13:30 hrs. Junio 27 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-507

Ciudad Universitaria

 

 Pies de fotos al final del boletín

 

SE REVIERTE LA POLITIZACIÓN DE LA JUSTICIA  EN MÉXICO, ASEGURA MINISTRA DE LA SCJN

 

·        De enero de 1995 a febrero de este año se han presentado mil 490 conflictos entre órganos de gobierno y poderes del Estado, informó Olga Sánchez Cordero

·        El Poder Judicial ha sido  freno, no del cambio, sino de los excesos del autoritarismo que aún priva, sentenció.

 

En México el fenómeno de la politización de la justicia fue una constante derivada del régimen imperante, y ahora comienza a revertirse hacia la judicialización de la política, advirtió la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Olga Sánchez Cordero, quien señaló que de enero de 1995 a febrero de este año se han presentado mil 490 conflictos entre órganos de gobierno y poderes del Estado.

 

Al dictar la conferencia El Poder Judicial en tiempos de cambio en la Facultad de Derecho (FD) de la UNAM, indicó que cualquiera de los dos extremos –la judicialización de la política o la politización de la justicia– no son deseables en un sistema democrático.

 

El punto medio entre ambos, sentenció, sólo se alcanza si el sistema judicial ofrece condiciones que favorezcan equilibrio entre poderes, para impedir la actuación arbitraria del Estado.

 

Indicó que el Poder Judicial ha venido jugando un destacado papel no sólo como motor del cambio, sino también –de manera importante– como freno, no del cambio, sino de los excesos del autoritarismo que “aún priva en muchos de los campos en que nos movemos”.

 

Sánchez Cordero opinó que el derecho es el motor del cambio, pues sin él la economía, la política, la administración pública, son cuestiones amorfas; sin él, las frases son huecas, las acciones del gobierno inútiles y la promoción de ellas estéril.

 

La ministra aseveró que el cambio también radica en socializar  a los ciudadanos en el conocimiento del derecho, pues sin esa permeabilidad social de las leyes, las personas no conocen las instituciones jurídicas ni políticas, y por consecuencia, esa distorsión lleva a un mayor incumplimiento de la ley.

 

Indicó que el Poder Judicial de la Federación interviene en el rumbo del cambio de México, particularmente al resolver las controversias constitucionales, pues en ellas se equilibra  la ya de por sí difícil  relación entre derecho y política.

 

Reveló que como resultado de las reformas constitucionales de diciembre de 1994, que dotaron al Poder judicial  de la Federación de nuevas atribuciones y estructura, las controversias constitucionales adquirieron  un mayor auge.

 

De esta forma, de enero de  1995 –fecha cuando entró en vigor la reforma– a febrero del 2003 se presentaron 673 controversias constitucionales, 178 acciones de inconstitucionalidad y sus respectivos 639 recursos, lo que hace un total de mil 490 asuntos.

 

Explicó que debido a esta reforma, la Suprema Corte se perfila cada vez más como un Tribunal Constitucional o garante de la Constitución y, sobre todo, como el árbitro jurisdiccional que dirime conflictos antes no resueltos por esa vía.

 

De esta manera, indicó, la Corte ha ampliado las posibilidades de impugnación, vía la controversia constitucional, a casi todo tipo de normas jurídicas y actos, y de hecho se discute si podrían llegar a comprenderse incluso, las omisiones de las autoridades.

 

Al respecto, consideró que el cambio radical experimentado por la Suprema Corte, la han convertido en una especie de “fiel de la balanza” en la nueva relación entre poderes, pues actualmente busca limitarlos y asegurar la  libertad individual.

 

Abundó que la expansión del Poder judicial es un proceso irreversible en todas las democracias modernas y por lo tanto, se debe comenzar a pensar en las condiciones de control por si existiera alguna consecuencia negativa de la judicialización.

 

“Una democracia con un Poder Judicial fuerte, es sencillamente una democracia más fuerte, porque los derechos de los ciudadanos están mejor tutelados; pero una democracia con todos los poderes que la componen fuertes, es funcional”, indicó.

 

La justicia, por lo tanto, constituye la base de un orden social duradero y es el único medio para alcanzar  verdaderamente una estabilidad democrática, finalizó la magistrada.

 

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PIES DE FOTO

Foto 1

La ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Olga Sánchez Cordero, dictó la conferencia El Poder judicial en tiempos de cambio, en la Facultad de Derecho de la UNAM

Foto 2

Olga Sánchez Cordero, ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, explicó que el derecho es motor del cambio, al dictar la conferencia El Poder judicial en tiempos de cambio, en la UNAM