06:00 hrs. Octubre 8 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-754

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

SE OTORGA EL PREMIO LUIS GALLARDO AYALA A UNA INVESTIGACIÓN DEL INSTITUTO DE FISIOLOGÍA CELULAR

 

·        Aborda la enfermedad de Huntington, que devasta las facultades motoras y cognoscitivas del enfermo

·        Encabeza la investigación la académica Lourdes Massieu Trigo

 

Un grupo de trabajo del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, encabezado por la académica Lourdes Massieu Trigo, obtuvo el Premio “Dr. Luis Gallardo Ayala” por sus investigaciones sobre la Enfermedad de Huntington, padecimiento neurodegenerativo y devastador para el que hasta hoy no existe cura.

 

El premio fue convocado por el Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS) y la Asociación Mexicana de la Enfermedad de Huntington. Concursaron especialistas del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de la Secretaría de Salud, del Centro de Investigaciones en Estudios Avanzados del Instituto Polítécnico Nacional, y de la propia Universidad Nacional.

 

En el marco de la ceremonia de entrega de este reconocimiento, la  académica ganadora explicó que se trata de un padecimiento con un fuerte factor hereditario, que se presenta generalmente a los 40 o 50 años de edad, en pacientes que sufren un declinamiento progresivo de sus facultades motoras y cognoscitivas. Al final de su vida, el enfermo termina imposibilitado para moverse y con demencia, al afectarse su corteza cerebral.

 

En México no existen estadísticas sobre este padecimiento. La prevalencia  mundial es de aproximadamente uno en 14 mil individuos. Sin embargo, tan sólo el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de la Secretaría de Salud –hospital de concentración, donde llegan pacientes del centro y sur del país– tiene 700 pacientes identificados con la enfermedad.

 

En el equipo de trabajo ganador, encabezado por Massieu Trigo, también participaron los especialistas Perla del Río y Teresa Montiel, del Departamento de Neurociencias del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM.

 

Lourdes Massieu explicó que los mecanismos desencadenantes de la neurodegeneración asociada a esta enfermedad, todavía no se conocen en su totalidad. Sin embargo, se afecta la región cerebral conocida como estriado, en donde puede perderse hasta un 30 por ciento de su peso.

 

Se sabe, dijo, que los pacientes presentan una mutación en la proteína llamada Huntingtina, la cual presenta repeticiones variables de un nucleótido. Sin embargo, aún no se ha encontrado relación entre la degeneración neuronal y la proteína.

 

En el protocolo de investigación triunfador, intitulado “Interacción entre la disfunción mitocondrial y excitotoxicidad, y su relevancia para la muerte neuronal asociada a la enfermedad de Huntington”, los académicos utilizaron un modelo animal para tratar de conocer los mecanismos que provocan la muerte de las neuronas.

 

En él, sintetizó, se trata de reproducir el daño neuronal en un cuerpo estriado, la región equivalente que se afecta en el humano, para conocer cuál es el tipo de disfunción.

 

Para ello se administró una toxina que daña la mitocondria, en conjunto con pequeñas concentraciones del aminoácido glutamato, un  neurotransmisor que puede producir pérdida de neuronas cuando se consigue una disfunción en ese elemento de las células.

 

 

 

“Este es uno de los  mecanismos propuestos como responsable de dicha  muerte en la enfermedad de Huntington. Eso es lo que se trata de conocer, así como formas de prevenirla tratando de recuperar la función mitocondrial”, aseguró.

 

Así, hasta el momento, la investigación coordinada por Massieu Trigo postula como resultados  preliminares, que “el daño mitocondrial es un precondicionante a la muerte neuronal por el mecanismo excitotóxico”.

 

Abundó que el protocolo propone investigar qué tipo de pérdida ocurre, pues ésta puede obedecer a varios mecanismos que pueden converger o ir por rutas distintas, que involucran la activación de diferentes estructuras proteínicas: “Queremos conocer cuáles son las proteínas que se están activando, que puedan estar relacionadas con la destrucción de las neuronas”, abundó.

 

En la ceremonia de premiación, el coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud, Jaime Mas, indicó que este premio ha sido constituido con el propósito de estimular y fortalecer la investigación de la enfermedad de Huntington en nuestro país.

 

Entre los proyectos finalistas, informó Mas, figuró también un trabajo del Instituto de  Neurobiología de esta casa de estudios, situado en el campus Juriquilla, Querétaro, encabezado por la doctora Magda Giordano Noyola y su alumno de doctorado, Juan Mena Segovia.

 

A su vez, el director del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de la Secretaría de Salud, Julio Sotelo, indicó que la patología que intenta combatirse con el premio es considerada como una de las más “angustiantes” que existen en nuestro país, desde el punto de vista social, económico y de trascendencia sociomédica.

 

Sin embargo, actualmente hay avances contundentes en el conocimiento de sus aspectos moleculares. Este mal “genera vanguardia en las expectativas que la medicina tiene para modificar enfermedades que han sido ancestrales y cuya presencia se remonta a cientos de años en la sociedad”, subrayó.

 

 

 

A su vez, la presidenta de la Asociación Mexicana de la Enfermedad de Huntington –Institución de Asistencia Privada que instauró el Premio–, Margaret de Gallardo, narró el sufrimiento que padecen las familias con este trastorno, como la suya, donde la enfermedad alcanzó a su esposo, Luis Gallardo Ayala –en cuya memoria se nombró la distinción–.

 

Por su parte, la doctora Astrid Rasmussen, del  Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de la Secretaría de Salud, expuso que se han documentado mutaciones nuevas, lo que sugiere la aparición de esta enfermedad entre pacientes sin antecedentes familiares.

 

“Esto apoya la tesis de que la enfermedad también se genera en México; que no sólo es “importada” de otro país. Se pensaba en el pasado que surgía sólo en naciones europeas”, expresó.

 

También indicó que no hay un tratamiento curativo, sino sintomático, enfocado a dar soporte nutricional y a disminuir los rasgos psicóticos y los decrementos visuales o auditivos.

 

En esos casos, el paciente registra amplios movimientos involuntarios y después rigidez. No puede caminar, escribir o hablar porque éstos alcanzan los músculos de la lengua. Además de los problemas psiquiátricos, trastornos de hipersexualidad, pérdida de memoria y aprendizaje.

 

El promedio de sobrevida después del diagnóstico, continuó durante su exposición, es de entre 16 y 20 años en los adultos, pero los últimos cinco años estarán incapacitados. Incluso hay casos donde inicia en jóvenes de entre 10 y 20 años, quienes presentan pocos movimientos. Hay escasos niños afectados, pero éstos tienen problemas de aprendizaje y epilepsia, añadieron los expertos.

 

Hay regiones del mundo donde la prevalencia es mayor, especialmente donde se residen los descendientes de los afectados. En Nueva York, en la región de Long Island, se ha estudiado con profundidad el padecimiento. Prácticamente, todos los afectados de esa área tienen lazos familiares con un inglés que habitó en esa zona de los Estados Unidos. El 50 por ciento han presentado los síntomas.

 

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

Lourdes Massieu Trigo, del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, obtuvo el Premio “Dr. Luis Gallardo Ayala”, por sus investigaciones sobre la enfermedad de Huntington.

 

Foto 2

Julio Sotelo, director del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de la Secretaría de Salud, asistió a la entrega del Premio “Dr. Luis Gallardo Ayala” a la académica de la UNAM, Lourdes Massieu Trigo.

 

Foto 3

El coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud de la UNAM, Jaime Mas, durante la ceremonia de entrega del Premio “Dr. Luis Gallardo Ayala”, obtenido por la investigadora Lourdes Massieu Trigo.

 

 

Foto 4

La ganadora del Premio “Dr. Luis Gallardo Ayala”, Lourdes Massieu (al centro) recibió un reconocimiento económico por su protocolo de investigación sobre la devastadora enfermedad de Huntington.