11:30 hrs. Julio 10 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-537

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

EL 75 POR CIENTO DE CASOS DE VIOLENCIA CONYUGAL AFECTAN A LA MUJER

 

·        Del resto, aproximadamente el 23 por ciento son de violencia mutua o cruzada y el 2 por ciento es hacia el hombre

·        Dijo Guadalupe Cortés Altamirano, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM

·        Asistió al Ciclo de Mesas Redondas Los escenarios de la violencia realizados en esta casa de estudios

 

Cualquier miembro de la familia puede ser víctima del maltrato. Sin embargo, los resultados de investigaciones realizadas en distintos países, revelan que las mujeres son, en un 75 por ciento, las principales receptoras de la violencia conyugal, aseguró Guadalupe Cortés Altamirano, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.

 

Durante el Ciclo de Mesas Redondas Los escenarios de la violencia, efectuada en la FCPyS, revelaron que del resto de esas cifras, aproximadamente el 23 por ciento se inscriben como violencia mutua o cruzada, es decir, existe una respuesta del agredido, y el 2 por ciento tiene como víctima al hombre, aseveró.

 

La académica explicó, durante la conferencia Pareja y violencia, que se considera violencia conyugal, a toda conducta abusiva –todo lo que, por acción u omisión, provoque daño físico o psicológico a otra persona– que se da en el marco de una relación heterosexual adulta.

 

En México, datos de la Encuesta Nacional sobre Violencia Intrafamiliar de 1999, elaborada por el Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática (INEGI), indican que en un tercio de los hogares, es decir, en 7.4 millones de los 22.7 millones que existen en el país, se viven diversas formas de violencia, como maltrato emocional, intimidación, abuso físico y sexual.

 

En un estudio de las Naciones Unidas, sostuvo Cortés Altamirano, se llegó a la conclusión de que “las agresiones físicas van acompañadas a menudo por violencia sexual y violación, cuyos efectos psicológicos quizá sean aún más graves que la violación cometida por un extraño, ya que entrañan una pérdida de la confianza contra el agresor”.

 

La catedrática señaló que muchas culturas socializan a las mujeres para aceptar el castigo físico y emocional “como prerrogativa conyugal del marido”, lo que limita el rango de conductas que ellas consideran abusivas. Más aún, las mujeres a veces se niegan a denunciar el abuso por vergüenza o temor a incriminar a otro miembro de la familia.

 

“La violencia contra las mujeres en el ámbito familiar sucede, porque el agresor supone, y el medio social lo avala, que es una práctica aceptable de la masculinidad, una forma adecuada y legítima de sancionar la conducta femenina, descargar sus tensiones, mostrar sus desacuerdos o su superioridad”, afirmó.

 

Explicó que existen cinco formas de violencia conyugal; uno de ellas es el abuso físico, que comprende una escala de conductas que van desde un empujón o pellizco, hasta producir lesiones graves que llevan a la muerte a la mujer; y el sexual, cuya escala incluye obligar a la mujer a la realización de conductas sexuales no deseadas.

 

En caso de violencia emocional o psicológica se incluyen insultos, gritos y amenazas; mientras que la ambiental o social implica descalificar a la mujer y desautorizarla frente a los hijos e hijas, criticar a su familia o a sus personas queridas, aislarla socialmente impidiéndole tener contacto con familiares y amigos, ignorarla en público, ser hostil con sus amistades, romper cosas del hogar, desaparecerle objetos queridos, lastimar o matar a sus mascotas, entre otras.

 

Finalmente, la violencia económica implica modalidades como excluir a la mujer en la toma de decisiones financieras, controlar sus gastos, no darle suficiente dinero, ocultarle información acerca de los ingresos, por mencionar algunas, recalcó.

 

Recordó, asimismo, que la dinámica de la violencia conyugal presenta un carácter cíclico, que comprende las fases de acumulación de tensión, el episodio agudo y el conocido como “luna de miel”, en la que se produce arrepentimiento, siendo en esta cuando generalmente la mujer se decide a buscar ayuda profesional o a huir de la casa.

 

A su vez, Martha Laura Tapia Campos, docente de la FCPyS, sostuvo que la violencia se extiende por la sociedad tomando formas inéditas. “Los grupos armados de filiación política que se instalan indefinidamente en algunas comunidades o países, las bandas criminales de la delincuencia organizada, no sólo cuestionan el monopolio legítimo de la violencia, sino que lo corrompen cada vez más”.

 

En fin, los delitos violentos en los que el móvil de la apropiación ilegal de la propiedad, se vuelve cada vez más común, creando un clima general de inseguridad, pues invade aquellos ámbitos sociales en los que anteriormente se daba por sentada la confianza y la seguridad, indicó en la ponencia Violencia y sociedad.

 

De esta forma, la familia, los vecindarios y los centros de trabajo se revelan igualmente acechados por la violencia, así se trate de una agresividad “menor”, como maltratos, vejaciones, humillaciones y abusos, resaltó en  la Sala Lucio Mendieta y Núñez.

 

En el análisis del tema Los escenarios de la violencia. Del ámbito privado al público, Fabián Bonilla López, profesor adjunto en la FCPyS, habló sobre la violencia y los adolescentes desde la teoría psicoanalítica. En especial, hizo hincapié en el tema de los celos, los cuales, dijo, se clasifican en tres tipos: de competencia o normales, proyectados y delirantes, pero todo ellos, aseguró, pueden degenerar en la práctica de la violencia.

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 1

El 75% de casos de violencia conyugal afecta a la mujer, aseguró Guadalupe Cortés Altamirano, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, al participar en el Ciclo de Mesas Redondas “Los escenarios de la violencia”.

 

 

FOTO 2

Los celos se clasifican en tres tipos: de competencia o normales, proyectados y delirantes, pero todos pueden degenerar en prácticas de la violencia, señaló Fabián Bonilla López, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, durante su participación en el Ciclo de Mesas Redondas “Los escenarios de la violencia”.

 

 

FOTO 3

Martha Laura Tapia Campos, docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, aseveró que la violencia se extiende por la sociedad tomando formas inéditas, al participar en el Ciclo de Mesas Redondas “Los escenarios de la violencia”.