Boletín UNAM-DGCS-742
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al
final del boletín
LA EXENCIÓN DEL
IVA A MEDICINAS Y ALIMENTOS SÓLO
BENEFICIA A MULTINACIONALES
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No fiscalizar estos rubros representaría un
“obsequio” a las industrias agroalimentaria y farmacoquímica, apuntó el académico
Eduardo Nava
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Se pronunció por aplicar un impuesto
generalizado, con una tasa de entre siete u ocho por ciento
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En contraste, Mariano Latapí
considera que gravar alimentos y medicinas afectaría a los más pobres
La propuesta de aplicar el Impuesto al Valor
Agregado (IVA) a los alimentos y medicinas no repercutiría en un aumento de
precios en esos productos, aclaró el académico universitario Eduardo Nava Díaz,
quien señaló que el no fiscalizar estos rubros sólo representará un “obsequio”
a las industrias agroalimentaria y farmacoquímica multinacionales.
En el marco de la conferencia “La Reforma
Fiscal en México: ¿cómo, hacia dónde, con quien?”, efectuada en la Facultad de
Economía de la UNAM, propuso que se aplique el IVA de manera generalizada con
una tasa de entre siete u ocho por ciento, sin ningún régimen de excepción.
Ello, insistió, no afectaría “el precio de los
productos al consumidor final”, sino “las utilidades de las empresas
multinacionales fabricantes de agroalimentos
y de farmacoquímicos que han sido, en muchos de los casos, hasta del dos
mil por ciento entre 1983 y el 2003, mientras el fisco mexicano ha tenido cero
participación”.
Aclaró que de aplicarse este impuesto, dichos
consorcios no retirarían sus inversiones del país. Tampoco se impactaría el
costo a los enfermos, “porque tenemos una Secretaría de Economía que
regula los precios; no estamos
desprotegidos: estamos vestidos de un conjunto de leyes. Todo depende del tipo
de interpretación política que hagan los responsables de las instancias
gubernamentales”.
El IVA, comentó, es un gravamen benéfico en
países con cultura fiscal, como los que integran la Comunidad Económica
Europea. Sin embargo, en México “el razonamiento fiscal es el de la elusión; es
parte de la cultura y de la idiosincrasia nacional”.
El profesor abundó que tenemos un “sistema fiscal aberrante” que proviene de la
Colonia, “porque siempre se ha favorecido a los menos, en sacrificio de los
más”, y este favoritismo ha descompuesto el equilibrio y la armonía, y provocado la pobreza en la que
viven 53 por ciento de los mexicanos. Se trata, dijo, de un problema de cultura
política, de difusión y de interpretación de las leyes
El desorden, continuó, no ha permitido hacer
consistentes los recursos. Por ello, la Reforma Fiscal debe pasar por varias
etapas, las cuales deben contemplar un paquete de cambios estructurales.
Una de ellas es la revisión integral y total
del federalismo fiscal. Es decir, no más participación ni repartición de la
Federación a los estados porque allí no está el progreso. Hay que revertir y
entregar al municipio y a los estados la fuerza fiscal, para que sean ellos
quienes determinen en el ámbito de su soberanía, apuntó.
Asimismo, pidió un análisis específico de la
legislación gubernamental en materia financiera e impositiva y, por ende, la
revisión de cada uno de los impuestos mexicanos y su adecuación.
La reforma, aseveró, debe pasar también por un
aceleramiento de la dinámica de crecimiento y desarrollo económico del mercado,
y por cambios y ajustes a la evolución del presupuesto federal de egresos; es
decir, no más subejercicios sino cumplimiento del ejercicio fiscal
De igual manera, consideró necesaria la
expasión de la base fiscal y del padrón federal de contribuyentes, entre otras
propuestas, las cuales dijo, se contemplan en el proyecto de Reforma Hacendaria
elaborado por la Universidad Nacional, la cual debe revisarse para su
aplicación.
A su vez, Mariano Latapí, director de la
Academia Mexicana de Investigación Fiscal, opinó que gravar los alimentos y las
medicinas “será una medida en contra de los
pobres, pues se trata de un impuesto regresivo.”
Señaló que existen una “serie de alternativas
que no se han explorado”, como fiscalizar la economía informal, donde no hay
recaudación; el transporte público o la Bolsa de Valores, que están exentos de
gravámenes. En fin, aseveró “hay una serie de opciones donde se pueden cobrar
más impuestos”.
Agregó que la población no tiene porqué seguir
pagando esas imposiciones financieras. “El IVA es cómodo para el gobierno, porque generaría una recaudación
inmediata, pero sentimos que se debe
recaudar en las personas físicas y evitar todos estos regímenes que han
fomentado la economía informal.”
Ejemplificó que los sectores restaurantero y de
transporte urbano evaden el pago de sus obligaciones fiscales, por lo que la
Secretaría de Hacienda debería implementar
instrumentos para cobrarles, así como rigurosos esquemas de
fiscalización.
Latapí expuso que actualmente, una persona física que recibe un ingreso de 20
mil pesos al mes “trabaja alrededor de seis o siete meses del año para el
gobierno”.
El especialista aseguró que ni en Europa
ni en Estados Unidos, reconocidos países capitalistas, pasó la reforma del IVA
“porque sencillamente, los legisladores se dieron cuenta que gravaba a las
clases más necesitadas.” Asimismo, sostuvo, “no hay nación que grave los
alimentos y las medicinas”.
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PIES DE FOTO
FOTO 1
El académico universitario Eduardo
Nava Díaz señaló que de no cobrarse el IVA a los alimentos y medicinas, se
beneficiaría únicamente a las empresas multinacionales de las industrias
agroalimentaria y farmacéutica
FOTO 2
Mariano Latapí, director de la Academia Mexicana de Investigación Fiscal, participó en la conferencia “La reforma fiscal en México, ¿cómo, hacia dónde, con quién?”, realizada en la Facultad de Economía de la UNAM