06:00 hrs. Junio 21 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-485

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

LA SOCIEDAD CIVIL NO CONSIDERA RESPONSABILIDAD PROPIA LA SEGURIDAD PÚBLICA: LUCÍA ÁLVAREZ

 

·        En la Ciudad de México es indispensable contar con una política de colaboración ciudadana, destacó la académica de la FCPyS

·        La mayor limitación para fortalecer la sociedad civil radica en la exclusión legal, económica y social de amplios sectores de la población, aseveró María del Carmen Roqueñí, profesora universitaria

·        El diseño de políticas públicas tiende a ser vertical, sostuvo Adolfo Sánchez Almanza, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM

 

Si bien en la actualidad se han diversificado las demandas de la ciudadanía y con ello los espacios para incidir en las políticas públicas, aún hay temas que la sociedad no asume como responsabilidad propia, como el de la seguridad pública, afirmó Lucía Álvarez Enríquez, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.

 

La académica subrayó en el auditorio “Ricardo Flores Magón” de la FCPyS, que a pesar de ser una preocupación social, las propuestas proceden de instancias institucionales que, a su vez, acuden a la ciudadanía para que se involucre, señaló.

 

En la mesa redonda Sociología Urbana la especialista en estudios políticos destacó que “hay algunas áreas que todavía no se consideran de competencia ciudadana, cuando en realidad se necesita una política de colaboración entre ciudadanos y autoridad”.

 

Ejemplo de ello, refirió, es que en los temas de vivienda y espacio público la ciudadanía exige acciones y participa en la elaboración de políticas públicas en estos rubros. A este respecto, la intervención de la sociedad civil en los problemas de la Ciudad de México, reconoció la socióloga, ha sido un factor fundamental para la democratización del régimen político y la vida local.

 

En estos ámbitos, indicó, se ha generado un mayor dinamismo para las transformaciones en el sistema, pues la sola presencia de los actores sociales lleva implícita una pluralización del espacio público.

 

En su oportunidad, María del Carmen Roqueñí, académica también de la FCPyS, consideró que la mayor limitación para fortalecer la sociedad civil radica en la exclusión legal, económica y social de amplios sectores de la población, entre ellos mujeres, indígenas y otros grupos vulnerables.

 

Recordó que durante gran parte de nuestra historia el sistema político ha impedido el desarrollo de una cultura cívica para establecer mecanismos de participación social y política.

 

En décadas pasadas, abundó, la lógica del régimen requería una ciudadanía sin autonomía que aceptara de manera tácita y pasiva las decisiones tomadas por la clase política, en vinculación directa con las cúpulas de asociaciones corporativas.

 

Por ello, subrayó, el pleno ejercicio de los derechos económicos, sociales y políticos de los ciudadanos; así como la existencia de oportunidades económicas y de progreso social, se convirtieron en demandas de la sociedad civil.

 

Asimismo, la especialista en estudios políticos consideró que los valores de la democracia deben ser la principal matriz cultural en la reestructuración institucional del régimen.

 

Las libertades individuales constituyen una condición imprescindible para el desarrollo de organizaciones civiles, plurales y activas para la construcción de una sociedad más solidaria y productiva, libre, segura y respetuosa de la diversidad, sostuvo.

 

Para que las reformas emprendidas por el gobierno sean viables deben contar con la participación de las fuerzas sociales y políticas organizadas; “no deben ser resultado de fórmulas creadas por tecnócratas o acuerdos en los que sólo intervengan las cúpulas de los principales partidos y de las asociaciones corporativas”, precisó.

 

Hoy, aseveró, es indispensable el diálogo entre sociedad, partidos y gobierno para orientar las políticas públicas y establecerlas firmemente en la colectividad.

 

En su oportunidad, Adolfo Sánchez Almanza, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, aseguró que el diseño de políticas públicas tiende a ser vertical y, por lo regular, en este proceso la participación ciudadana es nula; es decir, la sociedad civil no colabora y cuando lo hace es sólo como remanente, por el lado de la consulta popular, la evaluación o la supervisión.

 

Aunque el Estado está obligado a rendir cuentas, “la verdad es que la sociedad no se ha organizado lo suficiente para incidir en el diseño de esas políticas”, con ello, advirtió, la ingobernabilidad puede hacer su aparición.

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

Si bien en la actualidad se han diversificado las demandas de la ciudadanía y con ello los espacios para incidir en las políticas públicas, aún hay temas que la sociedad no asume, como el de la seguridad pública, afirmó Lucía Álvarez Enríquez, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.

 

 

Foto 2

María del Carmen Roqueñí, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), consideró que la mayor limitación para fortalecer la sociedad civil radica en la exclusión legal, económica y social de amplios sectores de la población, entre ellos mujeres, indígenas y otros grupos vulnerables.