Boletín UNAM-DGCS-589
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al final del boletín
DIFÍCIL CORREGIR
EL COMPORTAMIENTO DE LA POBLACIÓN HACIA
EL MEDIO AMBIENTE: JAVIER URBINA
·
Aunque las personas coinciden en ubicar la
contaminación del aire y del agua como los problemas más graves, esto no
implica que actúen en consecuencia, sostuvo el académico de la FP de la UNAM
·
Mediante la psicología ambiental se puede
intervenir en cualquier situación o escenario donde se considere que las
características ambientales pueden influir en el comportamiento de la gente,
refirió
·
La FP es líder en este tipo de estudios, no
solamente en México sino en Latinoamérica, enfatizó
Aunque en un principio se
consideró sencillo modificar el comportamiento de la gente hacia el cuidado del
medio ambiente, se ha comprobado que son conductas difíciles de corregir,
porque la mayoría de los seres humanos no son propensos a ahorrar agua, ni
energía, ni a tirar la basura donde se debe, aseguró Javier Urbina, académico
de la Facultad de Psicología (FP).
De acuerdo con los primeros
datos obtenidos de la investigación Percepción y comunicación de riesgos en la
zona metropolitana de la Ciudad de México, existen diferencias significativas
en la forma como especialistas y el común de la gente perciben algunas
contingencias.
En este trabajo, mencionó, se analizaron
57 situaciones de riesgo potencial en dicha zona, tales como lluvias,
inundaciones, temblores, manejo de materiales tóxicos, contaminación del aire y
del agua, y basura; así como asentamientos irregulares, exceso de población,
ambulantaje y anuncios espectaculares, entre otros.
De la información obtenida se puede
establecer que la población no considerada experta señala como riesgos más
importantes la contaminación del aire y del agua, las explosiones de
gasolineras, los tiraderos de basura, los temblores, el desecho clandestino de
residuos peligrosos y las instalaciones de gas improvisadas en la calle.
Aunque en términos generales
las personas coinciden en ubicar la contaminación del aire y del agua, como los
problemas más graves, esto no implica que actúen en consecuencia, es decir, no
evitan desperdiciar este recurso ni lo utilizan razonablemente en su uso
doméstico.
En ese sentido, los resultados
de este proyecto son importantes para la comunicación, porque de ahí derivarán
estrategias que indiquen a la gente no sobrevalorar, ni subvalorar un riesgo.
Así, no sólo sabrá de la existencia de estas situaciones, sino también hará
algo para evitarlas.
El especialista en promoción
de la salud destacó que la FP es líder en el campo de la psicología ambiental,
“quizá no solamente en México, sino en Latinoamérica; no obstante, buscamos
ampliar nuestra presencia internacional”.
La psicología ambiental,
explicó, consiste en analizar las interacciones entre la gente y los entornos
donde vive, estudia, trabaja, se divierte y alimenta; por ello, se puede
aplicar prácticamente en cualquier escenario, ya sea natural o construido; por
ejemplo, en vivienda, la industria, la educación y la salud, entre otros,
mencionó el académico universitario.
También, agregó, tiene la
virtud de poder emplearse dentro de espacios reducidos, como un cubículo, una
oficina, un salón de clases, una recámara o un cuarto de baño, y, en un nivel
macro, en un campus universitario, una unidad habitacional, un complejo
industrial o una ciudad.
De hecho, se puede intervenir
en cualquier situación o escenario donde se considere que las características
ambientales pueden influir en el comportamiento de la gente, sostuvo Urbina
Soria, quien enfatizó que hasta hoy la aplicación de la psicología ambiental ha
sido exitosa, aunque no siempre a favor del usuario.
Tal es el caso de los
supermercados, pues ahí es aplicada para inducir a la gente al consumo, pues la
distribución de mercancías y la orientación de los pasillos está planeada para
aumentar las compras de la gente. Por lo regular la mayoría busca alimentos,
ubicados siempre al fondo de estas tiendas, y para llegar a ellos los clientes
deben transitar por otros departamentos.
La psicología ambiental,
comentó, estudia en primer lugar cómo aprende la gente sobre el ambiente y
codifica, almacena y recupera elementos del entorno cuando los necesita; es
decir, los decodifica y utiliza en su vida cotidiana.
Aunque existen otros elementos
singulares que solamente son tomados en cuenta por grupos específicos de
personas, mientras otros no los consideran.
Esta disciplina también
analiza los fenómenos surgidos a partir de la evaluación “que hacemos del
ambiente. Por ejemplo, si realizáramos una encuesta de opinión sobre el DF
encontraríamos a quienes por su rango de movimiento la consideran adecuada para
transitar, pero aquellos cuyo grado de movilidad es menor considerarían que
esta urbe está hecha para todo, menos para recorrerla”, explicó.
Aunado a lo anterior podría
analizarse si diferentes tipos de características personales llevarían a
diferentes apreciaciones del entorno; así, ejemplificó, encontraríamos que la
gente introvertida disfruta menos la ciudad de México que la extrovertida, o
cómo las personas aprecian los colores, los tamaños y las formas, así como la
organización y estructura de los edificios ocupados para vivir, trabajar o
divertirse.
Cuando se modifica o se hace
buen uso del medio, éste puede llegar a tener una relevancia mayor en la
conducta de las personas. Esto ocurre, por ejemplo, en las cuestiones
laborales. Si a los patrones les preocupa la productividad, lo más probable es
que proporcionen a sus empleados sitios adecuados de trabajo –en términos de
iluminación, temperatura, ventilación, nivel de ruido y privacidad–, para
aumentar su producción y eficiencia.
Si bien las características
del ambiente tienen influencia en las conductas que adoptamos, no las
determinan, subrayó, pues existen aspectos en la personalidad que condicionan
ciertas acciones. Si alguien tiene alguna jerarquía o atraviesa por situaciones
que le afectan, el entorno puede pasar desapercibido.
Informó que en la actualidad,
en la FP hay varios académicos encargados de elaborar estudios sobre la
“habitabilidad” de la vivienda y la percepción social de la contaminación en la
ciudad de México.
Otras líneas de investigación
analizan las salas de espera en los hospitales, donde miden el estrés de los
pacientes de esas áreas, es decir, evalúan las características del ambiente,
cómo lo percibe la gente y cómo le afecta.
Asimismo, se investigan
cuestiones de diseño participativo, con el fin de involucrar a los futuros
usuarios de un inmueble en la planeación del mismo y así determinar sus
características finales.
---o0o---
PIES DE FOTO
FOTO 1
La Facultad de
Psicología de la UNAM es líder en estudios de psicología ambiental, no
solamente en México sino en Latinoamérica, destacó el académico universitario
Javier Urbina Soria.
FOTO 2
Las
características del entorno tienen influencia en las conductas que adoptamos,
pero no los determinan, aseveró Javier Urbina Soria, profesor de la Facultad de
Psicología de la UNAM.