06:00 hrs. Octubre 18 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-788

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

SITIOS DE EXCLUSIÓN, LAS UNIVERSIDADES EN LOS SIGLOS XVIII Y XIX

 

·        Enrique González, del CESU, dijo que en esa época las universidades sólo estaban abiertas a ciertos sectores

·        La idea de las artes como algo bello y digno de valorarse por sí mismas proviene, sobre todo, a partir del siglo XIX

 

En los siglos XVIII y XIX las universidades sólo estaban abiertas para ciertos sectores de la población; eran sitios de exclusión, señaló Enrique González González, investigador del Centro de Estudios Sobre la Universidad (CESU), al participar en las actividades con motivo del 450 aniversario de la Facultad de Filosofía y Letras (FFL) de la UNAM.

 

El especialista recordó que la idea de las artes como algo bello y digno de valorarse por sí mismo, proviene de finales del siglo XVIII, pero se consolida en el XIX. Señaló que las artes y oficios, y todas las actividades relacionadas con el ejercicio de las habilidades manuales no se enseñaban en las universidades; por el contrario, se consideraba indigno que una persona libre, de una buena posición social, usara las manos.

 

En su ponencia De la Facultad de Artes a la Facultad de Filosofía y Letras, González González recordó que en los primeros años de vida de la Universidad de México se quiso expulsar al encargado de cuidar el orden fuera de las aulas (un bedel), porque en sus horas libres trabajaba como herrero, y “era indigno para la Universidad que uno de sus funcionarios desempeñara tal profesión”, indicó.

 

Comentó que al pensar en la palabra artes es necesario traer a la memoria dos posibles significados: bellas artes o artes manuales.  Para entender cuáles se enseñaban en la Universidad es necesario usar el concepto de artes liberales, las cuales se consideraban dignas de una persona libre, “que no requería de sus manos para ganarse el pan”, de allí viene el nombre de Facultad de Artes.

 

En el medioevo las artes liberales se consolidaron en un grupo de siete, que se subdividía en dos: trivio y cuadrivio. El trivio incluía las artes del lenguaje: gramática (enseñaba a usar el lenguaje de manera apropiada), dialéctica o lógica (instruía a argumentar de manera adecuada), y retórica (a persuadir).

 

Esas tres artes se dedicaban al cultivo de lo que se entendía como humano por excelencia: el lenguaje, de ahí que hoy se conozca como humanidades a este campo de disciplinas, por más que se haya desarrollado de formas diversas a lo largo del tiempo.

 

El investigador universitario agregó que el cuadrivio se conformaba por las artes que daban cuenta del mundo mediante los números: aritmética (enseñaba el uso de los números), geometría (permitía dar medidas), astronomía (se ocupaba de los cuerpos celestes), y música (una forma de medir el sonido). Se entendía que entre el cielo y la tierra estaban los sonidos, y que el cosmos se movía según la música celeste.

 

Entre los siglos XII y XIII aparecen las universidades. Es en Bolonia, Italia, cuando por primera vez se comienza a hablar de la universidad como un cuerpo colegiado de alumnos que se organizan y consiguen privilegios para un mejor estudio del derecho. De manera paralela en las escuelas de París, Francia, se desarrolla el estudio de la lógica y el pensamiento moral aristotélicos, así como la filosofía natural.

 

Mientras en Bolonia los estudiantes se organizan como universidad, en París lo hacen los numerosos maestros de artes. El modelo boloñés se centraba en el estudio del derecho civil y canónico, y el parisino en el de las Artes. No obstante, refirió Enrique González, en París dejan de impartirse las siete artes liberales y sólo se enseña filosofía aristotélica. Así se le conoce como Facultad de Artes, Aristotélica o de Filosofía, “de ahí el lejano parentesco con la actual FFL”.

Cuando nace la Universidad de Salamanca en España, a mediados del siglo XIII, surge un modelo híbrido, pues en ella se reúnen las cinco facultades: derecho civil y eclesiástico, artes, teología y medicina, pero el mayor peso recae en las de derecho. En México la universidad se crea en 1553, con doce cátedras, pero sólo una de artes. El mayor peso recayó en la Facultad de Derecho y más tarde en la de Teología; es decir, la Facultad de Artes en México nació como una institución menor.

 

 

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Foto 1

Enrique González González, investigador del Centro de Estudios sobre la Universidad participó en las actividades con motivo del 450 aniversario de la Facultad de Filosofía y Letras.

 

 

Foto 2

En los siglos XVIII y XIX las universidades eran sitios de exclusión, afirmó Enrique González González, investigador del Centro de Estudios sobre la Universidad.