11:30 hrs. Julio 14 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-549

Ciudad Universitaria

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EN LA CIENCIA, A LAS MUJERES AÚN NO SE LES RECONOCE EL MISMO GRADO DE AUTORIDAD QUE LOS HOMBRES

 

·        La actividad científica debe ser sensible al contexto y los sesgos culturales que se dan en el trabajo científico, indicó Eulalia Pérez Sedeño, del Consejo Superior de Investigación Científica del Instituto de Filosofía de Madrid, España

·        De ese modo, se puede lograr una comunidad de científicos diversa, accesible e igualitaria, sostuvo

·        La ciencia y la tecnología no pueden concebirse desligados de las relaciones sociales y humanas, destacó Olga Bustos, presidenta del Colegio de Académicas Universitarias

·        Participaron en el Primer Encuentro Nacional de Ciencia, Tecnología y Género, organizado por el CEIICH de la UNAM

 

En la construcción del conocimiento científico, las mujeres, como grupo, no han estado, ni están todavía en igualdad con los varones; es decir, no poseen el mismo grado de autoridad que ellos, afirmó Eulalia Pérez Sedeño, del Consejo Superior de Investigación Científica del Instituto de Filosofía de Madrid, España.

 

Dado que la mujer regularmente no participaba en la elaboración científica, sólo se consideraba como científico el trabajo de los varones; sin embargo, cuando las mujeres y otros grupos minoritarios comienzan a trabajar en este ámbito se abre una discusión sobre su participación, añadió.

 

Al dictar la conferencia magistral Objetividad y valores desde una perspectiva feminista, realizada en el marco del Primer Encuentro Nacional de Ciencia, Tecnología y Género, la filósofa aclaró: “Esto no quiere decir que hombres y mujeres tengan una objetividad distinta, sólo que ésta ha sido construida de manera que excluye a muchos grupos, bajo el argumento de que tradicionalmente no producen ciencia”.

 

En el auditorio del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias de Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM, Pérez Sedeño consideró que los supuestos ideológicos y valores con que cuenta cada individuo, lo llevan a interpretar la realidad de forma particular.

 

A partir de una misma teoría general y unos mismos conceptos, abundó, es posible extraer construcciones distintas de la realidad, tal es el caso de la primatología y la teoría de la evolución, las que estudiadas por mujeres adquirieron una nueva perspectiva, pues partieron de un enfoque feminista. En cambio, científicos como Darwin, dedicados al estudio de estos temas, lo hicieron bajo un punto de vista, un contexto y supuestos ideológicos históricamente condicionados.

 

Así, refirió, para probar la objetividad de la ciencia debemos partir del hecho de que no disponemos de razones para preferir unas creencias o teorías sobre otras.

 

La objetividad, señaló, se determina por la crítica intersubjetiva que debe evaluar los supuestos implícitos en las observaciones, por los razonamientos o consideraciones de que ciertos métodos, y no otros, son los adecuados para resolver determinados problemas.

 

Aquí se debe tomar en cuenta que la influencia de valores externos o contextuales puede distorsionar o no la actividad científica, precisó la especialista en filosofía de la ciencia; en este sentido, acotó, es preciso evaluar todos los supuestos conceptuales implícitos en la actividad científica; para ello, “la ciencia debe ser sensible al contexto y a los sesgos culturales que se dan en el trabajo científico”, enfatizó.

 

 

Asimismo, indicó que la ciencia debe respetar la naturaleza y alejarse de reduccionismos. De ese modo, se puede constituir una comunidad científica diversa, accesible e igualitaria que proporcione un conocimiento preciso y confiable.

 

Por ello, debemos contar con tantos puntos de vista como sea posible. De hecho, la ciencia occidental no podrá lograr completamente esa objetividad si deja de lado a la mitad de la humanidad, enfatizó. En ese sentido, la discusión entre los grupos de investigadores constituye un medio eficaz para identificar las prácticas científicas consideradas sexistas, concluyó Pérez Sedeño.

 

Al participar en la inauguración del encuentro, Olga Bustos, presidenta del Colegio de Académicas Universitarias, destacó que este evento proporciona una oportunidad para discutir, reflexionar y formular propuestas en torno a distintas temáticas relacionadas con el quehacer de la ciencia y la tecnología, bajo la óptica del género.

 

Aseguró que esos ámbitos no pueden concebirse desligados de las relaciones sociales y humanas; por ello, la perspectiva de género incide fuertemente en ellos.

 

En su oportunidad Daniel Cazés Menache, director del CEIICH, aseveró que eventos de este tipo representan la culminación en el desarrollo de proyectos realizados en ese centro de investigación.

 

Asimismo, informó que este encuentro constituye el primer capítulo del Congreso Iberoamericano de Ciencia, Tecnología y Género que se realizará el próximo año en México y cuyo anfitrión será el CEIICH de la UNAM.

 

En la inauguración del Primer Encuentro Nacional de Ciencia, Tecnología y Género, organizado por dicho centro, estuvo presente Martín Reséndiz García, responsable del Programa de Ciencia, Tecnología y Sociedad de Oficina Regional en México de la Organización de Estados Iberoamericanos.

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

La ciencia debe respetar la naturaleza y alejarse de reduccionismos, aseguró Eulalia Pérez Sedeño, del Consejo Superior de Investigación Científica del Instituto de Filosofía de Madrid, España.

 

Foto 2

Martín Reséndiz, Olga Bustos, Norma Blazquez y Daniel Cazés participaron en el Primer Encuentro Nacional de Ciencia, Tecnología y Género, organizado por el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM.