12:30 hrs. Octubre 2 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-742

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

LA EXENCIÓN DEL IVA A MEDICINAS  Y ALIMENTOS SÓLO BENEFICIA A MULTINACIONALES

 

·        No fiscalizar estos rubros representaría un “obsequio” a las industrias agroalimentaria y farmacoquímica, apuntó el académico Eduardo Nava

·        Se pronunció por aplicar un impuesto generalizado, con una tasa de entre siete u ocho por ciento

·        En contraste, Mariano Latapí considera que gravar alimentos y medicinas afectaría a los más pobres

 

La propuesta de aplicar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a los alimentos y medicinas no repercutiría en un aumento de precios en esos productos, aclaró el académico universitario Eduardo Nava Díaz, quien señaló que el no fiscalizar estos rubros sólo representará un “obsequio” a las industrias agroalimentaria y farmacoquímica multinacionales.

 

En el marco de la conferencia “La Reforma Fiscal en México: ¿cómo, hacia dónde, con quien?”, efectuada en la Facultad de Economía de la UNAM, propuso que se aplique el IVA de manera generalizada con una tasa de entre siete u ocho por ciento, sin ningún régimen de excepción.

 

Ello, insistió, no afectaría “el precio de los productos al consumidor final”, sino “las utilidades de las empresas multinacionales fabricantes de agroalimentos  y de farmacoquímicos que han sido, en muchos de los casos, hasta del dos mil por ciento entre 1983 y el 2003, mientras el fisco mexicano ha tenido cero participación”.

 

Aclaró que de aplicarse este impuesto, dichos consorcios no retirarían sus inversiones del país. Tampoco se impactaría el costo a los enfermos, “porque tenemos una Secretaría de Economía que regula  los precios; no estamos desprotegidos: estamos vestidos de un conjunto de leyes. Todo depende del tipo de interpretación política que hagan los responsables de las instancias gubernamentales”.

 

El IVA, comentó, es un gravamen benéfico en países con cultura fiscal, como los que integran la Comunidad Económica Europea. Sin embargo, en México “el razonamiento fiscal es el de la elusión; es parte de la cultura y de la idiosincrasia nacional”.

 

El profesor abundó que tenemos un “sistema  fiscal aberrante” que proviene de la Colonia, “porque siempre se ha favorecido a los menos, en sacrificio de los más”, y este favoritismo ha descompuesto el equilibrio y la  armonía, y provocado la pobreza en la que viven 53 por ciento de los mexicanos. Se trata, dijo, de un problema de cultura política, de difusión y de interpretación de las leyes

 

El desorden, continuó, no ha permitido hacer consistentes los recursos. Por ello, la Reforma Fiscal debe pasar por varias etapas, las cuales deben contemplar un paquete de cambios estructurales.

 

Una de ellas es la revisión integral y total del federalismo fiscal. Es decir, no más participación ni repartición de la Federación a los estados porque allí no está el progreso. Hay que revertir y entregar al municipio y a los estados la fuerza fiscal, para que sean ellos quienes determinen en el ámbito de su soberanía, apuntó.

 

Asimismo, pidió un análisis específico de la legislación gubernamental en materia financiera e impositiva y, por ende, la revisión de cada uno de los impuestos mexicanos y su adecuación.

 

La reforma, aseveró, debe pasar también por un aceleramiento de la dinámica de crecimiento y desarrollo económico del mercado, y por cambios y ajustes a la evolución del presupuesto federal de egresos; es decir, no más subejercicios sino cumplimiento del ejercicio fiscal

 

De igual manera, consideró necesaria la expasión de la base fiscal y del padrón federal de contribuyentes, entre otras propuestas, las cuales dijo, se contemplan en el proyecto de Reforma Hacendaria elaborado por la Universidad Nacional, la cual debe revisarse para su aplicación.

A su vez, Mariano Latapí, director de la Academia Mexicana de Investigación Fiscal, opinó que gravar los alimentos y las medicinas “será una medida en contra de los  pobres, pues se trata de un impuesto regresivo.”

 

Señaló que existen una “serie de alternativas que no se han explorado”, como fiscalizar la economía informal, donde no hay recaudación; el transporte público o la Bolsa de Valores, que están exentos de gravámenes. En fin, aseveró “hay una serie de opciones donde se pueden cobrar más impuestos”.

 

Agregó que la población no tiene porqué seguir pagando esas imposiciones financieras. “El IVA es  cómodo para el gobierno, porque generaría una recaudación inmediata, pero sentimos que se  debe recaudar en las personas físicas y evitar todos estos regímenes que han fomentado la economía informal.”

 

Ejemplificó que los sectores restaurantero y de transporte urbano evaden el pago de sus obligaciones fiscales, por lo que la Secretaría de Hacienda debería implementar  instrumentos para cobrarles, así como rigurosos esquemas de fiscalización.

 

Latapí expuso que actualmente, una  persona física que recibe un ingreso de 20 mil pesos al mes “trabaja alrededor de seis o siete meses del año para el gobierno”.

 

El especialista aseguró que ni en Europa ni en Estados Unidos, reconocidos países capitalistas, pasó la reforma del IVA “porque sencillamente, los legisladores se dieron cuenta que gravaba a las clases más necesitadas.” Asimismo, sostuvo, “no hay nación que grave los alimentos y las medicinas”.

 

 

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 1

 

El académico universitario Eduardo Nava Díaz señaló que de no cobrarse el IVA a los alimentos y medicinas, se beneficiaría únicamente a las empresas multinacionales de las industrias agroalimentaria y farmacéutica

 

 

FOTO 2

 

Mariano Latapí, director de la Academia Mexicana de Investigación Fiscal, participó en la conferencia “La reforma fiscal en México, ¿cómo, hacia dónde, con quién?”, realizada en la Facultad de Economía de la UNAM