06:00 hrs. Noviembre 20 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-877

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

ÉTICA Y MEDICINA DEBEN CONTEMPLAR CONJUNTAMENTE CLONACIÓN Y REPERCUSIONES DE LA TERAPIA GÉNICA

 

·        La superación del reduccionismo es uno de los retos a vencer:  indicó Luis Felipe Abreu Hernández, coordinador del Programa de Maestría y Doctorado en Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud de la UNAM

·        Con los avances de la medicina y el advenimiento de nuevas tecnologías se enfrentan dilemas relacionados con la atención médica, explicó Francisco Moreno

 

Evitar el reduccionismo y desarrollar pensamientos más complejos en torno a los aspectos fundamentales de la genómica evitará caer en la inconsciencia, razón por la cual todos lo análisis al respecto deben involucrar a la ética y la medicina, afirmó Luis Felipe Abreu Hernández, coordinador del Programa de Maestría y Doctorado en Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud de la UNAM.

 

Preguntas tales como si es válida la clonación con fines terapéuticos, o si la ingeniería de tejidos a partir de células madre es correcta, o cuáles pueden ser las repercusiones de la terapia génica sobre la sociedad del futuro, deben revisarse también desde el aspecto ético, destacó.

 

Para ello, debe quedar claro que uno de los retos fundamentales sobre ética y medicina es el desarrollo de un pensamiento complejo y la superación del reduccionismo. “Quien obvia un análisis riguroso y es incapaz de mirar la complejidad de ese tipo de problemas –dijo–, termina por caer en la inconsciencia”.

A fin de resolver esa disyuntiva, precisó, se deben abordar por lo menos cuatro ejes distintivos del problema. El primero, el sustento biomédico, implica la comprensión de los mecanismos y procesos biológicos involucrados en el hecho real o potencial. “El apremio para discutir sobre la clonación –enfatizó– proviene de la existencia de la técnica biológica capaz de materializarla”.

 

Segundo, el contexto social, donde también influyen los aspectos económico, sociológico, político y psicológico entre otros, afirmó en el Simposio Dilemas de los comités de bioética, efectuado en la Facultad de Medicina de esta casa de estudios.

 

En tercer lugar, prosiguió, la ética propiamente dicha debe verificar lo correcto o incorrecto de nuestras acciones con la intención de preservar nuestra esencia humana, agregó en el Auditorio Fernando Ocaranza.

 

Como cuarto y último eje, deben considerarse los derechos humanos y las cuestiones jurídicas involucradas en el problema. Así, por ejemplo, el aborto es un hecho real o potencial porque existen los recursos quirúrgicos y farmacológicos para inducirlo. También está condicionado por situaciones económicas como la miseria, o la escolaridad y el acceso a los servicios reproductivos. Además, tener un hijo fuera del matrimonio puede ser considerado un estigma y ejercer una presión considerable para inducir el aborto entre las mujeres; las creencias religiosas pueden repercutir también en la decisión.

 

Asimismo, se puede abordar esta cuestión desde el punto de vista filosófico y preguntarnos cuándo se inicia la existencia de la persona humana, si el embrión lo es o no, si aquélla principia con la concepción o posteriormente, y si su eventual destrucción afecta a nuestra especie y nos aleja del bien.

 

Finalmente se debe evaluar si al impedir o favorecer el aborto violenta los derechos humanos de alguna persona; también debe valorarse la legalidad o ilegalidad jurídica del acto.

 

 

A su vez, Francisco Moreno, coordinador del Comité de Bioética y director de Especialidades Médicas del Hospital General de México, dependiente de la Secretaría de Salud, indicó que con los avances de la medicina y el advenimiento de nuevas tecnologías el hombre actual enfrenta dilemas relacionados con la atención médica, mismos que pueden ser agrupados en cinco puntos.

 

El primero se refiere a la relación médico-paciente. Esta, confirmó, se encuentra en proceso de transición y sigue siendo compleja, porque es inherentemente conflictiva “al estarse continuamente confrontando dos realidades y dos interpretaciones”.

 

Otro punto importante es su construcción social; es decir, en ella influye con la misma importancia la enfermedad y sus manifestaciones, la escolaridad, origen, clase social, religión, creencias y costumbres, la capacidad económica, el acceso a la información, los encuentros previos con médicos o instituciones de salud, entre otros.

 

En segundo lugar, los cambios en la transición epidemiológica. Actualmente la atención de enfermedades crónico degenerativas y de alta prevalencia como la diabetes mellitus o hipertensión arterial, traen aparejado una mayor sobrevida de la mayor parte de los pacientes, pero con otros problemas, como la presencia de insuficiencia renal crónica, que en etapa terminal implica altos costos hospitalarios, graves limitaciones y desventajas físicas al paciente, pobre calidad de vida y malestar moral en el ámbito familiar.

 

Tercero, los aspectos específicos del actuar médico. No debemos perder de vista que el principio ético de los médicos radica en la responsabilidad de defender el bien mayor: la vida misma; en segundo lugar, conservar el órgano y, en tercero, preservar la función.

 

Otro aspecto relacionado es mantener la confidencialidad y el secreto profesional de los médicos para con el paciente, condición vulnerada al ser libremente comentados fuera del expediente clínico.

 

Cuarto, la legislación médica y las responsabilidades profesionales de los trabajadores de la salud. Son muchos los asuntos por atender al respecto, y las instancias académicas médicas deben participar activamente en la definición de responsabilidades institucionales, públicas y privadas en aspectos como la interrupción del embarazo producto de violación, de tanatología, clonación y el genoma humano.

 

Finalmente, la participación de los medios de comunicación. En este sentido, Francisco Moreno destacó que es impostergable llevar a cabo acciones donde aquéllos participen en acciones propositivas, de difusión en la prevención y cuidados de la salud. Asimismo, ayudar a entender los principios éticos de la práctica médica, ciencia que, al no ser exacta, corre el riesgo de una serie de complicaciones, no intencionadas.

 

 

 

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Foto 1

Luis Felipe Abreu, coordinador del Programa de Maestría y Doctorado en Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud de la UNAM, opinó que uno de los retos fundamentales sobre ética y medicina es el desarrollo de un pensamiento complejo y la superación del reduccionismo.

 

Foto 2

Especialistas de la UNAM y de otras instituciones participaron en el Simposio Dilemas de los comités de bioética, efectuado en la Facultad de Medicina de esta casa de estudios.