16:00 hrs. Agosto 28 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-651

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

NECESARIA MAYOR RESPONSABILIDAD DEL ESTADO CON LA EDUCACIÓN SUPERIOR, EN AMÉRICA LATINA

 

·        Francisco López Segrera, ex director del Instituto Internacional para la Educación Superior de América Latina (IIESALC) de la UNESCO, dijo que esta es clave para reducir la pobreza

·        Dictó la conferencia La educación superior y el nuevo desarrollo   mundial, organizada por el Centro de Estudios sobre la Universidad

·        El director del CESU, Axel Didriksson, destacó que el Estado tiene que reflejar su discurso en metas concretas de pertinencia y equidad, además de proveer el financiamiento necesario para cumplirlas

 

En América Latina es necesario incrementar la responsabilidad del Estado con una educación superior permanente, como factor clave para reducir la pobreza; además, se requiere el apoyo para las universidades de innovación e investigación, las cuales proveen nuevas habilidades y conocimientos, así como construir capacidades éticas y cognoscitivas para la sociedad de la información, aseguró Francisco López Segrera.

 

El ex director del Instituto Internacional para la Educación Superior de América Latina (IIESALC) de la UNESCO y actual profesor de la Universidad de Salamanca, España, mencionó que al mismo tiempo, es necesaria una política de las propias instituciones educativas para diversificar sus fuentes de financiamiento.

 

Asimismo, se requieren programas de educación permanente para toda la población, que sean los soportes entre países e instituciones; así como de sistemas de evaluación y acreditación para evitar la proliferación de pseudouniversidades; la construcción y actualización de los planes de estudio, para que no tengan más de 8 u 10 años de antigüedad; y hacer énfasis en las nuevas tecnologías.

 

En este sentido, se pronunció también el director del Centro de Estudios sobre la Universidad, Axel Didriksson, quien destacó la obligación del Estado de trasladar su discurso a metas concretas de pertinencia y equidad, así como de financiamiento para la tarea de la enseñanza en general.

 

Indicó que el camino para incrementar los ingresos de las universidades  no es mediante el incremento de las cuotas.

 

En tanto, en su conferencia La educación superior y el nuevo desarrollo mundial, organizada por el Centro de Estudios sobre la Universidad, López Segrera mencionó que la pobreza en América Latina afecta a los sistemas de educación superior.

 

Ahí habitan 481 millones de personas; la mitad de ellas –240 millones, según la Comisión Económica para América Latina– viven en la pobreza, en la exclusión social y la desigualdad.

 

“Se debe promover la educación para toda la vida, permanente; ¿pero sin equidad social será posible? Sabemos que no”. El 50 por ciento de la población en la región que vive en pobreza, no podrá acceder a ella y, mucho menos, a las nuevas tecnologías.

 

El también miembro del Comité Científico Latinoamericano del Foro UNESCO en Educación Superior, recordó que las tendencias mundiales de ese nivel educativo desde principios de los años 90, fueron la explosión cuantitativa, el crecimiento de la privatización, la restricción del gasto público y la “diáspora” o fuga de talentos. Además, como impacto de la globalización, aumentó el número de pseudouniversidades.

 

Los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) invierten ocho veces más per capita en educación que los nuestros. A este problema se suma, en el nivel superior, el enorme salto de la matrícula, que actualmente alcanza los nueve millones.

Según informes del Banco Interamericano de Desarrollo, abundó, en el 2000 la matrícula era de siete millones de una población potencial de 42 millones. Actualmente, las instituciones de educación superior son unas cinco mil, pero sólo 800 son “verdaderas universidades” –300 públicas y 500 privadas–, aunque la investigación sigue refiriéndose a las primeras.

 

El porcentaje de inversión en ese nivel es de sólo 20 por ciento del presupuesto total de educación y sólo el 0.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB); en investigación y desarrollo –que en Europa alcanzará en el 2005 un 5 por ciento– sólo se invierte el 0.5 por ciento del PIB.

 

Además, añadió López Segrera, enfrentamos la emergencia de universidades corporativas que no cumplen con la misión central de una universidad: ser un foro de debate de todas las ideas.

 

Ante tal panorama, la educación superior enfrenta desafíos como la actualización permanente de las competencias de los profesores y contenidos educativos, en especial porque a principios del siglo XX el conocimiento se duplicaba cada 100 años y hoy lo hace cada 73 días, gracias a la velocidad de la informática.

 

En tal sentido, la relación profesor-alumno debe ser novedosa, donde el primero puede considerarse un alumno más, el más aventajado para ser facilitador en la construcción interactiva del conocimiento.

 

Otros retos son la introducción de redes electrónicas para el aprendizaje; traducir y adecuar los principales aportes de las ciencias; modificar la gestión de las instituciones en un sentido menos jerárquico y formal; además de políticas públicas adecuadas y el mutuo enriquecimiento entre instituciones.

 

Los que no accedan a la sociedad del conocimiento, a las nuevas tecnologías, serán totalmente excluidos del circuito de producción-distribución-consumo y ese hecho ya afecta a nuestros países dramáticamente.

 

 

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FOTO 1

Axel Didriksson, director del Centro de Estudios sobre la Universidad, y Francisco López Segrera, profesor de la Universidad de Salamanca, España, durante la conferencia La educación superior y el nuevo desarrollo mundial.

 

 

FOTO 2

Francisco López Segrera, ex director del Instituto Internacional para la Educación Superior de América Latina (IIESALC) de la UNESCO, aseguró que la educación superior permanente es un factor clave para reducir la pobreza en América Latina.