, se
reduzcan aún más sus territorios.
Por ejemplo, para el ave
conocida como “guan cornudo” (familia: Cracidae), endémica de Los Altos de
Chiapas, se prevé que su nicho ecológico, su área de distribución actual,
desaparecería a causa del cambio climático. Es posible que dentro de 40 o 50
años se haya extinguido para siempre en nuestro país. “De su capacidad de
migración va a depender, en gran medida, si van a poder sobrevivir o
desaparecer”, añadió el experto.
“De forma lamentable, en las últimas tres o cuatro
décadas la deforestación ha sido creciente y al mismo tiempo se desconoce mucho
de la biología de las especies”, recordó Sánchez Cordero.
En el caso de los mamíferos, en los cuales es
especialista, no se puede cuantificar con certeza cuál ha sido el impacto del
deterioro ambiental para el estado de
conservación de los ejemplares y su distribución.
Por todo eso, opinó, se deben
tomar medidas de preservación urgentes, entre ellas, impedir el tráfico ilegal
que, aunque es menor que hace 10 o 15 años, “por desgracia aún persiste”.
Calificó de “muy importante” la existencia del Sistema de
Áreas Naturales Protegidas con que cuenta el país. Se trata de aquellas zonas
del territorio y sobre las que la nación ejerce su soberanía y jurisdicción, en
donde los ambientes originales no han sido significativamente alterados por la
actividad del ser humano o que requieren ser cuidadas y restauradas.
Pero eso no es suficiente.
Cuanto antes debe detenerse la destrucción de los hábitats naturales, precisó
Sánchez Cordero, también integrante del Consejo de la Comisión Nacional de
Áreas Protegidas.
Finalmente mencionó que, con
base en los resultados preliminares obtenidos hasta ahora, mediante el proyecto
de investigación interinstitucional, ya se considera sugerir a las autoridades
correspondientes algunas medidas que reviertan la situación por la que
atraviesa la biodiversidad del país.
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PIES DE FOTO
Foto 1
De continuar con
las tasas actuales de deforestación –de 700 mil hectáreas por año–, la pérdida
de biodiversidad en nuestro país puede ser dramática, aseguró Víctor Sánchez
Cordero, investigador del Instituto de Biología de la UNAM.
Foto 2
Víctor Sánchez Cordero, investigador del Instituto de Biología, explicó que en un escenario de calentamiento global, con un aumento de temperatura de dos o tres grados centígrados en los próximos 50 años, los animales más afectados serán los que se distribuyen en el Altiplano mexicano.