06:00 hrs. Noviembre 22 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-882

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de foto al final del boletín

LA INTERNET NO PUEDE ESTAR AL MARGEN DE LA LEY

 

·        Miguel Ángel Davara Rodríguez, de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, dijo que si así lo fuera, significaría un fracaso de la ciencia legal

·        Participó en el Congreso Internet.2003, organizado por la Dirección General de Servicios de Cómputo Académico

·        Los países de la Unión Europea no consienten que información relativa a sus ciudadanos viaje a naciones donde no exista un nivel de protección similar al suyo

 

Internet no puede ser, en absoluto, un territorio ajeno al Derecho, al contrario, debe intervenir para regular a la red en los límites que ella misma se ha definido como propiciatoria de convivencias, afirmó Miguel Ángel Davara Rodríguez, director del Instituto de Informática Jurídica de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, España.

 

Durante su participación en el Congreso Internet.2003, organizado por la Dirección General de Servicios de Cómputo Académico (DGSCA), expuso que la Web es un fenómeno irreversible, pero no puede ni debe ser un área sin ley, porque si así lo fuera significaría un fracaso de la ciencia legal, que no puede ir detrás de esa herramienta electrónica, no sólo de comunicación, sino de utilización de datos y establecimiento de relaciones.

 

Al hablar de Privacidad y protección de datos personales en Internet, en una videoconferencia transmitida desde Madrid, expuso que en este rubro “estamos necesitados de códigos de conducta, éticos, de buena práctica profesional”. La tecnología es importante y necesaria, pero tiene un precio, y no debemos estar dispuestos a pagarlo al grado de poner en juego la libertad o la dignidad humanas.

 

Pero, ¿qué se entiende por privacidad? En el ámbito comunitario europeo, refirió el especialista, es el perfil que se puede obtener de una persona con el tratamiento automatizado de sus características. “Va más allá de la intimidad; es un derecho fundamental más profundo y autónomo, por lo que debe ser interpretado restrictivamente y siempre a favor del ciudadano”.

 

En el auditorio del Instituto de Investigaciones Filológicas aclaró que la “protección de datos” puede ser una expresión que, en la práctica, no tiene ningún contenido. La información no necesita defensa alguna; quien la requiere es la persona titular del mismo, ante los efectos que puede tener el tratamiento automatizado que se le dé a esos registros. Al respecto, la gente debe tener seguridad mediante leyes de alto nivel, desarrolladas a partir de principios constitucionales.

 

Pero, debido a la red y a la globalización, los datos pueden viajar libremente, sin fronteras. Entonces, ¿de qué sirve elevar a la calidad de derechos fundamentales la protección de los mismos en los territorios que sea? Para que funcionen, en especial cuando se trata de Internet, deben tenerse en cuenta ciertos principios de salvaguarda.

 

Ellos son, abundó Davara, el consentimiento, el conocimiento y la calidad. Es decir, el ciudadano debe decidir cuándo, dónde, cómo y por qué se presentan sus referencias en el exterior. Además de ser informado de ello, debe tratarse de elementos actualizados, exactos, adecuados y pertinentes de acuerdo con la finalidad para la que son tratados. Aunque podría haber excepciones como puede ser el interés público, de los Estados, cuestiones fiscales o investigación de delitos.

 

Esos principios deben marcar todas las normas y, en particular, aquellas que regulen la utilización de los de carácter personal en el ámbito de la red, insistió el experto español.

 

Pero eso no es todo. Se requiere, además, el respeto de una serie de garantías que permitan al ciudadano “dar contenido” a los preceptos. Entre ellos están los de información, rectificación y oposición.

 

Ambos, principios y derechos, deben tomarse en cuenta en las tres fases en las que se estructura el procesamiento de datos por Internet: cuando se recaban, cuando se “tratan” y cuando se hace uso de los resultados o se ceden a un tercero, siempre con conocimiento del titular.

 

Miguel Ángel Davara explicó que los países de la Unión Europea (UE) no consienten que información relativa a sus ciudadanos viaje a naciones donde no exista un nivel de protección similar al suyo. Estados Unidos, por ejemplo, no posee una ley de protección al respecto.

 

Debido a que ese factor implicó dificultades de orden económico y mercantil, en el año 2000 se firmó un convenio de “Puerto Seguro”, por el cual la Unión Americana se comprometió a que las empresas que fueran a procesar esa información cumplieran los principios y obligaciones reconocidos en las leyes y ordenamientos jurídicos de los integrantes de la UE.

 

De hecho, mencionó, los únicos países con nivel similar de protección, reconocidos por esa comunidad de naciones son Suiza, Hungría, Canadá y, recientemente, Argentina.

 

En la sociedad de la información y del conocimiento, y ante tal panorama, dijo, las recomendaciones “se basan en la jurisdicción y competencia”.

 

Hay que considerar varias cuestiones en el tratamiento de datos personales a través de la Internet, como realizarse desde una uniformidad en el marco de las leyes. “Es necesario que en países con entornos cercanos o similares, como los iberoamericanos, existan protocolos estructurados de similitud en el comportamiento de los ciudadanos, empresas y poderes públicos”. Asimismo, la tecnología requiere una normalización técnica neutra.

 

En la protección de estos registros también inciden las telecomunicaciones. Éstas son, finalizó, sin duda sinónimo de desarrollo y progreso. Pero también pueden ser utilizadas como elementos de control y presión social. No es posible permitir eso; por el contrario, hay que asegurar que sean elementos de libertad.

 

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Aspecto de la videoconferencia Privacidad y protección de datos personales en Internet, realizada durante el Congreso Internet.2003. En ella participaron Alejandro Pisanty, director de la DGSCA, y Miguel Ángel Davara, de la Universidad de Comillas, España

 

FOTO 04

 

Miguel Ángel Davara Rodríguez, director del Instituto de Informática Jurídica de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, España, advirtió en videoconferencia que Internet no puede ser un territorio ajeno al Derecho