14:00 hrs. Octubre 29 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-820

Ciudad Universitaria

 

 
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ENTREGAN  EL PREMIO AL SERVICIO SOCIAL  “DOCTOR GUSTAVO BAZ PRADA”

 

·        Esta actividad es un compromiso educativo fundamental en la formación de los profesionistas: Enrique del Val, secretario general de la UNAM

·        Alberto Pérez Blas, secretario de Servicios a la Comunidad Universitaria, dijo que uno de los principios más profundos de la formación universitaria es su espíritu comprometido con las causas sociales más nobles

 

En la UNAM el servicio social es un compromiso educativo fundamental durante el proceso de formación de los profesionistas, donde prevalece el interés por apoyar a la sociedad en actos que den respuesta a sus necesidades, sobre todo a la población menos favorecida, para coadyuvar en el mejoramiento de sus condiciones de vida, afirmó Enrique del Val Blanco.

 

El secretario general de esta casa de estudios expuso, en la ceremonia de entrega del Premio al Servicio Social “Doctor Gustavo Baz Prada”, que para los universitarios esa actividad no es un trámite más, sino función fundamental para hacer crecer a nuestro país.

 

Destacó el trabajo comprometido de 82 alumnos universitarios en beneficio del pueblo mexicano. Eso, dijo, caracteriza a la Universidad Nacional, quien en el 2001 revaloró esta práctica y replanteó sus objetivos. Además, institucionalizó el premio.

 

Se establecieron tres vertientes importantes: extendieron los beneficios de la ciencia, la técnica y la cultura a la sociedad; diseñar un servicio social en donde los alumnos apliquen sus conocimientos, destrezas y habilidades en la solución de los problemas nacionales; y en especial, fomentarles la conciencia de su compromiso con la comunidad que les brindó la oportunidad única de obtener ese bagaje de conocimientos.

 

Esta distinción, añadió Enrique Del Val, nacida en las universidades públicas hace 67 años, se otorga con la participación de los Consejos Técnicos de las entidades académicas, con base en criterios de evaluación establecidos en cada plan de estudios.

 

Por su parte, Alberto Pérez Blas, secretario de Servicios a la Comunidad Universitaria, dijo ante Gustavo Baz Díaz Lombardo, en representación de la familia del doctor Gustavo Baz; Dante Morán y Elizabeth Luna, coordinadores de los consejos académico de las áreas de las Ciencias Físico Matemáticas y las Ingenierías, y de las Humanidades y las Artes, respectivamente que uno de los principios más profundos que conlleva toda formación universitaria es el espíritu de compromiso con las causas sociales más nobles.

 

En el Teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario añadió que para la Universidad Nacional esta actividad se concibe como una experiencia formativa, una práctica que permite a los jóvenes –desde la conciencia de su condición privilegiada como universitarios–, contribuir a la solución de los problemas comunitarios.

 

Los alumnos premiados, explicó el funcionario, hicieron de esa experiencia algo más que una práctica retributiva. Imprimieron, con profunda vocación de servicio, conocimiento y compromiso en su trabajo.

 

Ellos han entendido que la solidaridad hacia sus semejantes es responsabilidad y no una dádiva, y han sabido traducir su condición de profesionales en una actitud comprometida con los sectores más desprotegidos de nuestro país. “En ustedes reconocemos lo mejor del espíritu universitario”, expresó.

 

Mencionó que nunca antes el segmento de población entre 15 y 24 años había sido tan importante. Hoy equivale a la población que tenía México en 1940. Así, para las universidades, la emergencia y complejidad del mundo juvenil motiva la reflexión y revisión de sus áreas de servicio y atención a los estudiantes, con el compromiso de crear estrategias y programas que, por estar orientados a la formación integral, deben concebirse con la participación de toda la comunidad universitaria.

 

La formación académica es el pilar de lo que la Universidad puede brindar a sus futuros profesionales; por ello, no puede soslayarse el compromiso institucional de preparar personas en el sentido más humanista de la palabra.

 

Así, en esta institución nacional es un compromiso formar ciudadanos y dotarlos de las herramientas del conocimiento, de la racionalidad y apertura hacia la experiencia estética y una particular sensibilidad hacia las causas más justas.

 

Sólo bajo estos principios, añadió Pérez Blas, nuestros estudiantes podrán contender en los cambiantes escenarios del mundo moderno y transitar del aparente individualismo a la aportación colectiva, de la exclusión a la integración social y a la inserción laboral exitosa.

 

Esta casa de estudios busca para sus alumnos un proyecto incluyente que favorezca la igualdad de oportunidades. Por ello, estamos obligados a construir compromisos sustentados en una de nuestras mayores fortalezas: la diversidad de nuestra comunidad. “Aspiramos al respeto para la diferencia y a la inclusión. Este es el paradigma de la Universidad actual”, abundó.

 

A su vez, Omar Emanuel Márquez Muñiz, alumno de la Facultad de Arquitectura, en representación de los premiados, señaló que la esencia del servicio social radica en la aplicación de conocimientos adquiridos en las aulas y el ejercicio de la práctica profesional en beneficio e interés de la población con menores recursos.

 

 

 

Se cumple entonces, con el objetivo de apoyar a las zonas en extrema pobreza que necesitan la participación de profesionales. Se trata de una actividad de residencia, multidisciplinaria, donde es posible tener un crecimiento personal y aprender de la gente de las comunidades, enriqueciendo nuestro quehacer profesional, dijo.

 

 

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El servicio social es una práctica que permite a los jóvenes –desde la conciencia de su condición privilegiada como universitarios– contribuir a la solución de problemas comunitarios, afirmó Alberto Pérez Blas, secretario de Servicios a la Comunidad Universitaria.

 

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El secretario general de la UNAM, Enrique del Val, entregó el Premio al Servicio Social “Doctor Gustavo Baz Prada” a 82 alumnos universitarios.

 

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Omar Márquez Muñiz, estudiante de la Facultad de Arquitectura, aseguró que el servicio social conlleva la aplicación de los conocimientos adquiridos en las aulas en beneficio e interés de la población de menores recursos.

 

 

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Enrique del Val, secretario general de la UNAM, dijo que para los universitarios la realización del servicio social no es un trámite más, sino una acción fundamental para hacer crecer a nuestro país.

 

 

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En el Teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario, se entregó el Premio al Servicio Social “Doctor Gustavo Baz Prada” a estudiantes de la UNAM. Al centro Gustavo Baz Díaz y Enrique del Val. Les acompañan Dante Morán y Alberto Pérez Blas.