06:00 hrs. Octubre 22 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-798

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

LA FACULTAD DE MEDICINA DE LA UNAM, GRAN FORMADORA DE MÉDICOS MEXICANOS

 

·        En nuestro país se le tiene en gran estima, pues la población deposita en ellos su salud y su vida: Carlos Viesca Treviño, jefe del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina

·        El papel del profesional de la medicina es primordial para la sociedad: José Sanfilippo

·        El 23 de octubre es el Día del Médico

 

La Facultad de Medicina (FM) de la UNAM ha sido la gran formadora de médicos en el país y pilar de la ciencia nacional, tanto de la enseñanza como de la investigación señalaron Carlos Viesca Treviño, jefe del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina de la institución, y el investigador universitario José Sanfilippo y Borrás.

 

Por ello, ambos especialistas coinciden –en el marco de las conmemoraciones del Día del Médico, que se festeja cada 23 de octubre– que generación tras generación a los alumnos de la FM se les transmite, desde los primeros años de sus estudios, “esa mística de sociedad, de gremio, de pertenencia a un grupo”.

 

“Podemos decir, por tanto, que esta casa de estudios ha sido el capelo, porque la mayoría de los investigadores importantes dentro de la medicina son profesores de la FM (unos por horas, otros de tiempo completo)”. Es decir, “sigue siendo la madre de todos los científicos mexicanos y de todos los que han hecho grandes aportaciones a nuestra ciencia”, afirmaron.

 

La Universidad y la enseñanza médica

 

En México se conmemora a estos profesionales el 23 de octubre desde 1937, cuando la Convención de Sindicatos de Médicos Confederados de la República, celebrada en Cuernavaca, Morelos, oficializó esta fecha, que fue secundada por todas las organizaciones médicas del país.

 

Entre los asistentes a esa reunión se encontraban los profesores de la entonces Escuela Nacional de Medicina (ENM), quienes también pertenecían al Departamento de Salubridad, como Salvador Zubirán, Gustavo Baz Prada y Fernando Ocaranza, que luego llegarían a ocupar puestos directivos en aquella dependencia universitaria o en la rectoría de la Universidad Nacional.

 

Esa fecha recuerda, también, la inauguración en 1833 del Establecimiento de Ciencias Médicas –que luego se convirtió en la Escuela de Medicina del Distrito Federal, en la ENM y, finalmente, en la FM–, el cuarto de los seis colegios de enseñanza superior que conformaban a la Dirección de Instrucción Pública, creado por el entonces presidente Valentín Gómez Farías, para sustituir a la Real y Pontificia Universidad de México.

 

Dicho establecimiento, precisó José Sanfilippo, representa el rompimiento del conocimiento médico del periodo científico y moderno con la medicina practicada en la Universidad colonial. Ese año se crea “un nuevo plan de estudios, en donde se incorporan los nuevos conceptos de enfermedad; en donde se indica que hay órganos donde se aloja algún deterioro y ya no se debe a un desequilibrio de los cuatro humores, como se creía desde el siglo IV antes de Cristo”.

 

Un siglo después, en 1925, el Congreso de Cirujanos –reunido en el Hospital Juárez– determina la conmemoración el Día del Médico cada 23 de octubre. La decisión contribuye a la instauración de un sindicato de médicos generales que luego lanzará la propuesta definitiva, que se acepta por unanimidad.

 

Antes, este festejo tenía una connotación netamente religiosa, pues se veneraban a diversos santos considerados patronos de la medicina, como San Lucas, el evangelista; Rafael, el arcángel del Libro de Tobías, y los gemelos médicos Cosme y Damián. Las festividades de los dos primeros se celebran los días 18 y 24 de octubre, respectivamente; y de los últimos se recuerda la fecha de su muerte, acaecida el 27 de septiembre. Estas solemnidades, sin embargo, no implicaban un reconocimiento secular para los galenos.

 

El papel social de los médicos mexicanos

 

La población reconoce en los médicos mexicanos su formación de calidad, pero a pesar de ello es necesario fortalecer la figura del especialista como profesional confiable para los pacientes, señaló Carlos Viesca.

 

El funcionario subrayó que la imagen de los facultativos se ha visto afectada, porque no existe relación directa médico-paciente en las instituciones públicas.

 

Por otra parte, precisa Viesca Treviño, la aparición de los llamados terceros o medicina administrada mediante prepago –como las empresas de seguros–, “ha agravado más la desatención, porque coloca “al médico de servicios privados como un trabajador asalariado, que no responde ante el paciente sino ante una compañía que lo contrata”.

 

Opinión semejante expresa José Sanfilippo, quien resalta el papel prioritario del profesional de la medicina dentro de la sociedad: “Todas las familias siempre quieren tener confianza por lo menos en alguno”.

 

Recordó que estos profesionales deben ser certeros, pues va de por medio una vida, para ello, tienen la obligación de actualizar sus conocimientos y así brindar mejor atención a los pacientes.

Destacó que actualmente han resurgido problemas de salud que aparentemente estaban erradicados, los cuales se vuelven a presentar por circunstancias ambientales o sociales.

 

 

Sanfilippo y Borrás agregó que “la economía del país ha incidido en la actividad hospitalaria”. Los recursos para el quehacer médico son insuficientes y no se  recuperan, debido a que no es gasto de inversión sino necesario. El servicio médico es redituable como factor de bienestar de las personas.

 

A su vez, Viesca Treviño recalcó que el futuro de esta profesión depende de la conciencia de quienes la practican, de la dignidad y significado que les represente y de que los médicos no dejen que se les encasille como trabajadores de la industria de la salud,  y que pudieran llegar a olvidar el sentido social y humanista de su actividad profesional.

 

Para ello, indicó, debe infundírsele a los nuevos facultativos su responsabilidad: ser un excelente profesionista; estar permanentemente informado de lo que sucede en su entorno, de lo contrario, no responderán a las expectativas sociales; entender la necesidad de actualizarse constantemente.

 

Otra posibilidad para mejorar esta disciplina es reivindicar al médico general. Ahora, buscamos “que egrese con un mejor perfil”, señaló. Incluso sería conveniente “que las universidades tuvieran más injerencia en el desarrollo de las políticas de salud en el país”.

 

El investigador universitario José Sanfilippo va más allá y sugiere instaurar  el Día del Paciente, “porque es nuestro objetivo, el fin último de todo quehacer de investigación, enseñanza y aprendizaje”.

 

Actualmente, indicó, hay diversas opiniones “respecto del manejo de la medicina y el futuro del quehacer médico”. Ese día debe servir para reflexionar las grandes lecciones que puede darnos la historia y así tomar las mejores decisiones. Sobre todo –dijo– al retomar lo que se ha hecho en nuestro país, que ha sido ejemplo para el mundo en el ámbito de la asistencia pública y la seguridad social.

 

Los médicos en cifras

 

La celebración del Día del Médico, recuerda Carlos Viesca, conmemora el inicio de la enseñanza de la medicina moderna, científica y mexicana de alto nivel y estos son algunos de los números de ese sector.

 

Según estadísticas del Sistema Nacional de Salud (SNS), dependiente de la Secretaría de Salud (SS), para el año 2001 existían en México 142 mil 765 galenos en contacto con pacientes; de ellos, 37 mil 113 eran médicos generales; 45 mil 249 especialistas; 30 mil 319 en formación; 8 mil 973 odontólogos, y 21 mil 111 se ocupaban en labores diversas.

 

Este Sistema contaba con más de 19 mil  unidades de atención, de las cuales 18 mil 354 eran de consulta externa; de estas últimas, mil 65 eran unidades de hospitalización, 825 generales y 180 de especialidad. Además, se componía de 51 mil 589 consultorios, 5 mil 002 incubadoras, mil 852 laboratorios, 2 mil 805 quirófanos, 7 mil 72 salas de expulsión y 240 bancos de sangre.

 

La información oficial del 2001 arroja un total de casi 239 millones de consultas efectuadas en todo el territorio nacional, de ellas más de 166 millones fueron generales; casi 37 millones de especialidades;  24 millones de urgencias, y 12 millones más odontológicas.

 

Para ese mismo año, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) registró que por cada 100 mil habitantes hay 120.5 médicos, 190 enfermeras, 8.9 odontólogos y 77.3 camas censables en hospitales.

 

Diariamente, según el SNS, en los sistemas públicos cada médico realiza ocho consultas y en cada consultorio 23.2 revisiones; hay 2.8 intervenciones quirúrgicas y la ocupación hospitalaria es de 67.8 días por paciente. 

 

Cabe señalar que si en 1986 el número de médicos y enfermeras sumaron más de 184 mil profesionales, para el 2001 INEGI reportó 318 mil 439 prestadores de servicios.

 

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

 

Carlos Viesca Treviño, de la Facultad de Medicina de la UNAM, aseguró que la aparición de las empresas de seguros ha agravado la desatención, porque coloca al médico de servicios privados como un trabajador asalariado que no responde ante el paciente sino ante la compañía que lo contrata.

 

 

Foto 2

 

El investigador universitario José Sanfilippo y Borrás indicó que la economía del país ha incidido en la actividad hospitalaria. Los recursos para el quehacer médico son insuficientes y no se recuperan, debido a que no es gasto de inversión sino necesario.

 

 

Foto 3

 

La mayoría de los investigadores importantes en la medicina son profesores de la Facultad de Medicina. Es decir, la UNAM sigue siendo la madre de todos los científicos mexicanos y de todos los que han hecho grandes aportaciones a nuestra ciencia, reconocieron Carlos Viesca y José Sanfilippo.