Boletín UNAM-DGCS-597
Ciudad Universitaria
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MÁS MEXICANOS
CON TRASTORNOS ALIMENTARIOS
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De 1997 al 2002, el número de ingresos por
primera vez al Instituto Nacional de
Psiquiatría pasó del 1.9 al 67.9 por ciento, sumando 559 casos en ese lapso
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Los jóvenes con Anorexia Nervosa crecen en
un ambiente de familias sobreprotectoras, con poca libertad para la
autorrealización
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Quienes tienen este padecimiento son
personas impulsivas y se comportan de forma impredecible; en la mayoría de los
casos, su entorno familiar es conflictivo
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Los
factores socioculturales tienen un papel relevante en la etiología de ambos
trastornos
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La publicidad, una de sus principales causas
En los últimos años se incrementaron los
ingresos por primera vez a la Clínica de Atención de los Trastornos de la
Conducta Alimentaria (TCA) del Instituto Nacional de Psiquiatría (INP); de 1.9
por ciento de casos en 1997, aumentó hasta 67.9 por ciento en el 2002, sumando
559 registros en esos cinco años, aseguró Gilda Gómez Peresmitré.
La jefa de la División de
Estudios Profesionales de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM informó que
hasta el momento es difícil conocer la prevalencia e incidencia de los TCA en
México, debido a la ausencia de estudios epidemiológicos. Sin embargo, los
datos presentados por el INP dan muestra de la problemática actual.
Si bien los TCA obedecen a múltiples
causas o determinantes, entre ellos el genético, los factores socioculturales
constituyen una de las principales influencias para llevar a los jóvenes a
padecer estos desórdenes, afirmó.
Los TCA son patologías en
donde los patrones de consumo de alimentos se ven seriamente distorsionados.
Bajo este rubro se incluyen dos categorías diagnósticas: la Anorexia Nervosa
(AN) y la Bulimia Nervosa (BN). Estos dos trastornos se caracterizan porque la
persona tiene miedo a subir de peso, deseo de estar delgado y en ambos casos se
presenta un disturbio en la percepción de la forma y el peso del cuerpo, indicó
la psicóloga.
Explicó que la AN se
caracteriza por el rechazo voluntario a la ingesta de alimentos y por una
importante pérdida de peso corporal. Es más frecuente entre las mujeres y se
consolida durante la adolescencia (de 13 a 19 años). Sin embargo, también puede
presentarse en los años de la preadolescencia (entre 11 y 12 años) y después de
la adolescencia (de 20 a 30 años).
Las pacientes anoréxicas
tienen una distorsión de la imagen corporal, están insatisfechas con su cuerpo
y se sienten pasadas de peso. En el hombre, si bien no quiere estar gordo, tampoco
desea estar flaco, quiere tener un cuerpo musculoso y para ello se ejercita de
manera exagerada, explicó.
Como puede observarse, los
adolescentes son los más vulnerables a la influencia de una cultura donde impera
la delgadez, pues se encuentran en una edad caracterizada por la búsqueda de
aceptación e identidad, aunada a una etapa de grandes cambios físicos y
psicológicos.
De acuerdo con la
especialista, el término nervosa que califica a la anorexia y a la bulimia,
hace alusión a la naturaleza psicológica, mental o emocional del trastorno, y
lo distingue de otro tipo de anorexia, definida por otros orígenes.
Entre ellos, se encuentra el
rechazo a la ingesta de alimentos por razones fisiológicas –por malformaciones
congénitas de la laringe o tráquea– o comórbidas –por efectos secundarios de
medicamentos, o de enfermedades que afectan el hambre o apetito, diabetes y
cáncer, entre otras–.
La publicidad es uno de los
factores socioculturales, apuntó, con mayor relevancia en la etiología de la
AN, así como en su desarrollo e incremento, pues ha impregnado a la sociedad de
mensajes que condicionan la delgadez con el éxito, la felicidad y la aceptación
social.
Esa silueta “perfecta” se
difunde en una gran diversidad de anuncios emitidos a través de los medios de
comunicación, en donde aparecen mujeres sumamente delgadas ofreciendo
alimentos, ropa, automóviles o viajes. De esta manera, se difunde
indiscriminadamente una figura ideal que actúa como una severa presión
psicosocial directamente en el sexo femenino.
El contexto familiar también
desempeña un papel importante. Según investigadores, las jóvenes con este
trastorno crecen en un ambiente de familias sobreprotectoras, con poca libertad
para la autorrealización y para el desarrollo de patrones de autoestima,
precisó la funcionaria universitaria.
Señaló que de acuerdo con la
teoría psicoanalítica, la joven anoréxica tiene miedo de madurar, es decir, se
considera sin la preparación adecuada para asumir los roles de adulto,
confirmando su necesidad de supervisión y coerción para comer.
Con relación a la Bulimia
Nervosa, informó que ésta se caracteriza porque la persona tiene un apetito
desmesurado de alimentos, e instaura un ciclo de ingesta-vómito-ingesta, con el
fin de no subir de peso.
Su auto evaluación está
exageradamente influida por la silueta corporal. Al igual que la AN, la BN
aparece preferentemente en mujeres –aproximadamente ocho mujeres por cada
hombre–. Frecuentemente se presentan juntas anorexia y bulimia.
Los episodios de ingesta
compulsiva de alimentos, dijo, suelen ocurrir por la tarde o por la noche, a
escondidas, cuando se consumen grandes cantidades de comida, de preferencia
dulces o productos de pastelería, muchas
veces para vomitarlos una vez finalizado el consumo.
Algunos autores señalan que
los pacientes con bulimia son personas impulsivas, con elevada sensibilidad
interpersonal, baja autoestima y tendencia a tomar decisiones rápidamente; se
comportan de forma impredecible, poco meditada e incontrolada.
Al igual que la AN, apuntó, el
origen de la BN es multifactorial. Diversos especialistas sugieren que es un
trastorno asociado con cuadros depresivos; además, son frecuentes las
alteraciones afectivas entre los familiares del paciente. Las mujeres bulímicas
suelen ser muy sensibles al rechazo y al fracaso, son muy exigentes y
frecuentemente tienen problemas para controlar sus impulsos.
En la mayoría de los casos, el
entorno familiar del paciente bulímico es conflictivo y desorganizado, siendo
difícil la comunicación entre sus miembros, impidiéndole el enfermo conseguir
una conducta autónoma e independiente. Al igual que la AN, la presión social de
las sociedades desarrolladas contribuye al progresivo aumento de este tipo de
trastorno.
Ante tal panorama, en el posgrado de la
FP se lleva a cabo una línea de investigación sobre los TCA, con el fin de
desarrollar estrategias terapéuticas que permitan prevenir estas patologías
desde la etapa de la preadolescencia, en la cual aparecen los factores de
riesgo, concluyó.
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PIES DE FOTO
FOTO 1
En los últimos
años se ha detectado un incremento importante en los ingresos clínicos de
primera vez en el Instituto Nacional de Psiquiatría, para atender trastornos de
la conducta alimentaria, aseguró Gilda Gómez Peresmitré, jefa de la División de
Estudios Profesionales, de la Facultad de Psicología de la UNAM.
FOTO 2
La publicidad es
uno de los factores socioculturales con mayor peso en la etiología de la
Anorexia Nervosa, así como en su desarrollo e incremento, pues ha impregnado a
la sociedad con mensajes que condicionan la delgadez con el éxito, señaló la
psicóloga universitaria Gilda Gómez Peresmitré.