14:30 hrs. Octubre 13 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-768

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

 

PRÉSTAMOS POR 350 MILLONES DE DÓLARES HA OTORGADO EL BID AL SECTOR PRIVADO MEXICANO

 

·        David Atkinson, representante de ese organismo en México, aseguró que en el sector privado de países como el nuestro, el BID puede tener un valor agregado mayor

·        En México el flujo de inversión extranjera  decreció en 40 por ciento en 2002, dijo Armando Labra, secretario de Planeación y Reforma Universitaria

·        El financiamiento al desarrollo de América Latina ha cambiado en el último cuarto de siglo: Alfredo Camhaji, de Canacintra

 

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha otorgado créditos por alrededor de 350 millones de dólares al sector privado mexicano para proyectos específicos en los últimos ocho años, aseguró el representante de ese organismo multilateral en nuestro país, David Atkinson.

 

Agregó que el futuro de instituciones como el BID recaerá en la iniciativa privada, “porque ahí podemos tener un valor agregado financiero aún mayor en países como México, cuya necesidad de recursos en el ámbito público, para el gobierno, también continúa”.

 

Al participar en el Seminario Internacional Los efectos de la inversión extranjera directa en México durante la década de los Noventa, organizado por la Facultad de Economía (FE) de la UNAM, señaló que este Banco siempre se ha identificado con el sector público, sobre todo porque desde hace más de 30 años sus préstamos se han dirigido a las instancias gubernamentales.

 

David Atkinson explicó que esa fue una medida adoptada en 1966 o 1967, cuando el Banco se dio cuenta de que era necesaria la garantía soberana de las naciones para asegurar la “sostenibilidad” financiera de la institución.

 

Sin embargo, hace ocho años este organismo inició un cambio histórico, cuando abrió el espacio para permitir el financiamiento directo al sector privado, sin la garantía soberana de los países.

 

Añadió que desde el punto de vista histórico, el BID se fundó hace más de 40 años, con la misión básica de apoyar el desarrollo económico de América Latina y reducir la pobreza, en un contexto de integración regional. Pero el debate actual es sobre qué significa dicho concepto para nuestras economías y sociedades.

 

Al inaugurar el seminario, el secretario de Planeación y Reforma Universitaria, Armando Labra Manjarrez, refirió que según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), de 2000 a la fecha la IED en el mundo ha decaído de manera importante. Los flujos de entrada y salida de inversiones muestran estancamiento y no hay señales de que se restaure la expansión que hubo en los 90.

 

Informó que en el 2002 el flujo de inversiones extranjeras decreció un 20 por ciento, y este año no mejorará la situación. Además, en México, Corea, Austria, Hungría, Noruega, Turquía y Dinamarca disminuyó por lo menos 40 por ciento. De 1993 a la fecha, el flujo neto de ese indicador es negativo para nuestro país, por un monto de 123 mil millones de dólares.

 

Ante ello, Labra Manjarrez pidió reflexionar sobre el aporte que pueda hacer la inversión extranjera a la producción, el empleo, la generación de divisas y su contribución para el desarrollo nacional. ”Debemos anticipar el futuro con nuevos ojos, nuevas circunstancias, técnicas y compromisos, porque en el aire está el destino de la IED y del país”, advirtió.

 

En su oportunidad, el representante de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Alfredo Camhaji, opinó que el financiamiento al desarrollo de Latinoamérica ha cambiado de manera sustancial en el último cuarto de siglo.

 

En los años 70 e inicio de los 80, 90 por ciento de los recursos financieros se constituían por créditos de la banca comercial, de países industrializados o de instituciones multilaterales. En contraste, la inversión extranjera directa (IED) y la de “portafolio” se incrementó más de siete veces de 1990 a 2001.

 

Ello permitió a las transnacionales consolidar sus redes en el mundo, aprovechando la privatización de empresas públicas y la fusión o adquisición de compañías privadas.

 

El sector manufacturero se constituyó como el destino preferente de la inversión externa, pues concentró alrededor del 60 por ciento de los ingresos totales por este concepto, privilegiándose el sector metálico, la maquinaria y equipo, y la industria alimentaria, entre otros.

 

Camhaji señaló que la IED es la principal fuente de recursos para el desarrollo, lo cual se refleja en que los flujos totales netos ascendieron en 2001 al 94 por ciento cuando en 1990 representaban el 20 por ciento.

 

Por ello, “tendríamos que limpiar los obstáculos para que dicha inversión se convierta en una fuente permanente de recursos. En México nos quedaría la apertura de los sectores eléctrico y energético”, opinó.

 

A su vez, Zadia Feliciano, académica del Queens College, comentó que México, al ser uno de los principales receptores de la Inversión Extranjera Directa en América Latina, sirve de ejemplo para naciones de la región y de otras latitudes.

 

En 2001 México fue su principal captador en Latinoamérica, incluso por encima de Brasil, que en la década de los 80 ocupó el primer lugar. En 1994 la participación de Estados Unidos en el porcentaje de inversión en México fue de 42 por ciento y en 2001 del 80.

 

Mientras en 1989 el 10 por ciento del empleo de compañías estadounidenses en el extranjero se asentaba en México, para 2000 se incrementó a 16 por ciento. Pero en años recientes China ha crecido de manera importante en el rubro.

 

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PIES DE FOTOS

 

FOTO 1

 

El BID ha otorgado en los últimos ocho años, alrededor de 350 millones de dólares al sector privado mexicano, señaló David Atkinson, en el seminario Los efectos de la inversión extranjera directa en México durante la década de los noventa.

 

FOTO 2

 

Zadia Feliciano, académica del Queens College, comentó que en el 2001 México fue el principal captador de inversión extranjera directa de Latinoamérica, incluso por encima de Brasil.

 

FOTO 3

 

Roberto Escalante, Armando Labra y David Atkinson durante su participación en el seminario Los efectos de la inversión extranjera directa en México durante la década de los noventa, organizado por la Facultad de Economía de la UNAM.

 

FOTO 4

 

La inversión extranjera directa es la principal fuente de recursos para el desarrollo nacional, afirmó el representante de la Canacintra, Alfredo Camhaji, en la Facultad de Economía de la UNAM.