06:00 hrs. Diciembre 13 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-944

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

LA DEPENDENCIA TECNOLÓGICA PONE EN RIESGO LA EXPLORACIÓN PETROLERA DEL PAÍS: FABIO BARBOSA

 

·        El especialista en esta industria del IIEc de la UNAM, demandó disponer de mayor inversión e investigación para este energético

·        Pugnó por que se destine un porcentaje fijo para la innovación tecnológica del sector

 

México no debe resignarse a la dependencia tecnológica en materia de exploración petrolera, porque el declive de la producción de Estados Unidos podría traer riesgos de extracción cerca de nuestras fronteras, además de que la explotación futura de hidrocarburos la realizaría, ineludiblemente, nuestro vecino del norte, advirtió Fabio Barbosa.

 

El especialista en temas relativos a ese energético e integrante del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, aseguró que la diferente asignación de los recursos presupuestales le permitiría al país alcanzar mayores grados de autonomía en el ramo técnico.

 

Sin embargo, el Estado, dijo, debe buscar reorientar sus gastos y disponer de inversiones provenientes de ese sector, de tal manera que se destine un porcentaje fijo para innovar los métodos que se requieren en esta industria.

 

Medidas de este tipo, como asignar más recursos a la investigación tecnológica, deben acompañarse por convenios de cooperación con otros países, como Brasil, líder mundial en el trabajo sobre aguas profundas, o Cuba, que ya empieza a incursionar en ese mismo campo.

 

El Golfo de México, explicó el investigador universitario, es la tercera cuenca petrolera más importante del mundo. Sus aguas pertenecen a tres países: México, Estados Unidos y Cuba. El litoral mexicano es el más extenso. Su potencial asciende a más de 100 mil millones de barriles de crudo.

 

Las nuevas herramientas de exploración y de perforación de pozos, surgidas en los años noventa, confirmaron y luego revaloraron la alta estimación comercial de esa zona, tanto en la correspondiente a nuestro país, como en la porción estadounidense, señaló Fabio Barbosa.

 

Esos yacimientos se encuentran parcialmente ubicados a lo largo del Paralelo 26, donde comienza la línea limítrofe, en la desembocadura del Río Bravo, e incluye los llamados Hoyos de Dona.

 

Estos lugares, explicó el especialista, son dos porciones de dicho Golfo, ubicados más allá de las 200 millas, y quedaron pendientes de negociación en el Tratado para la Delimitación de la Zona Económica Exclusiva, firmado en 1976 por ambas naciones.

 

Luego de exponer el proceso de exploración en las zonas del norte de dicha región, reseñar los principales estudios y resumir sus resultados en términos de estimación de reservas y evaluación del potencial en el país, Fabio Barbosa reconoció que el problema de los Hoyos de Donas y la explotación en las inmediaciones de la frontera marítima con México no debe minimizarse.

 

Con Cuba debería iniciarse el estudio de la Dona, para que cuando llegue el momento de las negociaciones con la Unión Americana, se emprendan las acciones a la brevedad mediante una alianza con los científicos caribeños, habiéndose definido con claridad los principios que establece el Derecho marítimo, señaló el experto.

 

Tenemos rezagos tecnológicos, reconoció, pero no debemos resignarnos a la dependencia extranjera, menos en renglones como la exploración, ya que una diferente asignación de los recursos presupuestales podría permitirnos alcanzar mayores grados de autonomía tecnológica, concluyó.

 

 

 

---o0o---

 

 


PIES DE FOTO

 

FOTO 1

El investigador del IIEc de la UNAM, Fabio Barbosa, advirtió sobre los riesgos de extracción y exploración petrolera cerca de nuestras fronteras.

 

FOTO 2

No debemos resignarnos a la dependencia tecnológica, menos en renglones como la exploración petrolera, señaló Fabio Barbosa, del IIEc de la UNAM.

 

FOTO 3

Fabio Barbosa, del IIEc de la UNAM, aseguró que una asignación diferente asignación de los recursos presupuestales podría permitirle al país alcanzar mayores grados de autonomía tecnológica