13:00 hrs. Junio 19 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-477

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final de Boletín

 

POETAS CÉLEBRES MUEREN SIN SER LEÍDOS: EDUARDO LIZALDE

 

·        Mientras en los años 60 no se leía poesía en México, en la actualidad es posible observar el aumento considerable en el número de lectores de este género, indicó

·        El poeta suele encontrar el camino sólo después de mucho sufrimiento estético y literario, dijo

 

Ante la preferencia de la gente por leer narrativa en lugar de poesía, algunos de los grandes autores de ese género se vieron al borde de la tumba prácticamente sin haber sido leídos, afirmó el escritor Eduardo Lizalde, en la primera sesión del curso Ser poeta en México, realizado en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL).

 

Ser poeta en México implica las mismas dificultades que en cualquier parte del mundo, dijo Lizalde durante su participación en la sesión que forma parte de las actividades de la Cátedra Extraordinaria Maestros del Exilio Español.

 

El autor de El tigre en la casa, señaló que por lo regular la gente prefiere leer obra narrativa, en lugar de poesía. De hecho, señaló, algunos de los grandes autores de este género se vieron al borde de la tumba prácticamente sin haber sido leídos.

 

Tal es el caso de Ramón López Velarde. Sólo unos cuantos amigos cercanos, algunos especialistas y admiradores conocían su obra cuando acaeció su muerte, a los 33 años de edad: “Sin embargo, esto no sólo ocurrió con López Velarde, sino también con otros literatos contemporáneos mexicanos”, afirmó.

La narrativa, explicó, dispone de asideros y atractivos para el lector, es decir, cuenta anécdotas, describe personajes y escenarios, que la hacen más fácil de comprender, sobre todo entre un público no capacitado en el conocimiento de la literatura. En cambio, abundó, la poesía utiliza más bien un lenguaje abstracto, complejo y cerrado; los elementos descriptivos son menores y los valores poéticos requieren de cierta especialidad.

 

Sin embargo, prosiguió el también poeta, mientras en los años 60 no se leía poesía en México, en la actualidad es posible observar un aumento considerable en el número de lectores de este género. En este contexto, “una de las tareas más dolorosas y una de las empresas más dudosas que puede acometer un joven escritor es la de la poesía”. Quien opta por esta profesión, por lo regular no sabe si va a lograrlo, ni hacia dónde camina, aseveró en el Aula Magna de la FFyL.

 

Quienes desean ser poetas primero deben leer a los escritores que otras generaciones han celebrado y consumido y, por lo mismo, los recomiendan. Después, abundó, procurarán escribir textos que no se parezcan a los que han leído; en este sentido, encontrar un sendero propio es un problema grave para el creador, pues siempre se encuentra en el camino de la desorientación.

 

No es cierto que los jóvenes poetas pueden llegar a tener un enorme talento; la mayor parte de las veces la poesía se da generalmente en el periodo de la madurez, porque requiere de mucha formación y lectura, pero sobre todo, requiere de vida, “no se puede hablar sin suficiente vida en el tono con el que hablan los grandes poetas”, sostuvo.

 

Sin embargo, el poeta no sólo vive de lo que lee y se le enseña. Como solía decir Platón: “se puede enseñar técnica, prosodia y métrica con exactitud maravillosa a un grupo de alumnos, lo que no se les puede enseñar es el genio”, es decir, el talento natural para realizar cualquier actividad, acotó. Así, el poeta suele encontrar el camino sólo después de mucho sufrimiento estético y literario; aunque, aclaró, muchas veces nunca lo descubre.

 

Para quienes quieren dedicarse al arte de escribir poesía, Lizalde recomendó no entregarse a la práctica de leer lo que está de moda, porque “si no entendemos la tradición no podremos escribir, ni tener la capacidad de juzgar a otros autores”.

 

Finalmente, comentó que la poesía, aún la más original, es generacional, pues es producto de la convivencia cultural, vital, social, filosófica e ideológica del escritor. “Tal vez por eso, muchos poetas, vistos a la distancia, no son tan distintos unos de otros como ellos creían”, concluyó.

 

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FOTO 1

Ser poeta en México implica las mismas dificultades que serlo en cualquier parte del mundo, pues muchos poetas célebres murieron prácticamente, sin haber sido leídos, afirmó el escritor Eduardo Lizalde durante la primera sesión del curso Ser poeta en México, que se desarrolló en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM

 

FOTO 2

El poeta Eduardo Lizalde afirmó en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, que mientras en los años 60 no se leía poesía en México, en la actualidad es posible observar un aumento considerable en el número de lectores de este género.