06:00 hrs. Agosto 8 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-601

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

 

SUFREN TRASTORNOS DE ANSIEDAD NUEVE DE CADA 100 PERSONAS EN MÉXICO

 

·        Los ataques de ansiedad se caracterizan por miedo irracional, estado de nerviosismo exagerado e intranquilidad, que puede ser súbito

·        Fatiga crónica, dolores de cabeza, molestias en el estómago, dificultades para respirar, son algunos de los síntomas físicos de esta patología

·        En el Centro de Servicios Psicológicos de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, se trata a pacientes con problemas relacionados con esta enfermedad

 

La mayoría de los pacientes con trastornos de ansiedad no reciben atención ni diagnóstico oportuno, lo cual complica la evolución de este padecimiento, afirmó Julio González, del Departamento de Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental, de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

 

El académico explicó que el nueve por ciento de los 58 millones de personas adultas en México presentan mayor incidencia de estos padecimientos, aunque toda la población, a cualquier edad, tiene la propensión y riesgo de presentarlos.

 

Desde la niñez se puede sufrir un trastorno de ansiedad llamado de separación, añadió el académico. Por ejemplo, cuando el infante de tres o cuatro años comienza a ir a la escuela, deja de ver a la madre y tiene síntomas como llanto y problemas para dormir o comer.  Entre los adolescentes la ansiedad se expresa mediante irritabilidad y bajo rendimiento escolar.

Todas las personas tienen capacidad para desarrollar ansiedad, porque se trata de una respuesta emocional adaptativa que nos pone en alerta ante una posible amenaza; sin embargo, cuando hay exceso en su frecuencia, intensidad o duración, es considerada como un trastorno, explicó.

 

Este padecimiento se caracteriza por miedo irracional, estado de nerviosismo exagerado y de intranquilidad que puede llegar a ser súbito, al grado de que la persona sufra repentino ataque de pánico, temor incontrolable o excesivo. Se acompaña, además, de irritabilidad, ánimo alterado o cólera frecuente, señaló.

 

Además de los síntomas emocionales, abundó, están los físicos: fatiga crónica, sensación de opresión en el pecho, dolores de cabeza y musculares en diferentes partes del cuerpo, molestias en el estómago, dificultades para respirar, mareo, problemas para dormir, exceso de apetito y sudoración, entre otros.

 

Indicó que todas las personas han experimentado alguno de estos malestares cuando se preocupan por alguna situación o enfrentan un evento que les produce miedo; esto es normal. Sin embargo, cuando estas sensaciones son crónicas y permanentes e impiden que la gente realice sus actividades cotidianas, puede tratarse de un trastorno de ansiedad.

 

Éste afecta la calidad de vida, así como el rendimiento escolar o laboral de las personas; por ello se requiere del diagnóstico de un especialista en salud mental –especialmente entre los 15 y 19 años de edad, cuando comienza–,  para conocer si es necesario algún tipo de tratamiento basado en fármacos o psicoterapia, aseguró.

 

Informó que existen varios tipos de trastornos de ansiedad, cada uno con sus características propias. El Trastorno de Pánico se distingue porque todos los síntomas de la ansiedad se  registran juntos, sin una razón aparente, sin que haya un estímulo que los provoque. La persona tiene dos o más crisis en el transcurso de un mes.

 

El Trastorno de Ansiedad Generalizada se determina porque la persona tiene ansiedad constante; se preocupa a tal grado que empieza a perder la concentración y la capacidad para trabajar, estudiar o realizar cualquier actividad; se irrita fácilmente y tiene sudoraciones.

 

En el Trastorno Obsesivo-compulsivo, explicó, el sujeto tiene ideas recurrentes y concentra toda su atención en determinado acontecimiento u objeto. A su vez, el Trastorno por Estrés Postraumático lo padecen las personas que sufren una experiencia grave y dolorosa, la cual reviven constantemente durante meses e incluso años. Comúnmente comienza en la adolescencia o adultez temprana, aunque puede presentarse desde la niñez.

 

El trastorno más frecuente de ansiedad, sostuvo, es el de  Adaptación; que aparece cuando los eventos externos generan alguno o varios de sus síntomas; pero bajo un tratamiento o psicoterapia es factible que disminuyan o desaparezcan.

 

De acuerdo con el médico psiquiatra, las causas fundamentales de la ansiedad se encontrarían en factores genéticos, mediante el desequilibrio en las sustancias químicas que comunican a las células cerebrales, existiendo una predisposición al trastorno; quienes están en mayor riesgo son aquellas personas con dificultad para afrontar los acontecimientos estresantes.

 

Entre estos factores precipitantes, abundó, se encuentran los eventos ambientales que producen tensión, en particular las dificultades en las relaciones interpersonales, las enfermedades físicas, así como los problemas familiares, escolares o laborales.

 

Comentó que todos vivimos situaciones adversas en la vida, algunas con mucho estrés, otras más resultan dolorosas, pero sólo quienes tienen predisposición desarrollan los trastornos de ansiedad, y dependiendo el grado de tendencia es el nivel de los síntomas.

 

Asimismo, Julio González aseveró que dependiendo del tipo de ansiedad es el tratamiento. Hay algunos que llegan a curarse, siempre y cuando se detecte a tiempo y no se dejen pasar los años; sin embargo, otros pueden controlarse con medicamentos o psicoterapia durante meses o años, dependiendo el caso.

 

En la mayoría de los casos, dijo, los pacientes con este trastorno deben recibir algún tipo de tratamiento psicológico; por lo general, añadió la especialista, sólo la mitad de los pacientes necesita algún fármaco para controlar su trastorno.

 

Entre los beneficios del tratamiento psicológico, pueden señalarse diversas estrategias que permiten al paciente percatarse que las situaciones que le provocan ansiedad no van a cambiar; es él quien debe modificar sus percepciones para no estresarse innecesariamente, apuntó Julio González.

 

Por su parte, Rebeca Sánchez, responsable del Programa de Medicina Conductual del Centro de Servicios Psicológicos, de la FP de la UNAM, informó sobre el tratamiento cognitivo conductual que se utiliza en este programa para tratar problemas relacionados con la ansiedad.

 

Manifestó que de acuerdo con la medicina conductual, que tiene sus raíces en la teoría de aprendizaje, se pretende determinar, en un primer momento, la forma particular como se expresa la ansiedad en un paciente.

 

La mayoría de las personas que acuden al centro, informó, son jóvenes universitarios que tienen problemas de bajo rendimiento académico, pues debido a este trastorno pierden la concentración y no aprenden.

 

En estos casos se analizan las habilidades que puedan ayudar al paciente a enfrentar situaciones que le provocan ansiedad. La mayoría de los jóvenes deben aprender nuevas estrategias de estudio.

 

En este tratamiento conductual, añadió, también se les enseñan técnicas de relajación que deben combinarse con terapias, para abordar el resto de la problemática que provoca este padecimiento; en muchos casos, se relaciona con violencia intrafamiliar, conflictos de pareja, y problemas laborales y escolares.

 

La tarea de los especialistas en medicina conductual, precisó, no consiste sólo en detener la ansiedad en el ámbito fisiológico, sino también dotar al sujeto de una serie de herramientas que le permitan por sí mismo contrarrestar esta respuesta excesiva del sistema nervioso. Además, el tratamiento se complementa con la parte farmacológica, de la cual se encarga el psiquiatra.

 

La estrategia cognitivo conductual considera que el ser humano aprende cosas que no sabe y desaprende aquellas que no son funcionales. “En la evaluación averiguamos en términos de déficit y de excesos: los primeros para enseñar y los segundos para erradicar o disminuir los excesos conductuales que pueden estar provocando la ansiedad”, expuso la psicóloga.

 

Al paciente le enseñamos nuevos cambios en sus conductas motoras y cognitivas que pueden llevarlo a la ansiedad; después de que termina su tratamiento –que puede durar tres meses aproximadamente– se le da un seguimiento para que el contexto donde vive le permita generalizar lo aprendido.

 

En este programa también se atiende a pacientes crónicos degenerativos para quienes la ansiedad es un elemento importante. Evaluamos la situación emocional del paciente antes de recibir algún tipo de tratamiento médico o psicológico para tratar su enfermedad. El psicólogo en medicina conductual interviene para tranquilizar y controlar la ansiedad con diferentes estrategias.

 

 

 

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Pies de foto

 

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Julio González, del Departamento de Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental, de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, afirmó que todas las personas pueden desarrollar ansiedad, porque se trata de una respuesta emocional adaptativa; sin embargo, un exceso en su frecuencia, intensidad o duración, es considerado como un trastorno

 

FOTO 2

 

En el tratamiento conductual se le enseñan al paciente técnicas de relajación, las cuales deben combinarse con otro tipo de terapias para abordar el resto de la problemática que provoca la ansiedad, afirmó Rebeca Sánchez, responsable del programa de Medicina Conductual, del Centro de Servicios Psicológicos, de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.