06:00 hrs. Agosto 10 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-605

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

 

MURCIÉLAGOS, EJEMPLO DE DESARROLLO SUSTENTABLE: LAURA NAVARRO

 

·        Terminan con las plagas de cultivos de maíz y algodón, entre otras, aseguró la integrante del Programa para la Conservación de los Murciélagos Migratorios, en el que participa el Instituto de Ecología

·        Estos mamíferos tienen “muy mala fama”, pues alrededor de ellos se han creado mitos sin sustento real

·        En la Ciudad de México viven en construcciones viejas, en las alcantarillas e, incluso, detrás de los anuncios espectaculares

·        Se alimentan de insectos, néctar y fruta

 

En todo el mundo hay unas mil especies de murciélagos y en México habitan 140 de ellas, de las cuales 70 por ciento se alimentan de insectos. Por ello, resultan ser un grupo animal benéfico que termina de modo natural con las plagas de cultivos de maíz, algodón y pepino, entre muchas otras, aseguró Laura Navarro, integrante del Programa para la Conservación de los Murciélagos Migratorios (PCMM), en donde participa el Instituto de Ecología de la UNAM.

 

Al dictar la conferencia Los murciélagos, un ejemplo de desarrollo sustentable en el Museo de las Ciencias Universum, dijo que esos mamíferos tienen “muy mala fama”, pues alrededor de ellos se han creado mitos y  aspectos alejados de la realidad.

 

 

Además de insectos, esos seres también se alimentan de frutas, néctar, carne –como lagartijas, ranas, ratones y aves pequeñas­–, peces y, sólo una especie –que recibe el nombre de “vampiro” y vive en el sureste mexicano–, de sangre.

 

Se sabe que un ejemplar del murciélago café, abundante en todo el país, se come hasta mil 200 mosquitos u otros “bichos” de tamaño similar en una hora. Además, se ha demostrado que cada millón de esos mamíferos acaba con 20 toneladas de insectos por noche.

 

Al igual que las abejas, los murciélagos alimentados con néctar (cuyos rostros son alargados y sus lenguas largas con papilas en la punta, similares a pelos), contribuyen a la polinización de plantas que sólo abren sus flores por las noches, como los agaves y los cactus.

 

Otros comen frutas –entre ellas higos, mangos, plátanos, guayabas y tejocotes– y así dispersan de dos a cinco veces más semillas que las aves, pues “siembran” hasta tres de ellas por metro cuadrado cada noche, de acuerdo con la época del año y del grado de perturbación de la selva o bosque donde se encuentren, proporcionando ayuda para su crecimiento y regeneración.

 

Como se mencionó antes, sólo una de las especies de murciélagos mexicanos se alimenta de sangre de animales domésticos, como vacas, gallinas, cerdos; así como de otros silvestres, como tapires. No “encaja” sus colmillos en el cuello y chupa el flujo sanguíneo, como en las películas, sino mediante una pequeña herida que luego lame.

 

Otro de los mitos acerca de estos benéficos animales, abundó la especialista, hace referencia a la toxicidad de su guano. “Esto tampoco es cierto; el elemento dañino es, en realidad, un hongo llamado Histoplasma capsulatum, el cual se desarrolla debido a la presencia de elementos nutritivos y adecuados dentro del medio cavernícola, con su temperatura y humedad constante”, explicó.

 

Ese hongo provoca histoplasmosis, infección adquirida cuando se penetra en una cueva, túnel, mina o cualquier refugio con suficiente guano, sin la protección adecuada, pues al momento de caminar sobre las excretas y removerlas se desprenden esporas, que al ser aspiradas se acumulan en los pulmones. Esta enfermedad es frecuentemente confundida con tuberculosis y bronconeumonía por la similitud en los síntomas.

Por el contrario, aclaró Laura Navarro, el guano se usa como uno de los fertilizantes más eficaces que existen.

 

Los murciélagos no sólo habitan en cuevas, grutas o árboles huecos, sino en la ciudad, entre los edificios y en construcciones viejas, en las alcantarillas e, incluso, detrás de los anuncios espectaculares, a los cuales se acercan los insectos,  atraídos por la luz. También comen néctar y fruta.

 

Como se observa, señaló, las “historias de vampiros” surgidas en Europa y difundidas por la industria del cine, no son ciertas. Para dar a conocer la verdad sobre estos mamíferos voladores y proteger los lugares donde viven, en el PCMM participa un grupo de investigadores que determina las especies existentes y su dieta.

 

El Programa –que involucra a los gobiernos de México y Estados Unidos, así como a otras instituciones de ambas naciones– trata también –con la colaboración de las comunidades y, en especial, de los niños– de proteger las cuevas donde viven los mamíferos para evitar que la gente entre, les prendan fuego, las apedreen o tapen la salida de la caverna.

 

Navarro explicó que no es conveniente entrar en las  cuevas, pues son sitios de riesgo por los agujeros o espacios pequeños donde las personas podrían quedar atrapadas, o bien, por la presencia del mencionado hongo.

 

Asimismo, en caso de encontrar tirado a un murciélago recomendó no recogerlo, porque lo más probable es que esté enfermo, y como cualquier animal silvestre, al sentirse amenazado o asustado intentará defenderse y morder.

 

En caso de mordedura, los daños dependerán de la especie de murciélago de que se trate; en general, no pasará de una herida. “Los que comen insectos tienen dientes fuertes pero pequeños; los alimentados con polen los tienen aún más pequeños porque utilizan la lengua para sacar el néctar, pero los que comen fruta podrían causar más daño”, dijo.

 

Además, existe la posibilidad, como en cualquier otro tipo de mamífero silvestre, de que tenga rabia. “Por eso es preferible no intentar capturarlos”. Si alguno llegará a entrar a la casa se deben abrir las ventanas y encender las luces; eso es suficiente para ahuyentarlo, con la certeza de que no atacará.

 

Los murciélagos tienen un sistema “de sonar” que les orienta para no chocar o les indica dónde está su alimento. Los sonidos rebotan hasta llegar a sus orejas u hojas nasales. Los “localizadores” son mil veces más sofisticados que cualquier instrumento  producido por el humano y por eso, actualmente esos animalitos son estudiados con el objetivo de mejorar la tecnología en aplicaciones aéreas o médicas, finalizó Navarro.

 

 

 

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PIES DE FOTO

 

 

FOTO 1

 

Un ejemplar del murciélago café, abundante en todo el país, se come hasta mil 200 mosquitos y otros “bichos” nocivos de tamaño similar en una hora, aseguró Laura Navarro, integrante del Programa para la Conservación de los Murciélagos Migratorios, en donde participa el Instituto de Ecología de la UNAM.

 

FOTO 2

 

En México habitan 140 especies de murciélagos, de las cuales 70 por ciento se alimentan de insectos, por lo que son benéficos para terminar de modo natural con las plagas de cultivos de maíz, algodón y pepino, aseguró la especialista universitaria Laura Navarro