06:00 hrs. Agosto 2 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-589

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

 

DIFÍCIL CORREGIR EL COMPORTAMIENTO DE LA  POBLACIÓN HACIA EL MEDIO AMBIENTE: JAVIER URBINA

 

·        Aunque las personas coinciden en ubicar la contaminación del aire y del agua como los problemas más graves, esto no implica que actúen en consecuencia, sostuvo el académico de la FP de la UNAM

·        Mediante la psicología ambiental se puede intervenir en cualquier situación o escenario donde se considere que las características ambientales pueden influir en el comportamiento de la gente, refirió

·        La FP es líder en este tipo de estudios, no solamente en México sino en Latinoamérica, enfatizó

 

Aunque en un principio se consideró sencillo modificar el comportamiento de la gente hacia el cuidado del medio ambiente, se ha comprobado que son conductas difíciles de corregir, porque la mayoría de los seres humanos no son propensos a ahorrar agua, ni energía, ni a tirar la basura donde se debe, aseguró Javier Urbina, académico de la Facultad de Psicología (FP).

 

De acuerdo con los primeros datos obtenidos de la investigación Percepción y comunicación de riesgos en la zona metropolitana de la Ciudad de México, existen diferencias significativas en la forma como especialistas y el común de la gente perciben algunas contingencias.

 

En este trabajo, mencionó, se analizaron 57 situaciones de riesgo potencial en dicha zona, tales como lluvias, inundaciones, temblores, manejo de materiales tóxicos, contaminación del aire y del agua, y basura; así como asentamientos irregulares, exceso de población, ambulantaje y anuncios espectaculares, entre otros.

 

De la información obtenida se puede establecer que la población no considerada experta señala como riesgos más importantes la contaminación del aire y del agua, las explosiones de gasolineras, los tiraderos de basura, los temblores, el desecho clandestino de residuos peligrosos y las instalaciones de gas improvisadas en la calle.

 

Aunque en términos generales las personas coinciden en ubicar la contaminación del aire y del agua, como los problemas más graves, esto no implica que actúen en consecuencia, es decir, no evitan desperdiciar este recurso ni lo utilizan razonablemente en su uso doméstico.

 

En ese sentido, los resultados de este proyecto son importantes para la comunicación, porque de ahí derivarán estrategias que indiquen a la gente no sobrevalorar, ni subvalorar un riesgo. Así, no sólo sabrá de la existencia de estas situaciones, sino también hará algo para evitarlas.

 

El especialista en promoción de la salud destacó que la FP es líder en el campo de la psicología ambiental, “quizá no solamente en México, sino en Latinoamérica; no obstante, buscamos ampliar nuestra presencia internacional”.

 

La psicología ambiental, explicó, consiste en analizar las interacciones entre la gente y los entornos donde vive, estudia, trabaja, se divierte y alimenta; por ello, se puede aplicar prácticamente en cualquier escenario, ya sea natural o construido; por ejemplo, en vivienda, la industria, la educación y la salud, entre otros, mencionó el académico universitario.

 

También, agregó, tiene la virtud de poder emplearse dentro de espacios reducidos, como un cubículo, una oficina, un salón de clases, una recámara o un cuarto de baño, y, en un nivel macro, en un campus universitario, una unidad habitacional, un complejo industrial o una ciudad.

De hecho, se puede intervenir en cualquier situación o escenario donde se considere que las características ambientales pueden influir en el comportamiento de la gente, sostuvo Urbina Soria, quien enfatizó que hasta hoy la aplicación de la psicología ambiental ha sido exitosa, aunque no siempre a favor del usuario.

 

Tal es el caso de los supermercados, pues ahí es aplicada para inducir a la gente al consumo, pues la distribución de mercancías y la orientación de los pasillos está planeada para aumentar las compras de la gente. Por lo regular la mayoría busca alimentos, ubicados siempre al fondo de estas tiendas, y para llegar a ellos los clientes deben transitar por otros departamentos.

 

La psicología ambiental, comentó, estudia en primer lugar cómo aprende la gente sobre el ambiente y codifica, almacena y recupera elementos del entorno cuando los necesita; es decir, los decodifica y utiliza en su vida cotidiana.

 

Aunque existen otros elementos singulares que solamente son tomados en cuenta por grupos específicos de personas, mientras otros no los consideran.

 

Esta disciplina también analiza los fenómenos surgidos a partir de la evaluación “que hacemos del ambiente. Por ejemplo, si realizáramos una encuesta de opinión sobre el DF encontraríamos a quienes por su rango de movimiento la consideran adecuada para transitar, pero aquellos cuyo grado de movilidad es menor considerarían que esta urbe está hecha para todo, menos para recorrerla”, explicó.

 

Aunado a lo anterior podría analizarse si diferentes tipos de características personales llevarían a diferentes apreciaciones del entorno; así, ejemplificó, encontraríamos que la gente introvertida disfruta menos la ciudad de México que la extrovertida, o cómo las personas aprecian los colores, los tamaños y las formas, así como la organización y estructura de los edificios ocupados para vivir, trabajar o divertirse.

 

Cuando se modifica o se hace buen uso del medio, éste puede llegar a tener una relevancia mayor en la conducta de las personas. Esto ocurre, por ejemplo, en las cuestiones laborales. Si a los patrones les preocupa la productividad, lo más probable es que proporcionen a sus empleados sitios adecuados de trabajo –en términos de iluminación, temperatura, ventilación, nivel de ruido y privacidad–, para aumentar su producción y eficiencia.

 

Si bien las características del ambiente tienen influencia en las conductas que adoptamos, no las determinan, subrayó, pues existen aspectos en la personalidad que condicionan ciertas acciones. Si alguien tiene alguna jerarquía o atraviesa por situaciones que le afectan, el entorno puede pasar desapercibido.

 

Informó que en la actualidad, en la FP hay varios académicos encargados de elaborar estudios sobre la “habitabilidad” de la vivienda y la percepción social de la contaminación en la ciudad de México.

 

Otras líneas de investigación analizan las salas de espera en los hospitales, donde miden el estrés de los pacientes de esas áreas, es decir, evalúan las características del ambiente, cómo lo percibe la gente y cómo le afecta.

 

Asimismo, se investigan cuestiones de diseño participativo, con el fin de involucrar a los futuros usuarios de un inmueble en la planeación del mismo y así determinar sus características finales.

 

 

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PIES DE FOTO

 

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La Facultad de Psicología de la UNAM es líder en estudios de psicología ambiental, no solamente en México sino en Latinoamérica, destacó el académico universitario Javier Urbina Soria.

 

FOTO 2

 

Las características del entorno tienen influencia en las conductas que adoptamos, pero no los determinan, aseveró Javier Urbina Soria, profesor de la Facultad de Psicología de la UNAM.