06:00 hrs. Julio 11 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-540

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

LAS LLUVIAS PONEN EN RIESGO LOS ASENTAMIENTOS IRREGULARES

 

·        Víctor Magaña Rueda, del CCA, advirtió sobre la vulnerabilidad de las construcciones levantadas cerca de los canales de los ríos

·        En Universum explicó que son muchos los factores que intervienen en la cantidad de agua que cae sobre el territorio, pero el más importante es la temperatura de la superficie del mar que lo rodea

·        Dijo que en la Ciudad de México, la urbanización ha incrementado la temperatura, pues hace cien años era cuatro grados centígrados menor a la actual, y ahora llueve más

 

Permitir asentamientos humanos en lugares de riesgo, como canales de ríos, o donde hay problemas de infraestructura, como las carreteras, nos hace más vulnerables a las precipitaciones pluviales extremas; no es que ahora llueva más, aseguró Víctor Magaña Rueda, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM.

 

Al dictar la conferencia Lluvia en México: cuánta, cuándo y dónde, en el Museo de las Ciencias Universum, afirmó que por ello se deben separar culpas y no buscar excusas para los desastres.

 

Lo cierto, dijo, es que cada año, en la mayor parte del país llueve de cuatro a diez veces más de 70 milímetros en un solo día, y de 20 a 80 veces en lugares como Tabasco, Veracruz o Puebla. Es decir, se conocen los lugares donde se esperan precipitaciones intensas, por lo que debería prepararse la infraestructura necesaria para no convertir los fenómenos naturales en desastres.

Respecto de la Ciudad de México, mencionó, abril es muy seco y septiembre muy lluvioso, pero suelen presentarse más chubascos en el poniente y sur que en el oriente, lo cual se debe a otro elemento: la presencia de montañas y el viento que sopla hacia ellas y refuerza la formación de nubes.

 

En la capital, la urbanización incrementó la temperatura, que hace cien años era cuatro grados centígrados menor a la actual. Es decir, ese proceso propició que vivamos en una metrópoli más calurosa, aseguró.

 

Pero también, explicó, el régimen pluvial se ha modificado. Hace un siglo se registraban 700 milímetros anuales, hoy son 900 o mil en algunas zonas de la ciudad. Sin embargo, eso no significa que se disponga de más recurso hídrico, porque casi todo se va al drenaje.

 

Muchos son los factores que intervienen en las precipitaciones sobre el país pero quizá, el más importante es la temperatura de la superficie del mar. “La esencia de las lluvias en México radica, en gran medida, en la distribución de la temperatura alrededor del territorio, por lo que se debe analizar con detalle por qué existe esa estructura térmica”, indicó.

 

En el verano, cuando se presenta más lluvia, la superficie marina que rodea a nuestro territorio alcanza los 28 grados centígrados o más; ahí tienden a formarse muchas nubes; en donde es menor se crean “desiertos oceánicos”, en los cuales no cae agua.

 

La población requiere información climática, pero falta mucho para que realmente disponga de ella en términos claros y útiles. Además, se requiere más trabajo de investigación científica, argumentó Magaña Rueda.

 

Abundó que el aire sobre regiones cálidas tiende a ser más húmedo y ligero y, por lo tanto, a levantarse y formar muchas nubes; por el contrario, en regiones frías suele ser más denso y tiene movimientos descendentes.

 

La atmósfera tiene una dinámica interna. El aire es un fluido con contrastes de calentamiento, con movimiento propio y otras características que podrían denominarse “inestabilidades internas”, reflejadas en fenómenos como huracanes y ciclones de latitudes medias, ambos responsables en gran medida, de ocasionar las lluvias.

Recordó que cuando se detalla la evolución pluvial en México y Norteamérica en general, se tiene un período relativamente seco, de enero a abril. En mayo comienzan a registrarse las primeras indicaciones de aguas; las más intensas se presentan en el verano y en ocasiones se extienden hasta octubre.

 

En abril o mayo las presas presentan su nivel más bajo, “pero eso no debería ser sorpresa, porque no ha caído agua durante los cinco o seis meses anteriores, por tratarse del periodo seco”. En cambio, en el verano hasta en las zonas desérticas llegan a presentarse precipitaciones.

 

El doctor Magaña Rueda dijo que cuando el viento viaja desde el Ecuador hasta nuestra región captura mucha humedad, que se levanta para luego precipitarse en una zona mexicana llamada de Convergencia Intertropical, donde hay nubes y se forman los huracanes.

 

Nuestro territorio tiene elementos peculiares respecto de la lluvia. Comienza a finales de mayo o principios de junio y termina alrededor de octubre. Pero su evolución no es “lineal”, aclaró el científico universitario.

 

En junio llueve mucho, pero en julio y agosto disminuye el caudal, para volver a incrementarse en septiembre. A ese mínimo relativo se le llama “canícula”.

 

Pero, ¿por qué hay años con más precipitaciones que otros? “Eso es parte de lo que queremos entender: la variabilidad del clima”, expuso el investigador. Por ejemplo, el que un año sea seco o húmedo depende mucho del fenómeno meteorológico El Niño; es decir, el calentamiento del agua oceánica en el área ecuatorial. El fenómeno generalmente se traduce para una parte de México, en déficit de precipitación e, incluso, sequías, mencionó.

 

Si ocurre lo contrario y el océano está más frío de lo normal aparece La Niña. “Donde antes había déficit ahora hay superávit y donde antes llovía ahora hay escasez”.

 

El dato de referencia más reciente es que hubo sequía cuando se presentó El Niño  de 1997 a 1998. Los costos para México por daños a la agricultura, incendios forestales y cambios en la pesca, fueron aproximadamente de dos mil millones de dólares; para Argentina ascendió a dos mil 500 millones de dólares, y para Ecuador, tres mil 500, “cifras que asustan”, dijo.

 

Pero no todas las variaciones del clima se pueden explicar en términos tan simples, porque sólo una tercera o cuarta parte de ellas se pueden describir con este esquema, finalizó.

 

 

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 1

 

Los asentamientos humanos en lugares de riesgo, como canales de ríos, hacen a la población más vulnerable por las precipitaciones pluviales, dijo Víctor Magaña Rueda, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera.

 

 

FOTO 2

 

En Universum, Víctor Magaña, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera, dijo que dentro del territorio nacional se conocen los lugares donde se esperan lluvias intensas, por lo que debería prepararse la infraestructura necesaria para evitar desastres.