Boletín UNAM-DGCS-754
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al final del boletín
SE OTORGA EL
PREMIO LUIS GALLARDO AYALA A UNA INVESTIGACIÓN DEL INSTITUTO DE FISIOLOGÍA
CELULAR
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Aborda la enfermedad de
Huntington, que devasta las facultades motoras y cognoscitivas del enfermo
·
Encabeza la
investigación la académica Lourdes Massieu Trigo
Un grupo de trabajo del
Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, encabezado por la académica Lourdes
Massieu Trigo, obtuvo el Premio “Dr. Luis Gallardo Ayala” por sus
investigaciones sobre la Enfermedad de Huntington, padecimiento
neurodegenerativo y devastador para el que hasta hoy no existe cura.
El premio fue convocado por el
Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS) y la Asociación
Mexicana de la Enfermedad de Huntington. Concursaron especialistas del
Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de la Secretaría de Salud, del
Centro de Investigaciones en Estudios Avanzados del Instituto Polítécnico
Nacional, y de la propia Universidad Nacional.
En el marco de la ceremonia de
entrega de este reconocimiento, la
académica ganadora explicó que se trata de un padecimiento con un fuerte
factor hereditario, que se presenta generalmente a los 40 o 50 años de edad, en
pacientes que sufren un declinamiento progresivo de sus facultades motoras y
cognoscitivas. Al final de su vida, el enfermo termina imposibilitado para
moverse y con demencia, al afectarse su corteza cerebral.
En México no existen
estadísticas sobre este padecimiento. La prevalencia mundial es de aproximadamente uno en 14 mil individuos. Sin
embargo, tan sólo el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de la
Secretaría de Salud –hospital de concentración, donde llegan pacientes del
centro y sur del país– tiene 700 pacientes identificados con la enfermedad.
En el equipo de trabajo
ganador, encabezado por Massieu Trigo, también participaron los especialistas
Perla del Río y Teresa Montiel, del Departamento de Neurociencias del Instituto
de Fisiología Celular de la UNAM.
Lourdes Massieu explicó que
los mecanismos desencadenantes de la neurodegeneración asociada a esta
enfermedad, todavía no se conocen en su totalidad. Sin embargo, se afecta la
región cerebral conocida como estriado, en donde puede perderse hasta un 30 por
ciento de su peso.
Se sabe, dijo, que los pacientes
presentan una mutación en la proteína llamada Huntingtina, la cual presenta
repeticiones variables de un nucleótido. Sin embargo, aún no se ha encontrado
relación entre la degeneración neuronal y la proteína.
En el protocolo de
investigación triunfador, intitulado “Interacción entre la disfunción
mitocondrial y excitotoxicidad, y su relevancia para la muerte neuronal
asociada a la enfermedad de Huntington”, los académicos utilizaron un modelo
animal para tratar de conocer los mecanismos que provocan la muerte de las
neuronas.
En él, sintetizó, se trata de
reproducir el daño neuronal en un cuerpo estriado, la región equivalente que se
afecta en el humano, para conocer cuál es el tipo de disfunción.
Para ello se administró una
toxina que daña la mitocondria, en conjunto con pequeñas concentraciones del
aminoácido glutamato, un
neurotransmisor que puede producir pérdida de neuronas cuando se
consigue una disfunción en ese elemento de las células.
“Este es uno de los mecanismos propuestos como responsable de
dicha muerte en la enfermedad de
Huntington. Eso es lo que se trata de conocer, así como formas de prevenirla
tratando de recuperar la función mitocondrial”, aseguró.
Así, hasta el momento, la
investigación coordinada por Massieu Trigo postula como resultados preliminares, que “el daño mitocondrial es
un precondicionante a la muerte neuronal por el mecanismo excitotóxico”.
Abundó que el protocolo
propone investigar qué tipo de pérdida ocurre, pues ésta puede obedecer a
varios mecanismos que pueden converger o ir por rutas distintas, que involucran
la activación de diferentes estructuras proteínicas: “Queremos conocer cuáles
son las proteínas que se están activando, que puedan estar relacionadas con la
destrucción de las neuronas”, abundó.
En la ceremonia de premiación,
el coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud, Jaime Mas,
indicó que este premio ha sido constituido con el propósito de estimular y
fortalecer la investigación de la enfermedad de Huntington en nuestro país.
Entre los proyectos
finalistas, informó Mas, figuró también un trabajo del Instituto de Neurobiología de esta casa de estudios,
situado en el campus Juriquilla, Querétaro, encabezado por la doctora Magda
Giordano Noyola y su alumno de doctorado, Juan Mena Segovia.
A su vez, el director del
Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de la Secretaría de Salud,
Julio Sotelo, indicó que la patología que intenta combatirse con el premio es
considerada como una de las más “angustiantes” que existen en nuestro país,
desde el punto de vista social, económico y de trascendencia sociomédica.
Sin embargo, actualmente hay
avances contundentes en el conocimiento de sus aspectos moleculares. Este mal
“genera vanguardia en las expectativas que la medicina tiene para modificar
enfermedades que han sido ancestrales y cuya presencia se remonta a cientos de
años en la sociedad”, subrayó.
A su vez, la presidenta de la
Asociación Mexicana de la Enfermedad de Huntington –Institución de Asistencia
Privada que instauró el Premio–, Margaret de Gallardo, narró el sufrimiento que
padecen las familias con este trastorno, como la suya, donde la enfermedad
alcanzó a su esposo, Luis Gallardo Ayala –en cuya memoria se nombró la
distinción–.
Por su parte, la doctora
Astrid Rasmussen, del Instituto
Nacional de Neurología y Neurocirugía de la Secretaría de Salud, expuso que se
han documentado mutaciones nuevas, lo que sugiere la aparición de esta
enfermedad entre pacientes sin antecedentes familiares.
“Esto apoya la tesis de que la
enfermedad también se genera en México; que no sólo es “importada” de otro
país. Se pensaba en el pasado que surgía sólo en naciones europeas”, expresó.
También indicó que no hay un
tratamiento curativo, sino sintomático, enfocado a dar soporte nutricional y a
disminuir los rasgos psicóticos y los decrementos visuales o auditivos.
En esos casos, el paciente
registra amplios movimientos involuntarios y después rigidez. No puede caminar,
escribir o hablar porque éstos alcanzan los músculos de la lengua. Además de
los problemas psiquiátricos, trastornos de hipersexualidad, pérdida de memoria
y aprendizaje.
El promedio de sobrevida
después del diagnóstico, continuó durante su exposición, es de entre 16 y 20
años en los adultos, pero los últimos cinco años estarán incapacitados. Incluso
hay casos donde inicia en jóvenes de entre 10 y 20 años, quienes presentan
pocos movimientos. Hay escasos niños afectados, pero éstos tienen problemas de
aprendizaje y epilepsia, añadieron los expertos.
Hay regiones del mundo donde
la prevalencia es mayor, especialmente donde se residen los descendientes de
los afectados. En Nueva York, en la región de Long Island, se ha estudiado con
profundidad el padecimiento. Prácticamente, todos los afectados de esa área
tienen lazos familiares con un inglés que habitó en esa zona de los Estados
Unidos. El 50 por ciento han presentado los síntomas.
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PIES DE FOTO
Foto 1
Lourdes Massieu
Trigo, del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, obtuvo el Premio “Dr.
Luis Gallardo Ayala”, por sus investigaciones sobre la enfermedad de
Huntington.
Foto 2
Julio Sotelo,
director del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de la Secretaría
de Salud, asistió a la entrega del Premio “Dr. Luis Gallardo Ayala” a la
académica de la UNAM, Lourdes Massieu Trigo.
Foto 3
El coordinador
del Programa Universitario de Investigación en Salud de la UNAM, Jaime Mas,
durante la ceremonia de entrega del Premio “Dr. Luis Gallardo Ayala”, obtenido
por la investigadora Lourdes Massieu Trigo.
Foto 4
La ganadora del Premio “Dr. Luis Gallardo Ayala”, Lourdes Massieu (al centro) recibió un reconocimiento económico por su protocolo de investigación sobre la devastadora enfermedad de Huntington.