06:00 hrs. Octubre 16 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-779

Ciudad Universitaria

Pies de foto al final del boletín

 

DISTINGUE LA UNESCO AL CIENTÍFICO UNIVERSITARIO ANTONIO PEÑA CON EL PREMIO “CARLOS J. FINLAY”

 

·        Dotado con cinco mil dólares y la medalla Albert Einstein, la distinción busca promover la investigación y el desarrollo en el campo de la microbiología

·        El galardonado dijo que la ciencia básica, junto con la investigación científica, movida por nuestra simple curiosidad, no deja de tener importancia

·        Recibirá el reconocimiento en noviembre próximo, durante la Conferencia General de este organismo en Budapest, Hungría

 

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) reconoció las aportaciones y la trayectoria de Antonio Peña Díaz, investigador del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM, al otorgarle el premio “Carlos J. Finlay” en el campo de la microbiología.

 

La distinción, dotada de cinco mil dólares, la medalla Albert Einstein y un certificado que se entrega en honor del eminente científico cubano Carlos Finlay –descubridor de que la fiebre amarilla se transmite por un mosquito tropical–, busca promover la investigación y el desarrollo en ese campo.

 

Peña Díaz aseguró que la ciencia básica sigue teniendo un gran valor en todo el mundo, pues es parte de nuestra cultura, y junto con la investigación científica, movida por nuestra simple curiosidad, no deja de tener importancia.

Por ello, consideró que debemos luchar porque se le siga estimulando, al ser fundamental para la aplicación de los conocimientos adquiridos en los laboratorios; es decir, para la ciencia aplicada.

 

Con un historial de más de 40 años de trabajo en las aulas de la Universidad Nacional, tanto en las labores docentes, de investigación, como administrativas, Antonio Peña aseguró que este premio no se otorga por un trabajo en particular, sino por toda una trayectoria.

 

En los últimos años su trabajo ha versado sobre el transporte y los efectos de los iones sobre sistemas biológicos. “He trabajado el efecto de algunos iones en el metabolismo de distintos sistemas. En los últimos 30 años, en especial, me he abocado a la levadura”. De hecho, gracias a sus indagaciones, su grupo fue el primero en proponer un mecanismo para el transporte del potasio en esos organismos.

 

Explicó que comenzó a estudiar el proceso por el cual el potasio estimula la fermentación en la levadura. Ésta transforma los azúcares en alcohol, y cuando se le agrega dicho elemento incrementa su velocidad; es decir, produce más alcohol y de forma más rápida.

 

Al analizar los cambios metabólicos producidos por esta sustancia, concluyó  que dicha estimulación se debía a que el transporte del elemento demanda más energía de la célula, con lo cual el metabolismo se acelera. La fermentación es una vía metabólica para producir ATP (Adenosín Trifosfato), fuente principal de energía celular.

 

Añadió que hace más de 30 años su grupo de investigación sugirió un procedimiento que después fue confirmado en otros lugares y con otros hongos. También se detectó que dicho proceso general de transporte es semejante en los hongos y en las plantas.

 

Esto ha generado muchas publicaciones en torno a los mecanismos de entrada de algunas moléculas extrañas a la levadura. “Hemos diseñado métodos para medir parámetros que se modifican durante el metabolismo, también bajo la influencia de los iones”.

 

Ahora, indicó el homenajeado, queremos ver si ese organismo autorregula su pH (grado de acidez y alcalinidad) interno, lo cual nos lleva a estudiar sistemas de intercambio de iones en las membranas, no sólo en la externa sino en la vacuola.

 

También intentamos definir el proceso por el cual, algunos hongos que se han aislado en el mar logran adaptarse a la concentración salina del agua.

 

Informó que el premio le será entregado el próximo 10 de noviembre, precisamente en el Día Internacional de la Ciencia, cuando la UNESCO realice su Conferencia General en Budapest, Hungría.

 

Esta distinción ya ha sido otorgada a otros científicos de esta casa de estudios, ante lo cual, el investigador del IFC opinó que ello se debe a que la Universidad Nacional es quien más invierte en investigación. Ella realiza la mitad de la investigación científica en el país.

 

El ex director del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología y del IFC; así como ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias y de la Sociedad Mexicana de Bioquímica, comentó que haber obtenido el Carlos J. Finlay representa una gran satisfacción.

 

“Hay premios nacionales y mundiales, y uno de esta categoría tiene mucho valor, porque implica un comité de premiación internacional y criterios de evaluación más estrictos. Además, salir de las fronteras del país o ser reconocido desde afuera implica una gran alegría”, abundó.

 

Aseguró que no se cansa de agradecerle a la UNAM todo lo que le ha legado. “Le he dedicado bastante tiempo a esta institución, pero es importante reconocerla, porque nos ha dado mucho, a mí y a miles de mexicanos”.

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 1

Antonio Peña Díaz, investigador del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, recibió el premio “Carlos J. Finlay” por parte de la UNESCO, en el campo de la microbiología.

 

FOTO 2

La ciencia básica sigue teniendo un gran valor en todo el mundo, pues es parte de nuestra cultura y es fundamento para la aplicación de conocimientos, afirmó el investigador universitario Antonio Peña Díaz.