12:30 hrs. Diciembre 10 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-936

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

INCREMENTO DRAMÁTICO DEL  BLANQUEAMIENTO DE CORAL, EN EL MUNDO

 

·        Roberto Iglesias Prieto, del ICMyL, explicó que los arrecifes, que ocupan menos del uno por ciento de la superficie total de los océanos, son habitados por tres cuartas partes de las especies de peces del planeta

·        Aumentan los reportes de registro de este problema debido al calentamiento global, sostuvo

 

Con el inminente aumento de la temperatura oceánica será más frecuente el blanqueamiento del coral, dañado en forma dramática durante los últimos 25 años. Todo indica que los arrecifes pasarán más tiempo en condiciones de estrés térmico, lo que les acarreará condiciones fatales, afirmó Roberto Iglesias Prieto.

 

El investigador de la Unidad Académica de Puerto Morelos, Quintana Roo, perteneciente al Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM, expuso que la única forma de proteger esos ecosistemas es cambiar nuestros hábitos en el consumo de hidrocarburos.

 

El científico recordó que esas formaciones calcáreas, que ocupan menos del uno por ciento de la superficie total de los océanos, son habitadas por las tres cuartas partes de las especies de peces del planeta.

 

Nuestro país, expuso, es afortunado al tener esas estructuras arrecifales en las costas del Pacífico y del Atlántico; la mayoría ubicadas en el estado de Quintana Roo, donde se ubica el segundo más grande del mundo, conocido como Mesoamericano, que va desde Contoy –en el norte de la Península de Yucatán– hasta Honduras.

 

Hasta ahora no se cuenta con herramientas para manejar estos ecosistemas en el contexto del cambio climático global. No hay estrategias para proteger las colonias coralinas a escala planetaria.

 

Por ello, la Universidad Nacional participa en proyectos de investigación internacionales, como el que se realizará de manera conjunta en Puerto Morelos, Tanzania, Australia y Filipinas. En él se estudiará la conectividad entre arrecifes, remediación y sensores remotos, entre otros aspectos.

 

El científico recordó que los corales forman estructuras de cinco o seis metros de altura, con varias toneladas de peso, y proveen importantes servicios a la población, como la protección de la zona costera, ya que las olas –en especial durante los huracanes– rompen antes en esas formaciones arbóreas.

 

Tradicionalmente se pensaba que las principales amenazas provenían de acciones directas del ser humano, por la construcción de grandes hoteles en la costa del Caribe, que involucra el depósito de desechos al mar, el comercio de peces para acuarios y otros fenómenos.

 

Sin embargo esta percepción cambió con la aparición del blanqueamiento coralino. Iglesias refirió que las aguas oceánicas claras, como las caribeñas, son “desiertos en el mar”, pues no contienen nutrientes; los arrecifes "son similares a los oasis".

 

Estos organismos, en apariencia plantas, son en realidad animales carnívoros. Son colonias formadas por miles de pólipos, cada uno dotado de tentáculos para comer. Su esqueleto de carbonato de calcio da forma a esa estructura.

 

En sus tejidos se ven pigmentos, producidos por un alga microscópica conocida como zooxantela, que hace fotosíntesis y vive dentro del animal. Esta simbiosis es la clave para entender el ecosistema.

La  talófita no sólo da color a estos seres vivos. Mediante el uso de la luminosidad del sol, el agua y el bióxido de carbono produce alimento. "El 90 por ciento de su producción diaria es para el animal", dijo. De esa forma se mantiene el crecimiento de los corales y los arrecifes que lo forman.

 

Empero, dicha simbiosis se ha puesto en tensión. Cuando mueren esas plantas marinas se les acaban los nutrientes. Ello se manifiesta por su decoloración, colapso de esa delicada relación en regiones completas.

 

La causa de la catástrofe es que la temperatura del agua se encuentra por arriba del promedio en un plazo largo, reveló. Tal incremento puede ser pequeño, de hasta 1.5 grados centígrados.

 

La primera vez que se detectó un evento masivo de blanqueamiento fue en 1982 en las islas Galápagos y la costa de Panamá, donde incluso se extinguieron. Esto se relacionó con la presencia de temperaturas oceánicas anómalamente elevadas ese año, durante la ocurrencia de El Niño. De hecho, se estima que durante 1997 y 1998, cuando también se presentó ese fenómeno, el 16 por ciento de los corales del mundo murieron.

 

Sin embargo, cada vez hay más reportes a este respecto, relacionados con eventos parecidos debido al calentamiento global, producido por la acumulación de gases de efecto invernadero, como bióxido de carbono y metano en la atmósfera. Por ello se esperan más incrementos en esta magnitud marina.

 

Ante ese panorama señaló que existen cuatro posibles escenarios: que los corales se acostumbren: "históricamente, no es la primera vez que el planeta se calienta". Otro, conocido como incremento en las tasas de recambio, significa que algunos morirán, pero otros no, y los más grandes serán suplantados por pequeños, con consecuencias en los servicios que los arrecifes brindan.

 

O bien, podría presentarse un cambio "de estrategia", o sea, que algunos antozoos que ahora forman las rocas de carbonatos desaparezcan de ciertas zonas y lleguen otros "no mejores".

 

Un último escenario, llamado cambio de fase, sustituiría a los corales por algas "y eso sí es catastrófico. Se perdería la estructura arrecifal y sus servicios, además de la diversidad de organismos".

 

En el laboratorio se estudian los mecanismos causantes de la pérdida de color, informó el especialista. Lo primero por entender fue si la responsable de sentir el estrés térmico era la parte animal o vegetal.

 

"Se inquirió cuánta fotosíntesis pueden hacer las algas cuando se calientan, y se encontró que a 35 grados centígrados deja de producirse; viven, pero ya no realizan dicho proceso ", explicó.

 

Los científicos han determinado que el exceso lumíneo es reactivo y puede destruir este proceso de transformación biológica. Con el calentamiento, además, decae la tasa de calcificación de los organismos.

 

No todos los organismos son igualmente sensibles y eso tiene implicaciones para predecir qué es lo que pasará con el cambio climático global. Los corales más receptivos a la temperatura son los responsables de construir el arrecife.

 

Cuando los pólipos están normalmente pigmentados, la luz y la radiación ultravioleta quedan atrapadas por las algas; pero cuando están blancos, los rayos UV viajan más adentro del tejido del animal y "esto puede matarlos", advirtió.

 

 

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PIES FOTO

 

Foto 1

Con el inminente aumento de la temperatura oceánica será más frecuente el blanqueamiento del coral, dañado en forma dramática durante los últimos 25 años, afirmó Roberto Iglesias Prieto, del ICMyL de la UNAM.

 

Foto 2

Roberto Iglesias, de la Unidad Académica de Puerto Morelos, Quintana Roo, perteneciente al ICMyL de la UNAM, expuso que la única forma de proteger los corales es cambiar los hábitos en el consumo de hidrocarburos.