06:00 hrs. Agosto 7 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-599

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

 

COMER FRUTAS, VERDURAS Y VEGETALES AYUDA A PROTEGER CONTRA EL CÁNCER

 

·        El medio ambiente y los estilos de vida, que incluyen nuestros alimentos, juegan un papel importante, afirmó Javier Espinosa, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM,

·        Existen vegetales con antimutágenos y anticancerígenos; pero también tienen enzimas que pueden metabolizar y convertir sustancias inocuas en nocivas, indicó

 

Investigaciones epidemiológicas han demostrado que la alta ingesta de frutas, verduras y vegetales, constituye un factor de protección contra el cáncer, señaló Javier Espinosa, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM.

 

Se sabe, agregó, que los factores determinantes en el inicio de la enfermedad son la influencia del medio ambiente y los estilos de vida, aspecto que incluye la alimentación.

 

De hecho, al analizar bebidas –como cervezas y vinos–, carnes rojas y pescados cocinados a fuego directo, así como otros productos hervidos por largos periodos con un elevado contenido proteico, se detectó la presencia de cancerígenos y mutágenos, es decir, sustancias causantes de alteraciones en el material genético de las células; y “aquello que produce mutaciones, a larga podría generar cáncer”.

 

 

Sin embargo, no todos los consumidores de estos alimentos desarrollan cáncer. Lo anterior, explicó, se debe en parte a que cierto tipo de comida contiene sustancias que inhiben o interfieren con el proceso de mutagénesis y carcinogénesis, las cuales se encuentran principalmente en los vegetales, las verduras y las frutas. “Forman parte del grupo de vitaminas E y A; precursores de vitamina como los carotenoides, y sustancias ampliamente difundidas en los vegetales, como la clorofila”.

 

También la carga genética de cada persona, las diferencias de cada organismo en la reparación del Acido Desoxirribonucleico (ADN) y las variaciones en la capacidad metabólica de los individuos, pueden ser factores que determinan las variaciones interindividuales para el desarrollo de cáncer, precisó.

 

Respecto al último aspecto, destacó que no sólo los humanos metabolizamos sustancias. Las plantas también tienen esta capacidad, afirmó el investigador del IIBm, quien desarrolla el proyecto Estudio de la actividad anticancerígena de ciertos vegetales.

 

Por eso, indicó, la situación es complicada: las plantas, por una parte, tienen mutágenos y cancerígenos; por otra, antimutágenos y anticancerígenos; pero cuentan con enzimas que pueden metabolizar y convertir sustancias inocuas en nocivas.

 

Las preguntas a contestar serían cómo se regula esto y cuáles son los elementos de mayor importancia para desarrollar cáncer o no: ¿el metabolismo, la presencia de mutágenos, la de antimutágenos? “Esto no se sabe, y es uno de los objetivos de nuestro laboratorio el tratar de estudiar en la dieta del mexicano, los diferentes aspectos que intervienen en el fenómeno”, indicó Javier Espinosa.

 

En particular han estudiado ya el chile y la verdolaga. Respecto al primero, han encontrado que es un vegetal con una cantidad muy alta de clorofila; pero, por otra parte, tiene la capacidad también de metabolizar compuestos ambientales y los puede transformar en compuestos mutagénicos y carcinogénicos.

 

En relación con la verdolaga, se ha visto que tiene una capacidad metabólica importante para transformar compuestos inocuos en compuestos que pueden ser tóxicos, mutagénicos o carcinogénicos.

 

Todos sus experimentos, comentó, han sido in vitro; “habrá que hacerlos in vivo en animales de experimentación completos, para darnos una imagen más real de lo que puede pasar cuando uno consume este tipo de vegetales”.

 

Se pudo haber escogido cualquier vegetal, agregó. Nos interesaba, sostuvo, “que fueran típicos de nuestra población, que se produzcan aquí y estén al alcance de la mayoría de los mexicanos”.

 

Por ejemplo, comentó algunas de sus experiencias con el poder antimutagénico del azafrán; sin embargo, éste no se cultiva en México y el disponible viene de España. Por tanto, “si encontráramos algo interesante en él, tendríamos que buscar una forma de producirlo masivamente de manera económica, para que pudiera llegar a todos; de lo contrario no nos ayudaría de mucho”.

 

Javier Espinosa señaló también su interés por elaborar una lista con los vegetales de mayor consumo por nuestras poblaciones e investigar sus potencialidades de protección o que predispongan a la generación de este tipo de enfermedades degenerativas.

 

Así, insistió, si queremos protegernos contra el cáncer debemos cambiar nuestros hábitos alimenticios e incluir dentro de nuestras comidas frutas y verduras en mayor cantidad. “Esto, aparentemente muy fácil de lograr; no lo es. La población mexicana no es una consumidora de ellas. Es parte de una tradición”, advirtió.

 

Cabe señalar que, desde hace algunos años el cáncer se ubica dentro de las primeras causas de muerte en los países desarrollados. En México, la prevalencia de algunos de ellos, como el de pulmón y el de estómago entre otros, se ha incrementado en los últimos años.

 

 

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PIES DE FOTO

 

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Investigaciones epidemiológicas han demostrado que una alta ingesta de frutas, verduras y vegetales constituye un factor de protección contra el cáncer, señaló Javier Espinosa, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM.

 

FOTO 2

 

Javier Espinosa, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, estudia la actividad anticancerígena de ciertos vegetales, entre ellos el chile y la verdolaga, para conocer si su ingesta predispone o no a desarrollar cáncer.