06:00 hrs. Agosto 20 de 2003

 

oletín UNAM-DGCS-628

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos  al final del boletín

 

EMERGEN PUEBLOS INDÍGENAS COMO NUEVOS ACTORES POLÍTICOS Y SOCIALES EN MÉXICO Y EL MUNDO

 

·        Hace 20 años no existía un movimiento indígena tan importante y articulado como el surgido en tiempos recientes

·        Las modificaciones a las constituciones políticas de los países de América Latina incluyen por primera vez el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas

·        En algunas naciones ya se incorporan territorios ancestrales nativos, que no habían sido tomados en cuenta jurídica y constitucionalmente

 

Hay un nuevo fenómeno en el mundo: la emergencia de los pueblos indígenas como actores políticos y sociales en México y el mundo. Hace 20 años no existía un movimiento indígena tan importante y articulado como el que recientemente ha surgido, señaló Rodolfo Stavenhagen, Relator Especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos de los Indígenas. 

 

En la década de los ochenta la mayoría de los Estados nacionales no aceptaban política ni jurídicamente a los pueblos indígenas dentro de su territorio; no existía un ambiente internacional conducente al reconocimiento de sus derechos, añadió en el Anfiteatro Simón Bolívar del Antiguo Colegio de San Ildefonso.

 

Hace dos décadas, apuntó, cuando se hablaba de la temática de los pueblos indígenas, se discutían las políticas de Estado y en ocasiones, sus necesidades no satisfechas y los rezagos históricos. El paradigma recurrente era el desarrollo, y quienes no se apegaban a este modelo, eran llamados “atrasados”.

 

Hoy en día ese discurso ha perdido lustre y ha sido sustituido por otro discurso no menos problemático, pero que está en el centro de los debates: los derechos humanos que exigen los pueblos indígenas.

 

Destacó que hay puntos fundamentales que señalan la importancia de esa transformación. En primer lugar, las modificaciones que prácticamente todas las constituciones políticas de los países de América Latina han sufrido en los últimos 15 años; las reformas incluyen por primera vez en sus textos, la temática del reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas.

 

En segundo lugar, dijo, se han dado cambios internacionales con la tutela de las Naciones Unidas, así como en el ámbito regional americano; hay una creciente presencia de las organizaciones indígenas, y una fuerte discusión y participación de las agencias del sistema multilateral para solucionar su problemática.

 

Las opiniones en torno al progreso de estos cambios, están divididas; algunos señalan que han habido modificaciones revolucionarias y profundas.

 

Indicó que esto se debe, aseguran, a que desde hace  algunos   años –cuando menos en el ámbito retórico y de las legislaciones nacionales– muchos países se reconocen como multiétnicos y  plurilingües; se habla de un mundo multicultural, y desde luego los pueblos indígenas forman parte de ese discurso.

 

Algunos dirían, precisó, que es un cambio revolucionario porque modifica los paradigmas del pensamiento dominante de hace algunas décadas. En algunos países también se reconocen territorios ancestrales indígenas, que no habían sido tomados en cuenta jurídica y constitucionalmente.

 

En otras naciones, continuó, el discurso en torno al derecho de los pueblos a la autodeterminación forma parte del discurso de muchas organizaciones indígenas en el mundo y ha hecho su entrada también en el ámbito de las Naciones Unidas.

 

En otras más se reconocen, por primera vez, los sistemas jurídicos propios de los pueblos autóctonos. Además, en algunos países se han oficializado las lenguas indígenas, cuando antes eran olvidadas, reprimidas y negadas; desde luego, en lo político hay una creciente participación indígena en el ámbito nacional, afirmó.

 

Sin embargo, añadió, otra postura considera modestos los progresos, pues todavía no son revolucionarios, pero que forman parte de un proceso evolutivo de cambio. Por ejemplo, los planteamientos que hacen las organizaciones indígenas se incorporan cada vez más al discurso nacional de algunos países, como los Acuerdos de Paz en Guatemala, que pusieron fin a 30 años de guerra civil.

 

Precisó que también señalan el fortalecimiento de algunas instituciones propiamente indígenas en el ámbito comunitario y regional; existe además un movimiento denominado de recomposición o reconstitución de los pueblos indígenas.

 

También hay quienes argumentan que no hay cambios, y señalan las estadísticas que elaboran los gobiernos nacionales y los organismos internacionales, como el famoso Índice de Desarrollo Humano que edita cada año la ONU, que presenta la situación de los pueblos nativos como “catastrófica” en cuanto a indicadores de desarrollo humano y social, abundó Rodolfo Stavenhagen.

 

Otros más aseguran que han existido retrocesos, y sus argumentos se basan en la destrucción progresiva de las economías indígenas de subsistencia, de sus comunidades y culturas en muchas partes del mundo, independientemente de los cambios jurídicos, constitucionales y del discurso de la multiculturalidad.

 

Además, apuntan que los procesos de globalización producen pobreza y desesperación creciente entre los pueblos indígenas, lo cual contribuye, entre otras cosas, a crear escenarios como el de Colombia, donde esta población constituye la víctima principal de la violencia política y social de ese país sudamericano.

 

Independientemente de estas opiniones, debemos reconocer, finalizó Stavenhagen, que en el sistema de Naciones Unidas se está construyendo un nuevo marco internacional de protección a los derechos de los pueblos indígenas.

 

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PIES FOTOS

 

Foto 1

 

El Relator Especial de la ONU para los Derechos de los Indígenas, Rodolfo Stavenhagen, dictó la conferencia magistral “Entre clase y nación: las luchas de los pueblos indígenas”, en el Anfiteatro “Simón Bolívar” del Antiguo Colegio de San Ildefonso.

 

 

Foto  2

 

Los pueblos indígenas de México y el mundo emergen como actores políticos. Hace 20 años no existía un movimiento indígena tan importante y articulado como el reciente, aseguró Rodolfo Stavenhagen, Relator Especial de la ONU para los Derechos de los Indígenas.