13:30 hrs. Noviembre 12 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-857

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

PROVOCA GLOBALIZACIÓN PÉRDIDA DE  COHESIÓN DE LOS SISTEMAS PRODUCTIVOS

 

·        El mercado nacional está cada vez más supeditado a los procesos de globalización

·        En las ciudades no existen regiones específicamente abastecedoras, pues muchos de los alimentos provienen del mercado mundial

·        Los procesos de globalización en el ámbito mercantil fomentan las grandes inversiones, pero también impulsan una desaparición de las formas de consumo popular

 

Los sistemas de producción nacionales han perdido cohesión, con lo cual el mercado nacional está cada vez más supeditado a los procesos de globalización, al generar la disipación de los sistemas productivos, aseguró Gerardo Torres, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.

 

No existen regiones específicamente abastecedoras, pues muchos de los alimentos provienen del mercado mundial, afirmó durante la Mesa  Procesos urbano regionales en la globalización, efectuada en la Sala Mtro. Ricardo Torres Gaitán, de la Torre II de Humanidades.

 

Esto impacta las estructuras políticas, de ahí que la reforma del Estado sea una consecuencia de estos procesos de ampliación del mercado y, al mismo tiempo, corresponden a una flexibilización y funcionalización de las necesidades de apertura, señaló Torres.

 

Así, se da una relocalización del comercio, basado en una nueva economía del espacio, que provoca graves efectos sobre los canales de abasto popular. Los mercados públicos y las centrales de abastos, por ejemplo, se convierten en espacios sociales degradados o deteriorados por la falta de inversión y seguridad, apuntó.

 

Junto a esto surge el gran comercio que tiende a ligarse al mercado internacional con pocas vinculaciones con los regionales y con las cadenas locales de abasto, indicó durante el evento efectuado en el marco del XIII Seminario de Economía Urbana y Regional, 2003: Impactos Territoriales del Libre Comercio.

 

Estos fenómenos, dijo, no han sido comprendidos por los gobiernos locales y federales, quienes podrían reorientarlos, reorganizarlos o regularlos. Mientras no existan problemas de abasto alimentario que impacten decisivamente en la opinión pública, la prioridad seguirán siendo las inversiones. De esta forma, los canales de abasto popular están siendo olvidados; la globalización podría llevarlos a la extinción.

 

Si bien estos procesos de globalización en el ámbito de la circulación mercantil y del consumo fomentan las grandes inversiones, por otro lado se puede observar que impulsan una desaparición de estas formas de consumo popular, aún arraigadas entre la población.

 

Por su parte, Gabriela Ramos, directora del Centro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en México, afirmó que la economía mexicana es una de las más dinámicas e importante en el mundo, pero también es una de las más dispares, en donde las diferencias en términos de ingresos y de distribución de recursos, es más pronunciada que en el resto de los países de la OCDE.

 

Manifestó que después de un proceso de convergencia en términos de la distribución del ingreso en el México de los años sesenta y setenta, se comenzó a presenciar un incremento de las disparidades, muestra de ello, dijo, es el incremento de la tasa de pobreza hasta alcanzar en la actualidad un 53 por ciento de la población.

 

 

En términos regionales existen desigualdades en cuanto a la pobreza. En la zona noreste, el 32 por ciento de la población vive en condiciones de miseria, situación no comparable con el 70 por ciento de la población del sur con este rezago. Este problema continuó sin cambios desde 1992 hasta al año 2000.

 

Sin embargo, dijo, existen otras dificultades con un patrón similar a la incidencia de la pobreza. El analfabetismo, por ejemplo, llega al 5 por ciento en el norte, mientras que en el sur-sureste es del 17 por ciento. En cuanto a la atención a la salud, la cobertura médica en el norte es de 58 por ciento, mientras en el sur-sureste alcanza el 30 por ciento.

 

Ante este panorama se puede distinguir qué tanto las políticas o las estrategias de desarrollo nacional han superado estos rezagos; algunos programas han registrado avances, pero en otros hay mucho por hacer.

 

De acuerdo con Ramos, para potenciar realmente un desarrollo económico integrado es necesario incorporar los diferentes niveles de gobierno; las decisiones no se pueden tomar sólo en el centro del país.

 

En el caso de México ha habido una descentralización importante de ciertas actividades, pero esto no ha estado acompañado de recursos; entonces, la capacidad de decisión de las autoridades estatales y locales queda mermada si no se acompaña de una real capacidad de recaudación.

 

En su oportunidad, Alfonso Iracheta, del Colegio Mexiquense, señaló que entre los grandes cambios para transformar la estructura social y económica de la sociedad mundial, con impacto particular en México, se encuentra la educación vinculada al desarrollo científico y tecnológico de los últimos 30 años.

 

Gracias a esta revolución, apuntó, los procesos de producción, apertura y vinculación entre las naciones se han podido acelerar y han tomado una calidad mucho mayor a la esperada, con la velocidad y profundidad como ha ocurrido.

 

Esto se asocia al proceso de difusión del conocimiento, de las ideas en general y a la tecnología de comunicación; la computadora y el satélite han tenido gran peso en el cambio mundial y han permitido que toda la información generada, prácticamente de manera instantánea, pueda ser capturada y utilizada en cualquier lugar de la Tierra, señaló.

 

Esto nos lleva a reconocer que el conocimiento y la información, están adquiriendo un papel mucho más importante que en el pasado. Anteriormente, los grandes terratenientes eran quienes acumulaban poder en las sociedades; después fueron los empresarios, y hoy son los financieros, basados en el conocimiento, en los nuevos caminos de difusión.

 

Esta revolución tiene ventajas, pues permite conocer los hechos en tiempo real a través de los medios de comunicación;  hace posible expandir de manera acelerada no sólo el conocimiento, sino la capacidad de toma de decisiones en tiempo real con el resto del mundo, afirmó.

 

Además, brinda la oportunidad de una mayor solidaridad entre naciones y estratos sociales, por el conocimiento mutuo para aumentar la posibilidad de entenderse mejor. Otra ventaja es la tendencia a la democratización de la información, en el sentido de que prácticamente cualquier ciudadano puede tener acceso a ella.

 

Sin embargo, la revolución educativa tiene desventajas; por un lado la manipulación de los medios de comunicación para efectos de un manejo ideológico y político; por el otro, también hay excesos en la magnitud de la información y en la autocensura.

 

Esto significa que la mente humana, ante la cantidad inmensa de información recibida, empieza a excluir aquello que, por cualquier razón de tipo personal o social, no le agrada o no acepta.

 

Otra desventaja es la sustitución de la imagen en lugar de conceptos. Pareciera ser que las imágenes presentadas por los medios de comunicación son suficientes para formar ideas entre la población y llamarlos a la acción en casos concretos.

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 1

El profesor universitario Gerardo Torres participó en el XIII Seminario de Economía Urbana y Regional, 2003: Impactos Territoriales del Libre Comercio, en la Torre II de Humanidades.

 

 

FOTO 2

Gabriela Ramos, directora del Centro de la OCDE en México, opinó en la UNAM que la economía mexicana es una de las más dinámicas e importantes del mundo, pero también hay grandes disparidades en la distribución del ingreso.

 

 

FOTO 3

La educación, vinculada al desarrollo científico y tecnológico, permitirá grandes cambios en la estructura social y económica del país, señaló en la UNAM Alfonso Iracheta, del Colegio Mexiquense.