Boletín UNAM-DGCS-601
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al final del boletín
SUFREN TRASTORNOS DE ANSIEDAD NUEVE DE CADA 100 PERSONAS EN MÉXICO
·
Los ataques de
ansiedad se caracterizan por miedo irracional, estado de nerviosismo exagerado
e intranquilidad, que puede ser súbito
·
Fatiga crónica, dolores de cabeza, molestias
en el estómago, dificultades para respirar, son algunos de los síntomas físicos
de esta patología
·
En el Centro de Servicios Psicológicos de la Facultad de Psicología (FP)
de la UNAM, se trata a pacientes con problemas relacionados con esta enfermedad
La mayoría de los pacientes con trastornos de
ansiedad no reciben atención ni diagnóstico oportuno, lo cual complica la
evolución de este padecimiento, afirmó Julio González, del Departamento de
Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental, de la Facultad de Medicina (FM)
de la UNAM.
El académico explicó que el nueve por ciento de
los 58 millones de personas adultas en México presentan mayor incidencia de
estos padecimientos, aunque toda la población, a cualquier edad, tiene la
propensión y riesgo de presentarlos.
Desde la niñez se puede sufrir un trastorno de
ansiedad llamado de separación, añadió el académico. Por ejemplo, cuando el
infante de tres o cuatro años comienza a ir a la escuela, deja de ver a la
madre y tiene síntomas como llanto y problemas para dormir o comer. Entre los adolescentes la ansiedad se
expresa mediante irritabilidad y bajo rendimiento escolar.
Todas las personas tienen
capacidad para desarrollar ansiedad, porque se trata de una respuesta emocional
adaptativa que nos pone en alerta ante una posible amenaza; sin embargo, cuando
hay exceso en su frecuencia, intensidad o duración, es considerada como un
trastorno, explicó.
Este padecimiento se caracteriza por miedo irracional,
estado de nerviosismo exagerado y de intranquilidad que puede llegar a ser
súbito, al grado de que la persona sufra repentino ataque de pánico, temor
incontrolable o excesivo. Se acompaña, además, de irritabilidad, ánimo alterado
o cólera frecuente, señaló.
Además de los síntomas emocionales, abundó,
están los físicos: fatiga crónica, sensación de opresión en el pecho, dolores
de cabeza y musculares en diferentes partes del cuerpo, molestias en el estómago,
dificultades para respirar, mareo, problemas para dormir, exceso de apetito y
sudoración, entre otros.
Indicó que todas las personas han experimentado
alguno de estos malestares cuando se preocupan por alguna situación o enfrentan
un evento que les produce miedo; esto es normal. Sin embargo, cuando estas
sensaciones son crónicas y permanentes e impiden que la gente realice sus
actividades cotidianas, puede tratarse de un trastorno de ansiedad.
Éste afecta la calidad de vida, así como el
rendimiento escolar o laboral de las personas; por ello se requiere del
diagnóstico de un especialista en salud mental –especialmente entre los 15 y 19
años de edad, cuando comienza–, para
conocer si es necesario algún tipo de tratamiento basado en fármacos o psicoterapia,
aseguró.
Informó que existen varios tipos de trastornos
de ansiedad, cada uno con sus características propias. El Trastorno de Pánico
se distingue porque todos los síntomas de la ansiedad se registran juntos, sin una razón aparente,
sin que haya un estímulo que los provoque. La persona tiene dos o más crisis en
el transcurso de un mes.
El Trastorno de Ansiedad Generalizada se
determina porque la persona tiene ansiedad constante; se preocupa a tal grado
que empieza a perder la concentración y la capacidad para trabajar, estudiar o
realizar cualquier actividad; se irrita fácilmente y tiene sudoraciones.
En el Trastorno Obsesivo-compulsivo, explicó,
el sujeto tiene ideas recurrentes y concentra toda su atención en determinado
acontecimiento u objeto. A su vez, el Trastorno por Estrés Postraumático lo
padecen las personas que sufren una experiencia grave y dolorosa, la cual
reviven constantemente durante meses e incluso años. Comúnmente comienza en la
adolescencia o adultez temprana, aunque puede presentarse desde la niñez.
El trastorno más frecuente de ansiedad,
sostuvo, es el de Adaptación; que
aparece cuando los eventos externos generan alguno o varios de sus síntomas;
pero bajo un tratamiento o psicoterapia es factible que disminuyan o desaparezcan.
De acuerdo con el médico
psiquiatra, las causas fundamentales de la ansiedad se encontrarían en factores
genéticos, mediante el desequilibrio en las sustancias químicas que comunican a
las células cerebrales, existiendo una predisposición al trastorno; quienes
están en mayor riesgo son aquellas personas con dificultad para afrontar los
acontecimientos estresantes.
Entre estos factores
precipitantes, abundó, se encuentran los eventos ambientales que producen
tensión, en particular las dificultades en las relaciones interpersonales, las
enfermedades físicas, así como los problemas familiares, escolares o laborales.
Comentó que todos vivimos situaciones adversas
en la vida, algunas con mucho estrés, otras más resultan dolorosas, pero sólo
quienes tienen predisposición desarrollan los trastornos de ansiedad, y
dependiendo el grado de tendencia es el nivel de los síntomas.
Asimismo, Julio González aseveró que
dependiendo del tipo de ansiedad es el tratamiento. Hay algunos que llegan a
curarse, siempre y cuando se detecte a tiempo y no se dejen pasar los años; sin
embargo, otros pueden controlarse con medicamentos o psicoterapia durante meses
o años, dependiendo el caso.
En la mayoría de los casos, dijo, los pacientes
con este trastorno deben recibir algún tipo de tratamiento psicológico; por lo
general, añadió la especialista, sólo la mitad de los pacientes necesita algún
fármaco para controlar su trastorno.
Entre los beneficios del tratamiento
psicológico, pueden señalarse diversas estrategias que permiten al paciente
percatarse que las situaciones que le provocan ansiedad no van a cambiar; es él
quien debe modificar sus percepciones para no estresarse innecesariamente,
apuntó Julio González.
Por su parte, Rebeca Sánchez, responsable del
Programa de Medicina Conductual del Centro de Servicios Psicológicos, de la FP
de la UNAM, informó sobre el tratamiento cognitivo conductual que se utiliza en
este programa para tratar problemas relacionados con la ansiedad.
Manifestó que de acuerdo con la medicina
conductual, que tiene sus raíces en la teoría de aprendizaje, se pretende
determinar, en un primer momento, la forma particular como se expresa la
ansiedad en un paciente.
La mayoría de las personas que acuden al centro,
informó, son jóvenes universitarios que tienen problemas de bajo rendimiento
académico, pues debido a este trastorno pierden la concentración y no aprenden.
En estos casos se analizan las habilidades que
puedan ayudar al paciente a enfrentar situaciones que le provocan ansiedad. La
mayoría de los jóvenes deben aprender nuevas estrategias de estudio.
En este tratamiento conductual, añadió, también
se les enseñan técnicas de relajación que deben combinarse con terapias, para
abordar el resto de la problemática que provoca este padecimiento; en muchos
casos, se relaciona con violencia intrafamiliar, conflictos de pareja, y
problemas laborales y escolares.
La tarea de los especialistas en medicina
conductual, precisó, no consiste sólo en detener la ansiedad en el ámbito
fisiológico, sino también dotar al sujeto de una serie de herramientas que le
permitan por sí mismo contrarrestar esta respuesta excesiva del sistema
nervioso. Además, el tratamiento se complementa con la parte farmacológica, de
la cual se encarga el psiquiatra.
La estrategia cognitivo conductual considera
que el ser humano aprende cosas que no sabe y desaprende aquellas que no son
funcionales. “En la evaluación averiguamos en términos de déficit y de excesos:
los primeros para enseñar y los segundos para erradicar o disminuir los excesos
conductuales que pueden estar provocando la ansiedad”, expuso la psicóloga.
Al paciente le enseñamos nuevos cambios en sus
conductas motoras y cognitivas que pueden llevarlo a la ansiedad; después de que
termina su tratamiento –que puede durar tres meses aproximadamente– se le da un
seguimiento para que el contexto donde vive le permita generalizar lo
aprendido.
En este programa también se atiende a pacientes
crónicos degenerativos para quienes la ansiedad es un elemento importante.
Evaluamos la situación emocional del paciente antes de recibir algún tipo de
tratamiento médico o psicológico para tratar su enfermedad. El psicólogo en
medicina conductual interviene para tranquilizar y controlar la ansiedad con
diferentes estrategias.
---o0o---
Pies de foto
FOTO 1
Julio González, del Departamento de
Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental, de la Facultad de Medicina (FM)
de la UNAM, afirmó que todas las personas pueden desarrollar ansiedad, porque
se trata de una respuesta emocional adaptativa; sin embargo, un exceso en su
frecuencia, intensidad o duración, es considerado como un trastorno
FOTO 2
En el tratamiento conductual se le enseñan al paciente
técnicas de relajación, las cuales deben combinarse con otro tipo de terapias
para abordar el resto de la problemática que provoca la ansiedad, afirmó Rebeca
Sánchez, responsable del programa de Medicina Conductual, del Centro de
Servicios Psicológicos, de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.