11:00 hrs. Noviembre 13 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-862

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

LOS RIESGOS DE TRASTORNO ALIMENTARIO EN  ADOLESCENTES, SE ORIGINAN EN LA NIÑEZ

 

·        El peso y la figura son determinantes para estas personas, al momento de calificar su forma de ser y sus capacidades

·        Dijo en la UNAM Verónica Vázquez Velázquez, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán

·        Participó en el Seminario Permanente sobre Medio Ambiente y Salud de la Facultad de Medicina

 

Los niños y niñas insatisfechos con su cuerpo aumentan hasta 18 veces el riesgo de trastorno alimentario durante la adolescencia, indicó Verónica Vázquez Velázquez, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.

 

Estos padecimientos, advirtió, son un reto para los pacientes, familiares y médicos. Para quienes los sufren, el peso y la figura son determinantes al momento de calificar su forma de ser, su personalidad, sus capacidades o incapacidades de relacionarse con los demás.

 

La percepción de nuestro cuerpo, un proceso natural, se vuelve un problema cuando el individuo da una importancia exagerada a la comida, y se convierte en el centro de su vida, aseveró la psicóloga adscrita a la Clínica de Obesidad y Trastornos Alimentarios.

 

 

No es sencillo diagnosticar esas enfermedades ni determinar su epidemiología, porque muchos de los casos no se atienden ni se reportan, dijo en el Seminario Permanente sobre Medio Ambiente y Salud de la Facultad de Medicina de la UNAM.

 

Sobre la etiología de esos trastornos, comentó que, hay tres factores principales: el ambiente, cuando los pacientes provienen de una familia disfuncional; la cultura, pues son más frecuentes estos problemas en países industrializados, y la biología, pues no hay modelos animales con los cuales se pueda trabajar, pues ninguno de ellos evita engordar, señaló la experta.

 

Asimismo, indicó, hay factores que predisponen y precipitan estas enfermedades. En los primeros se encuentran los genéticos, los  rasgos de personalidad –son obsesivos y con baja autoestima–, el temor de las mujeres a engordar entre los 11 y 30 años de edad; de los segundos, destacan la moda, la presión social y los problemas psicológicos –como la depresión, familia disfuncional, presión social y burlas por su peso–.

 

El primero de estos trastornos es la anorexia nerviosa, caracterizada por el rechazo a mantener un peso normal o por encima del valor mínimo normal; temor intenso a ganar peso, incluso estando por debajo del peso normal; alteración de la percepción sobre la imagen corporal, así como una exageración de la importancia del peso, y la interrupción de la menstruación en mujeres postpuberales por más de tres ciclos consecutivos.

 

En la bulimia nerviosa hay excesos alimenticios o “atracones” recurrentes, caracterizados por la ingesta de grandes cantidades de alimento en un corto periodo de tiempo –dos horas aproximadamente–, sensación de pérdida de control sobre la ingestión de alimento, vómito provocado, conductas compensatorias inapropiadas –como el abuso de diuréticos, laxantes y ejercicio excesivo–; la incidencia peligrosa ocurre dos veces por semana durante más de tres meses.

 

 

Finalmente, están los trastornos por atracón, que consisten en la ingestión recurrente y mucho más rápida de lo normal, comer hasta sentirse desagradablemente satisfecho y a solas; se parece mucho a la bulimia. “Contrario a lo que pudiera pensarse, no todos los obesos los padecen”, señaló Vázquez Velázquez.

 

Respecto de la mejor opción terapéutica, destacó en el Auditorio Fernando Ocaranza, el pilar del tratamiento es la psicoterapia: es la ayuda principal para dejar esas conductas dañinas. “No es posible que una paciente mejore metabólica y físicamente si no se trata el problema en forma integral”.

 

La participación del médico también es importante, porque los pacientes sufren daños hormonales, pérdida de líquidos y electrolitos, presentan problemas digestivos y pueden requerir psicofármacos. Asimismo, es relevante la orientación nutricional, para lograr cambios graduales en su forma de comer, ya sea para aumentar las cantidades o disminuirlas.

 

Desgraciadamente, finalizó, el tratamiento es muy caro. Dura años la asistencia con el psicólogo y los demás especialistas. Pero a corto y mediano plazos pueden lograrse la normalización del peso corporal, corregir la preocupación irracional por el aumento de peso en el caso de la anorexia y, en el de la bulimia y atracones, la disminución del número de una ingesta desmedida de comida y conductas compensatorias inadecuadas.

 

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

Los niños y las niñas insatisfechos con su cuerpo aumentan hasta 18 veces el riesgo de trastorno alimentario durante la adolescencia, indicó Verónica Vázquez, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, en el Seminario Permanente sobre Medio Ambiente y Salud de la Facultad de Medicina de la UNAM.

 

 

 

Foto 2

Para las personas que sufren un trastorno alimentario en la adolescencia, el peso y la figura son determinantes al calificar su forma de ser, dijo Verónica Vázquez, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, en el Seminario Permanente sobre Medio Ambiente y Salud de la Facultad de Medicina de la UNAM.