Boletín UNAM-DGCS-779
Ciudad Universitaria
DISTINGUE LA UNESCO AL CIENTÍFICO UNIVERSITARIO ANTONIO PEÑA CON EL PREMIO “CARLOS J. FINLAY”
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Dotado con cinco mil dólares y la medalla Albert
Einstein, la distinción busca promover la investigación y el desarrollo en el
campo de la microbiología
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El galardonado dijo que la ciencia
básica, junto con la investigación científica, movida por nuestra simple
curiosidad, no deja de tener importancia
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Recibirá el reconocimiento en noviembre
próximo, durante la Conferencia General de este organismo en Budapest, Hungría
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (UNESCO) reconoció las aportaciones y la trayectoria de
Antonio Peña Díaz, investigador del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la
UNAM, al otorgarle el premio “Carlos J. Finlay” en el campo de la
microbiología.
La distinción, dotada de cinco
mil dólares, la medalla Albert Einstein y un certificado que se entrega en
honor del eminente científico cubano Carlos Finlay –descubridor de que la
fiebre amarilla se transmite por un mosquito tropical–, busca promover la
investigación y el desarrollo en ese campo.
Peña Díaz aseguró que la ciencia básica sigue teniendo un
gran valor en todo el mundo, pues es parte de nuestra cultura, y junto con la
investigación científica, movida por nuestra simple curiosidad, no deja de
tener importancia.
Por ello, consideró que debemos luchar porque se le siga
estimulando, al ser fundamental para la aplicación de los conocimientos adquiridos
en los laboratorios; es decir, para la ciencia aplicada.
Con un historial de más de 40
años de trabajo en las aulas de la Universidad Nacional, tanto en las labores
docentes, de investigación, como administrativas, Antonio Peña aseguró que este
premio no se otorga por un trabajo en particular, sino por toda una
trayectoria.
En los últimos años su trabajo
ha versado sobre el transporte y los efectos de los iones sobre sistemas
biológicos. “He trabajado el efecto de algunos iones en el metabolismo de
distintos sistemas. En los últimos 30 años, en especial, me he abocado a la
levadura”. De hecho, gracias a sus indagaciones, su grupo fue el primero en
proponer un mecanismo para el transporte del potasio en esos organismos.
Explicó que comenzó a estudiar
el proceso por el cual el potasio estimula la fermentación en la levadura. Ésta
transforma los azúcares en alcohol, y cuando se le agrega dicho elemento
incrementa su velocidad; es decir, produce más alcohol y de forma más rápida.
Al analizar los cambios
metabólicos producidos por esta sustancia, concluyó que dicha estimulación se debía a que el transporte del elemento
demanda más energía de la célula, con lo cual el metabolismo se acelera. La
fermentación es una vía metabólica para producir ATP (Adenosín Trifosfato),
fuente principal de energía celular.
Añadió que hace más de 30 años
su grupo de investigación sugirió un procedimiento que después fue confirmado
en otros lugares y con otros hongos. También se detectó que dicho proceso
general de transporte es semejante en los hongos y en las plantas.
Esto ha generado muchas
publicaciones en torno a los mecanismos de entrada de algunas moléculas
extrañas a la levadura. “Hemos diseñado métodos para medir parámetros que se
modifican durante el metabolismo, también bajo la influencia de los iones”.
Ahora, indicó el homenajeado,
queremos ver si ese organismo autorregula su pH (grado de acidez y alcalinidad)
interno, lo cual nos lleva a estudiar sistemas de intercambio de iones en las
membranas, no sólo en la externa sino en la vacuola.
También intentamos definir el
proceso por el cual, algunos hongos que se han aislado en el mar logran
adaptarse a la concentración salina del agua.
Informó que el premio le será
entregado el próximo 10 de noviembre, precisamente en el Día Internacional de
la Ciencia, cuando la UNESCO realice su Conferencia General en Budapest,
Hungría.
Esta distinción ya ha sido
otorgada a otros científicos de esta casa de estudios, ante lo cual, el
investigador del IFC opinó que ello se debe a que la Universidad Nacional es
quien más invierte en investigación. Ella realiza la mitad de la investigación
científica en el país.
El ex director del Instituto
de Ciencias del Mar y Limnología y del IFC; así como ex presidente de la
Academia Mexicana de Ciencias y de la Sociedad Mexicana de Bioquímica, comentó
que haber obtenido el Carlos J. Finlay representa una gran satisfacción.
“Hay premios nacionales y
mundiales, y uno de esta categoría tiene mucho valor, porque implica un comité
de premiación internacional y criterios de evaluación más estrictos. Además,
salir de las fronteras del país o ser reconocido desde afuera implica una gran
alegría”, abundó.
Aseguró que no se cansa de agradecerle a la UNAM todo lo
que le ha legado. “Le he dedicado bastante tiempo a esta institución, pero es
importante reconocerla, porque nos ha dado mucho, a mí y a miles de mexicanos”.
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PIES DE FOTO
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Antonio Peña
Díaz, investigador del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, recibió el premio
“Carlos J. Finlay” por parte de la UNESCO, en el campo de la microbiología.
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La ciencia básica sigue teniendo un gran valor en todo el mundo, pues es parte de nuestra cultura y es fundamento para la aplicación de conocimientos, afirmó el investigador universitario Antonio Peña Díaz.