Boletín UNAM-DGCS-561
Ciudad Universitaria
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del boletín
ESPECIES DE MARIPOSAS EN PELIGRO DE EXTINCIÓN
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El panorama de conservación para 20 mil
especies –dos mil de ellas diurnas y el resto nocturnas– es poco alentador:
Moisés Armando Luis Martínez, del Museo de Zoología de la Facultad de Ciencias
de la UNAM
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En la dependencia se desarrolló una base de
datos de estos lepidópteros, que en la actualidad contiene alrededor de 500 mil
registros, lo que la convierte en la más grande para un grupo de insectos en nuestro
continente
Las aproximadamente 20 mil especies de
mariposas que existen en México –dos mil de ellas diurnas y el resto nocturnas–
enfrentan un severo descenso en sus áreas de
distribución en el territorio nacional y muchas de ellas están en
peligro de extinguirse debido a la afectación de su hábitat, que ya ha dañado a
poblaciones enteras.
El panorama de conservación es poco
alentador, aseguró el maestro Moisés Armando Luis Martínez, integrante del Museo de Zoología de la Facultad de
Ciencias de la UNAM, quien explicó que cada
vez son menos las áreas conservadas donde muchas de estas especies habitan.
Es necesario tomar acciones
inmediatas para preservarlas, ya sea por su gran diversidad o por el número de
especies endémicas que se encuentren en
ellas, alertó.
Refirió que en México, alrededor del 15 por ciento de los lepidópteros
diurnos su localización se encuentra restringida a
nuestro territorio, algunos con una distribución amplia espacial y otros con
localizaciones muy puntuales, que si son alteradas por la actividad humana
podrían provocar la desaparición de estas especies.
Mencionó que entre las áreas prioritarias a resguardar se encuentran las sierras Juárez
y Miahuatlán en Oaxaca –sobre todo en su parte húmeda, entre los 900 y dos mil
500 metros de altura, para la primera, y en su vertiente pacífica la segunda– y
la de Atoyac de Alvarez, en Guerrero, que es una de las de mayor diversidad en
el pacífico mexicano, no sólo de mariposas, sino también de otros grupos
taxonómicos.
Luis Martínez precisó que además de su
fundamental papel en la polinización de plantas, las mariposas son un grupo
“indicador” de las condiciones de preservación del ambiente, especialmente en áreas de gran diversidad: “Estudiándolas podemos
establecer si una zona está conservada o perturbada”.
Eso se debe a que en su
estado larval se alimentan de plantas y cuando el hábitat está dañado, su
número desciende de forma considerable. Así, se puede extrapolar la situación
de las mariposas a otros grupos de animales como aves, anfibios o reptiles.
El académico aseguró que de las dos mil
100 especies de mariposas diurnas mexicanas, se calcula que 5 por ciento no
está descrito. “Ya están reconocidas, pero no tienen asignado un nombre
científico; otras más están por descubrirse, sobre todo en áreas como el
Pacífico, que no han sido bien exploradas”, reveló.
A esas habría que sumar las nocturnas. En
realidad, aclaró, el mundo de esos insectos es nocturno, porque 90 por ciento
de la diversidad mundial de las especies de este taxón, vive en la oscuridad.
Por desgracia, en México casi no hay investigadores dedicados a ellas.
Refirió que se ha determinado
que la gran diversidad de las mariposas se ubica en zonas tropicales, sobre
todo en Veracruz, Oaxaca y Chiapas. De hecho, 50 por ciento de las especies que
vuelan en México están presentes en las selvas altas de esos estados. Hay otras
entidades con menos diversidad, pero con más ejemplares endémicos, como Sonora,
Sinaloa, Nayarit y Guerrero.
En el Pacífico no sólo
existen variedades exclusivas del territorio nacional, sino que en ciertos
casos, hay algunas únicas para ciertos tipos de vegetación.
De otros más, como Aguascalientes,
Tlaxcala y Zacatecas, casi no hay registros. “Eso muestra la gran
heterogeneidad del conocimiento de la distribución geográfica de las mariposas
mexicanas”.
Ellas pueden ser monófagas o polífagas,
es decir, se pueden alimentar de una sola planta o de varios tipos. Su ciclo de vida abarca cuatro estadios:
huevo, larva, pupa y adulto, y tienen un periodo de vida de días, meses e,
incluso, hasta dos años. Su tamaño es variable; en el caso de las mexicanas, la
envergadura alar va desde poco menos de uno y hasta
25 centímetros.
La forma y diseño de las alas, y la
estructura morfológica por la cual las mariposas se irrigan –el equivalente al
aparato circulatorio humano- (o venación) cambia entre géneros y familias, lo
cual permite a los taxónomos clasificarlas.
Moisés Armando Luis precisó que existen
algunas especies que pueden constituirse como plaga devastadora de cultivos
ornamentales o de alimentación. Sin embargo, pueden controlarse mediante la
siembra alternada y el uso de depredadores de su larva para no perjudicar otras especies y evitar
el uso de insecticidas.
En relación con la presencia de mariposas
en las zonas urbanas, el especialista indicó que, por ejemplo, en la Ciudad de
México hay alrededor de 60 especies que se presentan con frecuencia en jardines
o montañas aledañas al valle de México. Una de ellas, Pterourus multicaudatus,
fue considerada entre los antiguos mexicanos como la diosa Xochiquetzal, y
después de cientos de años aún vive entre nosotros.
Pero también se ha registrado la
reducción de la distribución geográfica o la extinción local de muchas
especies, como es el caso de la Anetia thirza, cuyos últimos registros fueron a
principios de la década de los ochenta en el Valle de México. Esta especie volaba en las zonas boscosas de las
delegaciones Magdalena Contreras y Miguel Hidalgo.
Ante la importancia de conocer la
diversidad de estos insectos en nuestro país, en el Museo de Zoología de la FC,
a punto de cumplir 25 años, se realizan estudios sobre sistemática y
biogeografía de la fauna en México, donde se incluyen, además otros insectos
como abejas (himenópteros), pulgas (sifonápteros) y escarabajos (coleópteros),
así como aves, mamíferos, reptiles y anfibios (vertebrados).
En la actualidad, la colección del museo
cuenta con alrededor de 200 mil ejemplares de mariposas diurnas, 75 mil de
ellas preparadas, que la convierte en la
colección de alfiler más grande de México, pues incluye al 80 por ciento de las
especies de México.
La mayor parte del material del Museo de
Zoología proviene de las zonas con bosques húmedos de montaña, entre los mil y
los dos mil 500 metros de altitud. “De ahí viene el 70 y 80 por ciento de los
ejemplares que tenemos en la colección”, dijo.
El museo, de forma adicional, desde hace
casi 13 años comenzó a crear una base de datos. En la actualidad, ésta cuenta
con alrededor de 500 mil registros, que la convierte en la más grande para un
grupo de insectos en nuestro continente. Incluye datos de ocho de las
colecciones más importantes de los Estados Unidos, la del Museo Británico en
Inglaterra, así como las del Instituto de Biología de la propia UNAM y de El
Colegio de la Frontera Sur en Chetumal, que contienen ejemplares mexicanos.
Se trata de un esfuerzo del Museo de
Zoología con apoyo de la propia Facultad de Ciencias,
la Dirección General de Asuntos del Personal Académico de la UNAM, la Comisión
Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) y el Conacyt,
cuya finalidad es conocer la diversidad de las mariposas y las especies
endémicas.
La base contiene, además de los datos
curatoriales obtenidos de las colecciones antes citadas, 50 mil registros
provenientes de la literatura publicada sobre las mariposas diurnas de México
en los últimos 200 años, además de sus datos nomenclaturales, que se revisan
sistemáticamente de entre los más de ocho mil nombres citados para los
lepidópteros diurnos, por lo que aproximadamente seis mil nombres caen en
sinonimia y se repiten para una misma especie.
A futuro, aseguró Luis Martínez, este
trabajo permitirá a “quienes trabajamos con mariposas hablar con el mismo
nombre de la misma especie”.
Comentó que tanto la base de datos como
las colecciones están a disposición del público interesado, estudiantes e
investigadores, nacionales y del extranjero.
Finalmente, refirió que la única manera
de cuidar las mariposas es preservando la vegetación original de bosques y
selvas en las que habitan. “Somos uno de los 10 países con mayor
megadiversidad, pero será una vergüenza haberla tenido y no haberla conservado.
Se debe contar con una política de conservación permanente y concientizar a la
gente al respecto”, sentenció.
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PIES
DE FOTO
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Moisés Armando Luis Martínez, del
Museo de Zoología de la Facultad de Ciencias de la UNAM, refirió que de las dos
mil especies de mariposas diurnas que vuelan en territorio nacional, alrededor
del 15 por ciento son endémicas.
Foto 2
La colección de mariposas del Museo
de Zoología de la Facultad de Ciencias de la UNAM, cuenta con 75 mil ejemplares
preparados en alfiler, que la hace la más grande de México, pues incluye al 80
por ciento de las especies de México, aseguró Moisés Armando Luis Martínez.