06:00 hrs. Agosto 10 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-606

Ciudad Universitaria

 

 

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ANOMALÍA SEXUAL EN UNO DE CADA 100 RECIÉN NACIDOS

 

·        Susana Kofman, de la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó diversas alteraciones, como  las reversiones sexuales

·        Uno de los padecimientos es el pseudohermafroditismo masculino: al nacimiento son reconocidas como niñas, que en la pubertad se virilizan; les descienden los testículos, les crece el pene, desean ser hombres y pueden ser fértiles

 

Las estadísticas internacionales revelan que uno de cada 100 recién nacidos presenta anomalías en la diferenciación sexual, cuya problemática puede ir desde aspectos relativamente sencillos como la falta de descenso de los testículos, hasta patologías como las reversiones sexuales, incluidos los hermafroditas verdaderos o el pseudohermafroditismo, señaló la especialista en Genética de la Facultad de Medicina de la UNAM, Susana Kofman.

 

La también jefa del Servicio de Genética  del  Hospital General explicó que si se registra algún error en la formación del sexo genético por cromosomas de más o de menos, esto se traduce en síndromes específicos relativamente frecuentes.

 

Explicó que los seres humanos poseemos una serie de cromosomas que definen nuestro género: normalmente las mujeres tienen 46 combinaciones o cariotipos XX, mientras que los varones tienen 46 XY.

 

Cuando las niñas tienen un solo cromosoma X, fenómeno conocido como Síndrome de Turner –cuya frecuencia es de una niña en dos mil 500 recién nacidas–, presentan corta estatura, con problemas en las manos, brazos y el cuello. Cuando llegan a la pubertad no tienen un desarrollo de caracteres sexuales secundarios, porque en  lugar de ovarios se formaron unas estrías fibrosas que no permiten su desarrollo, explicó.

 

Otro síndrome registrado en los varones, abundó, se produce cuando en lugar de tener los 46 cromosomas XY tienen 47 XXY, por problemas en el momento de la fertilización. Estos individuos con un cromosoma X de más –como le sucede a uno de cada 500 recién nacidos vivos– tienen problemas de desarrollo.

 

Son individuos altos, como eunucos, cuya apariencia genital es similar a la castración, pues sus testículos no se desarrollan adecuadamente. Tienen dificultades en el cambio de voz, están al borde del retraso mental  y son estériles.

 

Existe, dijo, otra situación donde las mujeres en lugar de tener dos cromosomas X, tienen tres. Ellas son las mal llamadas “super hembras”: son obesas, con retraso mental, y problemas en la fertilidad.

 

Kofman indicó que puede haber errores en la formación del testículo o el ovario, y a estas patologías se les conoce con el nombre de reversión sexual. Ejemplificó que son individuos genéticamente masculinos; es decir, presentan cariotipos o combinaciones de  cromosomas XY, pero su apariencia es totalmente femenina.

 

Presentan, generalmente, una estría fibrosa, pues el testículo no se desarrolla adecuadamente. La paciente acude a consulta regularmente en el momento de la pubertad porque no menstrúa, o carece del desarrollo de caracteres sexuales secundarios.

 

La contraparte son individuos con apariencia masculina que buscan ayuda médica por esterilidad. Tienen los genitales casi siempre bien formados, aunque en ocasiones ambiguos u anormales. Al practicárseles un estudio citogenético presentan cariotipos XX; es decir, genéticamente son mujeres, pero con una orientación psicosexual totalmente masculina.

La también especialista en Pediatría indicó que algunos niños presentan ambigüedad genital y al momento del nacimiento o durante la primera infancia, sus padres no saben qué nombre ponerles.

 

Los varones con cariotipos XX tienen órganos sexuales masculinos, y las mujeres con combinaciones XY no tienen ovarios, pero sí tienen órganos internos y externos femeninos, aunque poco desarrollados por la falta de producción de hormonas.

 

Uno de los síndromes más interesantes, agregó, es el conocido como  hermafroditismo verdadero. Se trata de una persona con genitales ambiguos. Pueden tener un clítoris grande o un pene pequeño, así como un testículo descendido o no. Casi siempre presentan cromosomas XX, pero tienen ovarios y testículos o una sola gónada, con tejido ovárico y testicular.

 

Si estas personas no son tratadas, cuando llegan a la pubertad producen hormonas masculinas y femeninas, es decir, se virilizan y también se feminizan. Los casos de hermafroditas verdaderos, aseguró, son muy raros, y en México no hay  cifras de su prevalencia.

 

En el pasado, cuando se detectaba un menor con ambigüedad genital, explicó, se realizaba un estudio exhaustivo y se operaba, para definir su sexo, hacia lo masculino o femenino.

 

Sin embargo, en los últimos años se han formado, principalmente en Estados Unidos, asociaciones  de individuos que tuvieron anomalías de la diferenciación sexual y la mayoría están descontentos, porque se les asignó el sexo equivocado a su preferencia, aseguró.

 

Ante ello, la idea de  los genetistas actuales es asignar un sexo para posibilitar su desarrollo social, pero no operar, dejar sus genitales ambiguos, hasta que por propia voluntad definan su sexo, aunque son personas con gran sufrimiento a lo largo de su vida.

 

La especialista de la Facultad de Medicina de la UNAM indicó que a lo largo del tiempo se pensó que la conducta sexual era adquirida, pero estos estudios revelan cómo el funcionamiento de genes, hormonas y factores propios del individuo influyen en sus conductas sexuales, aunque también influye el medio donde se desenvuelve una persona, agregó.

 

Aclaró que existen trastornos de la conducta, como sucede con los homosexuales, travestís y transexuales, aunque todavía se desconoce su relación con la genética.

 

Otra problemática es el pseudohermafroditismo, cuando el sexo genético con cariotipo XY condiciona la formación del testículo, y en lugar de generar un individuo masculino, se desarrolla otro totalmente femenino, que llega a la consulta porque no menstrúa o porque es estéril.

 

Se trata de mujeres bien desarrolladas, con mama abundante y sin vello. Al examinarlas se encuentra que la vagina termina en un fondo de saco, donde se encuentran dos gónadas en la cavidad abdominal: son testículos con un nivel de testosterona más elevada que los hombres normales. Esto se conoce como el síndrome de defecto de receptor de andrógenos.

 

Otro padecimiento es el pseudohermafroditismo masculino, donde la  persona tiene la combinación XY y tiene  testículos, y sin embargo cuando nace sus genitales son prácticamente femeninos y se les educa como mujeres.  Sin embargo, cuando estas niñas llegan a la pubertad comienzan a virilizar, tienen cambios de voz, les crece el vello, descienden las gónadas que se pensaba eran ovarios y son testículos, empieza a crecer el pene –aunque sus características no son normales– y ellas cambian de conducta sexual, es decir, quieren ser hombres. Si son detectados a tiempo, pueden ser fértiles como hombres.

 

Indicó que hay tres comunidades en el mundo con pseudohermafroditismo  masculino, una en República Dominicana, otra en Turquía y una más en Nueva Guinea.

 

Kofman expresó que este tipo de enfermedades son vergonzantes y se tratan a nivel familia de manera oculta. Por ello, los afectados padecen gran cantidad de frustraciones, pues generalmente han sido mal manejados, pues incluso los médicos desconocen la patología.

 

 

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Si se registra algún error en la formación del sexo genético, por cromosomas de más o de menos, esto se traduce en síndromes específicos relativamente frecuentes, explicó la especialista de la UNAM, Susana Kofman.

 

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Algunos niños presentan ambigüedad genital y al momento del nacimiento o durante la primera infancia, sus padres no saben qué nombre ponerles, advirtió Susana Kofman, de la Facultad de Medicina de la UNAM.