06:00 hrs. Octubre 28 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-815

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de fotos al final del boletín

 

UNA ADECUADA PLANEACIÓN URBANA PODRÍA DISMINUIR LA CONTAMINACIÓN EN LA CIUDAD DE MÉXICO

 

·        El crecimiento de la capital del país provocará que este fenómeno se recrudezca, afirmó Arón Jazcilevich, del CCA de la UNAM

·        Los modelos de la calidad del aire permiten estudiar el fenómeno de la contaminación atmosférica y son una herramienta útil para hacer planeación urbana, destacó

 

En la Ciudad de México, la recuperación parcial del Lago de Texcoco y la adecuada planeación urbana podrían contribuir a la disminución de contaminantes, como el dióxido de carbono y el azufre, aseveró Arón Jazcilevich, del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM.

 

Al dictar la conferencia Modelación de la calidad del aire y diseño urbano, el investigador destacó que en un futuro, el crecimiento de la capital del país provocará que la contaminación se recrudezca.

 

Además, dijo, los contaminantes del Valle de México pueden afectar regiones aledañas, como Cuautla, que “podría ser dañado por partículas provenientes de nuestra urbe”.

 

En ese sentido, destacó que con los modelos de calidad del aire que se diseñan en el CCA, se pretende no sólo estudiar el fenómeno de la contaminación atmosférica, sino también emplearlos como una herramienta para hacer planeación urbana.

 

Explicó que a partir de estudios realizados por geógrafos sociales, se puede saber “cómo se va a comportar la Ciudad de México en el año 2020, y se calcula que habrá una población de alrededor de 25 millones de habitantes”.

 

Bajo este escenario, se contempla que el asentamiento humano se extienda hacia Pachuca, con lo que menos gente quedaría expuesta a los contaminantes; si este pronóstico falla los nuevos habitantes se situarían en la Ciudad, con mayor exposición a ese tipo de partículas y sustancias nocivas tanto para el hombre como para el medio ambiente, señaló.

 

Otra forma para mejorar esta situación, aseveró, son los cambios en el uso del suelo; por ejemplo, se considera la posibilidad de recuperar parcialmente el Lago de Texcoco, pues los modelos consultados prevén que con el rescate del lugar y de su ecosistema, el daño podría reducirse en el área metropolitana.

 

El especialista dijo que si bien aún no se rebasa la norma de dióxido de azufre -el cual además de ser un fuerte irritante, afecta las plantas-, en el futuro, si no se toman medidas adecuadas, provocará mayores problemas.

 

Arón Jazcilevich aseguró que los seis mil millones de habitantes en el mundo deben satisfacer necesidades para realizar su trabajo y esas actividades perjudican el ambiente, como el transporte, la industria, la aviación, y se agudiza por fenómenos naturales como incendios forestales, además de las emisiones naturales de los volcanes.

 

Todos estos desechos, destacó, se emiten a la atmósfera y, por acción de la energía solar, producen una serie de compuestos secundarios que son los contaminantes más preocupantes.

 

Por ejemplo, dijo, en la Ciudad de México el más alarmante es el ozono, pues en un 70 por ciento de los días del año se rebasa la regla internacional de contaminación atmosférica por este gas.

 

La contaminación, enfatizó, no sólo afecta el aire y el agua, sino también la estructura de los edificios y la salud de los seres vivos. Al ser humano le daña en el ámbito fisiológico, en el sistema inmunológico, inflama las vías respiratorias, los ojos y la piel o bien, puede causarle muerte celular.

 

Por ejemplo, añadió, cuando hay mucho ozono en los pulmones,  éstos envejecen rápidamente y el hecho de estar expuestos al plomo podría alterar la actividad cerebral.

 

 

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Arón Jazcilevich, del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM señaló que con los modelos de calidad del aire diseñados en este centro, se pretende no sólo estudiar el fenómeno de la contaminación atmosférica, sino también emplearlos como una herramienta para hacer planeación urbana.

 

 

FOTO 2

La recuperación parcial del Lago de Texcoco y la adecuada planeación urbana podrían contribuir a la disminución de contaminantes, como el dióxido de carbono y el azufre, aseguró Arón Jazcilevich, del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM.