Boletín UNAM-DGCS-594
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al final del boletín
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La Educación Continua
da respuesta a las necesidades contemporáneas de la sociedad, a través de la
organización y desarrollo de programas académicos de excelencia
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En el 2002, se
llevaron a cabo 8 mil 908 actividades académicas, en beneficio de 228 mil 942
personas
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Algunos cursos,
talleres y diplomados proporcionan conocimientos y habilidades a personas que
no cuentan con estudios técnicos o profesionales
Las aproximadamente nueve mil actividades
académicas de Educación Continua (EC) organizadas por la UNAM en 2002, se han constituido en una opción para la
actualización educativa de los profesionales del país, señaló Néstor Fernández
Sánchez, jefe del Departamento de
Desarrollo Académico y Difusión.
En las ocho mil 908 actividades, entre
conferencias, cursos y diplomados desarrollados por el área, se benefició a 228
mil 942 personas.
Este sistema educativo responde a la
función social de la Universidad para brindar conocimientos de vanguardia que
propicien la superación personal y profesional. Es una forma flexible y
expedita para enfrentar los retos educativos, sociales y económicos
característicos de nuestra era.
Explicó que la EC se
refiere al conjunto de actividades académicas –talleres, cursos, diplomados, seminarios y conferencias–
relacionadas con la ampliación y actualización de conocimientos. Es una de las
estrategias fundamentales de la UNAM para dar respuesta a las necesidades
contemporáneas, a través de la organización y desarrollo de programas
académicos de excelencia.
Apuntó que su naturaleza
está definida por la diversidad, la adecuación y la oportunidad de estas
actividades en áreas relacionadas principalmente con el mercado de las
profesiones.
“En la Educación Continua el conocimiento está dirigido a una
cuestión más práctica; las personas acuden en búsqueda de herramientas que les
permitan solucionar problemas específicos a través de un proceso de aprendizaje
rápido y efectivo”, expresó.
Apuntó que la EC, dentro de las
instituciones de educación superior y universidades, tiene como funciones
principales la vinculación Universidad-sociedad-empresa; la formación y
actualización de sus docentes y estudiantes; la difusión de nuevas tecnologías
y el avance de alguna disciplina o especialidad para evitar que sus conocimientos se vuelvan obsoletos.
Si a esto añadimos, precisó, que hoy en
día es más patente la necesidad de
que los profesionales tengan
que certificarse o re-certificarse, una de las formas para hacerlo es a
través de la EC. Por lo general, los colegios de cada área solicitan que el
profesionista tenga experiencia en su campo y conocimientos vigentes, que sólo
se obtienen por medio de cursos, talleres y diplomados.
Agregó que la Educación Continua fuera de
las instituciones de enseñanza superior recibe diversos nombres. Cuando se le
vincula con la empresa y la formación para el trabajo se le denomina capacitación; con los programas
gubernamentales, se le llama educación para el trabajo; pero también se le
conoce como Educación Permanente cuando está dirigida al público en general,
pues no requiere ningún grado académico o formación previa.
Ejemplo de esta última modalidad, dijo,
es que profesionales que no egresaron de la UNAM, estudiantes de carreras
técnicas, padres de familia, adolescentes o empleados pueden tomar los cursos o
talleres impartidos en los diferentes centros de Educación Continua que
pertenecen a las diferentes escuelas, facultades, institutos o programas de la
UNAM.
Indicó que la Educación Permanente
influye en las diversas etapas de la vida de un individuo. Además, proporciona
conocimientos y habilidades a todo tipo de personas sin especificación de edad
ni conocimientos anteriores, para mejorar su calidad de vida a lo largo de su
desarrollo profesional.
El también profesor de la Facultad de
Psicología (FP) de la UNAM, señaló que la Educación Continua es el concepto
educativo del futuro. Ha tenido una rápida evolución en las últimas cuatro décadas,
y el aumento de su popularidad está justificado por su utilidad ante los
acelerados cambios en el conocimiento científico y tecnológico.
Este crecimiento, informó, se ha visto
reflejado en el incremento del número de cursos, diplomados, seminarios y
talleres impartidos en los diferentes centros de Educación Continua. Mientras
que en 1999 se dieron 4 mil 470 actividades, en el 2002 fueron 8 mil 908. En
cuanto al número de beneficiarios, la cifra pasó de 80 mil 805 en 1999 a 228
mil 942 en 2002.
Muchas de estas actividades, añadió, son
únicas en México por su temática o porque utilizan las nuevas tecnologías
informáticas en el desarrollo de programas, dirigidos a un público cada vez más
extenso y diverso; éstas pueden realizarse de manera presencial o a distancia.
De hecho el 8 por ciento de los cursos, talleres y diplomados que se ofertan,
son bajo esta última modalidad.
Néstor Fernández destacó que en México,
la Educación Continua tiene sus antecedentes en las primeras Jornadas Médicas
realizadas para la Educación Médica Continua en 1933. En 1959 la Facultad de
Ingeniería inició actividades bajo esta modalidad educativa en América Latina
al atender cursos de ingeniería sanitaria.
Posteriormente, en 1976 la Facultad de
Contaduría y Administración inició labores para fortalecer el ejercicio de los
profesionales de esta disciplina. Fue en 1981 cuando se creó formalmente la
Unidad de Educación Continua, surgiendo centros en las demás escuelas y
facultades de la Universidad.
El académico informó que en 1985 se
constituyó la Comisión de Educación Continua de la UNAM; y en 1997 se instituyó
la Coordinación de Universidad Abierta y Educación a Distancia (CUAED) con tres
modalidades: Universidad Abierta, Educación a Distancia y Educación Continua.
Apuntó que la UNAM tiene una gran
influencia en el ámbito nacional e internacional en el desarrollo de
estrategias políticas y métodos de trabajo de la EC –como educación no formal– la cual posee una estructura
didáctica y diseño instruccional.
La Dirección de Educación Continua tiene
el propósito fundamental de propiciar el fortalecimiento y consolidación de
Educación Continua de la UNAM.
Esta Dirección imparte
talleres y diplomados a los responsables de los diferentes centros de EC, para
brindarles las herramientas necesarias en tres grandes áreas: la organización y
funciones de un centro; planeación de los actos académicos; vinculación y
calidad en el servicio.
Otra de sus funciones,
abundó, es fortalecer y hacer difusión institucional de la Red de Educación
Continua (REDEC) integrada en 1995 y conformada por los 44 Centros de Educación
Continua de las escuelas, facultades, institutos y programas de la institución.
La UNAM también es fundadora de la Red de
Educación Continua de Latinoamérica y el Caribe en 1998, que tiene como
propósito homogeneizar principios de gestión, de planeación educativa, servicio
y vinculación con la sociedad en el ámbito internacional en materia de EC. Con
similares propósitos, la UNAM también es fundadora de la Asociación Mexicana de
Educación Continua (AMEC).
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PIES DE FOTO
FOTO 1
Durante el año 2002 se llevaron a
cabo 8 mil 908 actividades de Educación Continua, entre conferencias, cursos y
diplomados en esta modalidad, beneficiando a 228 mil 942 personas, señaló Néstor
Fernández Sánchez, jefe del Departamento de Desarrollo Académico y Difusión, de
la dirección de Educación Continua de la UNAM.
FOTO 2
La Educación Continua es el concepto
educativo del futuro. El aumento de su popularidad está justificado por su utilidad
ante los acelerados cambios en el conocimiento científico y tecnológico, señaló
el jefe del Departamento de Desarrollo Académico y Difusión, de la dirección de
Educación Continua de la UNAM, Néstor Fernández.