Boletín UNAM-DGCS-953
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al
final del boletín
CREA UNIVERSITARIO PRIMER BANCO ELECTRÓNICO DE IMÁGENES CEREBRALES EN MÉXICO
·
Se trata de Fernando Barrios, del Instituto
de Neurobiología de la UNAM
·
Lo formó para apuntalar proyectos de
investigación tanto en la Universidad Nacional como en el resto del país
· Además,
sirve como apoyo para la formación de un Atlas de Imagenología
México ya cuenta con el primer
banco electrónico de imágenes cerebrales, creado para ayudar al desarrollo de
diversos proyectos de investigación neurocientífica que se realizan tanto en la
Universidad Nacional como en el resto del país, por el investigador Fernando
Barrios Alvarez, del Instituto de Neurobiología (INb).
El acervo está conformado por
alrededor de 60 gráficas de individuos control. Su elevada resolución facilita
su utilización en estudios científicos al más alto nivel y en la generación de
conocimientos en la materia.
Barrios Álvarez explicó que
este conjunto tiene múltiples aplicaciones, al destacar, entre muchas otras,
que grupos de investigadores se pueden respaldar en ellas. Ejemplificó que ya
ha sido utilizado por estudiosos de distintas instituciones de educación
superior, tanto públicas como privadas de toda la república.
Este proyecto fue apoyado
por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), que otorgó un
donativo por 460 mil pesos, y por la Dirección General de Asuntos del Personal
Académico de la UNAM, lo que permitió la divulgación del material electrónico
mediante su distribución en disco óptico (CD-ROM).
La colección también está
disponible en Internet. Los usuarios pueden consultar el índice contenido en la
página Web y “bajar” una o más imágenes mediante la digitación de un password
asignado. Sin embargo, diversos ataques de “piratas informáticos” o hackers han
restringido este acceso, sin que ello implique abandonar su uso.
El investigador universitario
explicó que el apoyo del Conacyt tuvo como propósito hacer públicas las
imágenes. Por ello, los recursos obtenidos permitieron diseñar y distribuir los
discos compactos entre la comunidad académica
El creador de esta base de
datos señaló que entre los usuarios de este acopio destacan investigadores,
profesores, alumnos y público interesado en este campo, procedentes de todo
tipo de instituciones.
Es el caso de los alumnos de
la profesora María Elena Algorri, del Departamento de Ciencias Computacionales
del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), quienes efectuaron
diversos proyectos de licenciatura con ese material.
De igual forma, un equipo de
análisis y segmentación de imagen en la Universidad Autónoma Metropolitana
(UAM) Iztapalapa, dirigido por Verónica Medina, generó diversas publicaciones
con el apoyo de esta compilación. También
hicieron uso de este recurso, miembros del Instituto de Matemáticas de
Guanajuato, y Thalía Harmony, del propio INb.
Cabe destacar que toda la
información resultado de estas ilustraciones está disponible en el
ciberespacio, en donde puede desplegarse e incluso, almacenarse en dispositivos
personales.
Su utilidad primaria es
conformar un Atlas de Imagenología, y debido a que todas son realizadas con las
mismas técnicas y en forma controlada, son útiles para análisis secuenciales o
comparados de las láminas. Al provenir de individuos sanos y conocerse su edad
promedio –pues con anterioridad fueron analizadas por radiólogos–, facilitan el
control y seguimiento.
Las reproducciones que
componen este acervo se han clasificado bajo formatos genéricos; es decir, se
pueden importar a distintos tipos de computadora, desde Unix hasta Macintosh y
Windows. Por lo general utilizan el formato TIF, de uso extendido entre los
profesionales de la medicina, sobre todo en investigación, y en configuración
binaria genérica para que cualquier pueda utilizarlas.
Fernando Barrios recalcó que
las prioridades del proyecto para los próximos años serán actualizar y proteger
esta base de datos en la Red, así como
mejorar la información y presentación del disco óptico, solicitando el apoyo
que el Sistema de Bibliotecas Centrales de la Universidad Nacional brinda a
investigadores y profesores de la institución.
Incluso se plantea la
posibilidad de editar un libro para evitar ataques al portal de la red y la
utilización de lectores ópticos.
Otro objetivo se centraría en
incrementar el contenido del banco, hasta incluir por lo menos 120 gráficas,
organizadas en diferentes segmentaciones, como la división por edades y sexo,
entre otras.
Resaltó que en México no hay
una sistematización similar, la referencia más próxima es una colección de
imágenes de cabezas para hacer clasificaciones, útil para las actividades del
Buró Federal de Inteligencia (FBI) norteamericano. Sin embargo, este acervo no
tiene una aplicación clínica o educativa en el área radiológica, sino policiaca,
para imágenes forenses.
A pesar de que son
proyectos distintos, usan técnicas algorítmicas idénticas o similares. Por
ello, en algún momento todos esos resguardos podrían servir a la investigación
científica.
“La forma de los cerebros
humanos es distinta; son como nuestras huellas dactilares. Aunque se ven
iguales, guardan diferencias entre sí. Algún día, así como al nacer se toma una
placa de la planta del pie para registrar las huellas digitales, quizá en el
futuro, a los infantes se les realice una resonancia magnética cerebral y se
guarde el registro. Es factible que en el futuro las imágenes radiológicas se
constituyan como identificación”, concluyó.
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PIES DE FOTO
Foto 1
Con apoyo del
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y de la UNAM, Fernando Barrios,
investigador del Instituto de Neurobiología, produjo el primer banco
electrónico de imágenes cerebrales en nuestro país.
Foto 2
En el Instituto
de Neurobiología de la UNAM, el investigador Fernando Barrios creó un banco de
imágenes cerebrales, que distribuyó en disco óptico a distintos investigadores
en México y que está disponible en Internet a través de una página
especializada.