Boletín UNAM-DGCS-552
Ciudad
Universitaria
Pies de fotos al
final del boletín
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Otros factores que influyen en ello son
la nueva distribución de papeles y la acentuación de conflictos generacionales,
señalaron académicos de la FES Iztacala
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Norma Coffin y Arturo Silva dijeron que
en las últimas décadas del siglo XX cobraron importancia los medios de
comunicación masiva en la educación del adolescente
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La familia presenta serias limitaciones
para llevar a cabo la educación de los jóvenes, ya que su funcionamiento en las
grandes ciudades se ha modificado profundamente
El fenómeno de la
farmacodependencia es reflejo de las profundas alteraciones sociales que
modifican el orden familiar, la nueva distribución de papeles y la acentuación
de los conflictos generacionales, factores, entre otros, que empujan hacia un vacío profundo a las
nuevas generaciones de jóvenes, aseguraron los académicos Norma Coffin Cabrera
y Arturo Silva Rodríguez, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala.
Ambos presentaron el trabajo
“Conductas adictivas en adolescentes en la última década del siglo XX”, dentro
del Foro sobre epidemiología del consumo del alcohol, tabaco y otras drogas en
escenarios estudiantiles, que se llevó a cabo en la Facultad de Psicología (FP)
de la UNAM.
Los académicos señalaron que
la mayoría de los adolescentes tiene disposición hacia la obtención de
satisfacciones inmediatas, a disfrutar de la vida y rechazar la sociedad de los
adultos, quienes son percibidos como incomprensibles, basándose en lo que
sienten, perciben, ven y analizan.
Mencionaron también, que los principales sectores
involucrados en la educación del adolescente son el círculo familiar, las
instituciones educativas, el grupo social al que pertenece y, en las últimas
décadas del siglo XX, los medios de comunicación masiva.
La familia, explicaron, es el
principal marco cultural donde se desenvuelve el adolescente, y está
directamente relacionada con su educación y orientación, puesto que es ahí donde
aprende, en diversas situaciones, a cumplir con las expectativas sociales.
Los académicos de la FES
Iztacala añadieron que en la sociedad actual la familia presenta serias
limitaciones durante la educación del adolescente, debido a que, por ejemplo, su
funcionamiento en las grandes ciudades se ha modificado de manera profunda.
Dadas las condiciones
económicas actuales de México, se han restringido las posibilidades de que el
núcleo familiar satisfaga las necesidades básicas de sus miembros, como habitación
y comida, y en su intento por satisfacerlas han originado que ambos padres
trabajen, reduciendo el tiempo que tienen para convivir y educar a sus hijos,
relegando cada vez más estas responsabilidades a la escuela.
Norma Coffin y Arturo Silva comentaron que la escuela ha
adquirido un papel rector en la orientación y educación del adolescente. La
cantidad de horas que los padres pasan con sus hijos es casi igual al tiempo
que los adolescentes transcurren en la escuela.
A finales del siglo XX el
colegio se convirtió en un medio fundamental para prevenir y solucionar los
problemas psicológicos del adolescente. Un joven, al concluir la enseñanza
media básica habrá pasado, en promedio 3 mil 240 horas de convivencia con sus
maestros y compañeros.
La importancia del ámbito
escolar para prevenir el inicio en el consumo de drogas es fundamental durante
la adolescencia, debido a que en esta etapa se llevan a cabo múltiples ajustes
de tipo biológico, social y psicológico, los cuales propician que el individuo
desempeñe un nuevo rol de interacción con su medio.
Por otro lado, agregaron que
los medios de comunicación masiva ejercen gran influencia sobre las personas
asiduas a las programaciones, situación considerada negativa por los
especialistas, ya que impide a las personas desarrollarse psíquica y
físicamente.
“Es evidente que la prensa, la
televisión, la radio y el cine participan cada vez con mayor fuerza en la vida
social de este sector de la sociedad, a través de la información que vierten,
ya que un alto porcentaje de la población tiene acceso a ellos”, recalcaron.
Coffin y Silva reconocieron
que en ocasiones estos medios presentan el uso de drogas, entre ellas tabaco y
alcohol, como un medio de relación y placer, y en otras muestran el abuso de
las mismas pero de una manera sensacionalista, despertando en la audiencia una
mayor curiosidad por conocerlas y consumirlas.
Es decir, en lugar de explicar
las razones del problema, los medios de información orientan a la población
hacia causas ficticias, o bien hacia soluciones parciales, manteniendo casi
siempre tópicos falsos sobre las drogas.
Dijeron que conocer el devenir
social y el conocimiento sobre el fenómeno de la farmacodependencia permitirá
elaborar acciones preventivas y de tratamiento que aporten resultados
alentadores para el resto de la población.
“Las estrategias respecto a la
prevención o tratamiento en diferentes países son las mismas, lo que las hace
distintas son las políticas de salud de cada nación que enfrenta el problema.
México es el país de Latinoamérica que más investigación ha hecho al respecto”,
resaltaron.
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En
la Facultad de Química, Arturo Silva Rodríguez, de la Facultad de Estudios
Superiores Iztacala, indicó que el fenómeno de la farmacodependencia es reflejo
de las profundas alteraciones sociales que modifican el orden familiar.
Norma Coffin Cabrera, profesora de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, presentó el trabajo “Conductas adictivas en adolescentes en la última década del siglo XX”.