Boletín UNAM-DGCS-567
Ciudad Universitaria
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final del boletín
MORTAL, LA ORINA DE ANIMALES POR INADECUADA O NULA ATENCIÓN
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Francisco Monroy López, de la Facultad de
Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, señaló que los principales
vehículos de la leptospirosis son las ratas, perros, gatos, vacas y cerdos
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Para que la bacteria de la leptospira pueda
sobrevivir requiere de un ambiente húmedo y es de fácil transmisión, dijo
·
La bacteria se ha encontrado en el 25 por
ciento de los perros de la ciudad de México, población calculada en alrededor
de tres millones
A pesar de existir vacunas preventivas y
tratamientos para atacar la enfermedad de leptospirosis, ocasionada por la
orina de ratas, perros, gatos, vacas y cerdos, una inadecuada o nula atención
puede convertirla en un padecimiento mortal, aseguró Francisco Monroy López, de
la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.
El epidemiólogo puntualizó que
estos animales son los principales transmisores de la enfermedad, a través de
la eliminación de orina, que puede contaminar alimentos o producir infecciones
cutáneas cuando tiene contacto con piel reblandecida o con alguna herida.
Por ejemplo, dijo, en el caso
de los perros, en la Ciudad de México se ha encontrado la bacteria en el 25 por
ciento de una población de alrededor de tres millones de canes. Si se considera
que hay un animal de esta especie por cada siete habitantes, se estima que en
todo el territorio nacional hay unos 15 millones de mascotas.
Empero, varía el porcentaje de
acuerdo a la zona que se trate. Esto es, donde los animales reciben atención
veterinaria la leptospira está prácticamente ausente y prolifera la infección
donde están descuidados y deambulan libremente.
Además de la vacuna contra la
rabia, a los perros se les debe aplicar la triple: moquillo, hepatitis y
leptospirosis. Como es una enfermedad considerada “normal”, existen varios
métodos preventivos, que requieren previa atención del veterinario.
Por otra parte, los gatos
también están expuestos porque tienen el hábito de utilizar a las ratas como
presas, andan por los mismos lugares y tienen el riesgo de infectarse. Hay poca
información, pero se cree que el porcentaje de animales infectados es elevado.
En un estudio de cálculo de
población, se estimó que hay aproximadamente un gato por cada 30 personas, es
decir, en el Distrito Federal es posible que haya cerca de 700 mil gatos; en
todo el país habría tres millones.
La bacteria de la leptospira
pertenece al grupo de las zoonosis, es decir, de las enfermedades que se
transmiten de los animales hacia el hombre; es una bacteria de la familia de
las espiroquetas, que tienen forma de sacacorchos y son muy frágiles en el
ambiente; para sobrevivir requieren de un ambiente húmedo, de lo contrario o si
hay presencia de desinfectantes o algún otro producto que pueda alterar su
estructura, mueren.
La enfermedad, subrayó, puede
llegar a ser mortal por falta de atención, inmunosupresión o por factores de
riesgo relacionados con la sensibilidad de grupos de población vulnerable, como
los niños, ancianos y personas inmunodeprimidas.
Puede producir muerte
fulminante o parálisis hepática, debido a una infección masiva de leptospirosis
sin atención o con un tratamiento inadecuado, aunque los decesos no son
frecuentes ni comunes.
Sin embargo, el especialista
no dio una cifra exacta sobre el número de personas que han padecido esta
enfermedad, porque la información existente es sólo un reflejo parcial de la
realidad; sin embargo, las tasas oficiales mencionan la afectación del uno por
ciento de la población.
El especialista indicó que la
presencia del padecimiento es bastante frecuente, por tratarse de una bacteria
que está en el ambiente, pero está más asociada con personas que trabajan
estrechamente con animales.
Asimismo, expresó, aparece
cuando se presentan inundaciones, desbordamiento de ríos o huracanes, con la
consiguiente mezcla de aguas limpias con negras. El líquido se contamina y es
frecuente que haya brotes infecciosos.
Precisó que no siempre que se
presenta leptospirosis se le relaciona con la orina del animal, porque también
entre humanos se pueden contaminar los alimentos.
Se trata, dijo, de una
enfermedad asociada con zonas donde hay escasez de servicios sanitarios, como
falta o insuficiencia de agua potable y drenaje, así como la presencia de fauna
nociva, sobre todo roedores, pero también perros y gatos que no reciben
atención veterinaria.
Los perímetros donde no se
registra la leptospirosis se caracterizan por contar con infraestructura urbana
desarrollada, como agua potable, drenaje y pavimentación, externó. La Ciudad de
México, por ejemplo, no padece frecuentemente de este mal; sin embargo, en los
estados de la república puede encontrarse una tasa elevada.
Abundó que aunque hay varios
cuadros clínicos, la entrada de esta bacteria al cuerpo humano produce una
sintomatología caracterizada por la infección de vías urinarias, con dolor y
dificultad para orinar. También se puede presentar en forma cutánea y producir
una infección severa.
La ventaja, resaltó, es que en
cualquiera de sus formas la enfermedad es curable, pues la bacteria se puede
tratar con antibióticos comunes como penicilinas, siempre y cuando se
diagnostique en forma adecuada y a tiempo. Incluso el gobierno federal tiene
proyectado expedir una norma oficial para prevenirla y controlarla.
Monroy López refirió que para
un adecuado diagnóstico se requieren análisis previos, pues el tratamiento no
da resultados sin una detección adecuada.
El diagnóstico de leptospira
no es fácil, destacó, porque la sintomatología se confunde con otras
enfermedades y, al ser una bacteria muy delicada, se dificulta analizarla. De
hecho, el encargado de atacar este mal en el sector salud, es el Instituto
Nacional de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica (INDRE).
El tratamiento curativo,
apuntó, no sólo se debe aplicar al individuo enfermo sino a la familia
completa, porque es probable que se trate de un mal que afecta a todos los que
viven bajo un mismo techo.
Dejó en claro que sólo se
convierte en una enfermedad contagiosa cuando se contaminan los alimentos de
otras personas y no por tos o estar cerca del afectado.
Pero, también hay factores de
riesgo relacionados con los hábitos
personales, como caminar en aguas asentadas que pueden estar contaminadas, como
lagos, charcas o sitios donde los animales se acercan a beber agua y a orinar.
Incluso en balnearios donde se permite el acceso a perros que expulsan sus
desechos.
De no tener la precaución de
utilizar calzado en esos lugares, manifestó, la bacteria es capaz de atravesar
la piel intacta, cuando está suficientemente reblandecida por el agua.
Dadas sus características de
sacacorchos, anotó el investigador, con una mínima fisura la leptospira penetra
en el organismo por vía cutánea. En esta forma es más fácil que se transmita de
persona a persona, siempre y cuando exista una herida.
Por otra parte, detalló, las
ratas son importantes transmisoras de la enfermedad, pues cerca del 50 por
ciento son portadoras de la bacteria aún cuando estén sanas, lo que propicia
que permanezcan durante largas temporadas infectadas y sin morir.
Consideró difícil determinar
el número de roedores existentes con ese mal, por ser animales pequeños y que,
por lo regular, viven escondidos en madrigueras. Un número conservador sería un
ratón por cada tres personas, lo que significa que hay entre 30 y 40 millones
ratas por cada diez millones de personas.
Los roedores también adquieren
el padecimiento al consumir alimentos contaminados por la orina de otros
animales que se encuentren enfermos; así se lo transmiten entre ellos.
Explicó que cuando estos
animales consumen comida en bodegas o sitios donde se almacenan alimentos,
orinan y defecan sobre ellos. Si no se tiene la precaución adecuada de taparlos
y mantenerlos limpios, pueden resultar contaminados y provocar que enferme la
persona que los ingiere.
Sin embargo, las ratas no son
los únicos animales con este padecimiento. También la adquieren los
considerados domésticos, como perros, gatos, vacas y cerdos, aunque en ellos se
aplican en forma normal vacunas contra la leptospirosis.
La situación económica de los
dueños, también es un factor determinante para que los animales domésticos
estén infectados. En los estratos económicos bajos es muy probable que haya una
alta tasa de prevalencia de esta bacteria.
Finalmente, el epidemiólogo de
la FMVZ enumeró una serie de medidas preventivas contra la leptospirosis, sobre
todo para evitar roedores: colocar coladeras en los drenajes, guardar los
alimentos en recipientes cerrados y en sitios adecuados, incrementar la higiene
y manejar los depósitos de basura en forma higiénica.
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A
pesar de existir vacunas preventivas y tratamientos para atacar la enfermedad
de leptospirosis, ocasionada por la orina de ratas, perros, gatos, vacas y
cerdos, una inadecuada o nula atención puede convertirla en un padecimiento
mortal, aseguró el académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia
de la UNAM, Francisco Monroy López.
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El
investigador de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM,
Francisco Monroy López, sostuvo que la leptospira puede producir muerte
fulminante o parálisis hepática, debido a una infección masiva sin atención o
con un tratamiento inadecuado; aunque los decesos no son frecuentes ni comunes.