Boletín UNAM-DGCS-469
Ciudad Universitaria
SE DETERIORARÁ LA CALIDAD DEL AIRE EN LA ZMCM POR CRECIMIENTO DE LA
POBLACIÓN Y DE LA ZONA URBANA
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Arón
Jazcilevich, del CCA, dijo que la orografía produce corrientes complejas que
influyen en el transporte de la contaminación, que podría afectar los valles
aledaños
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Empero,
cambios en el uso de suelo, como la recuperación parcial del lago de Texcoco,
ayudarían a mitigar, a escala local, el problema de la polución
Los crecimientos de población y área urbana deteriorarán
a futuro la calidad del aire de la zona metropolitana de la Ciudad de México,
aseguró Arón Jazcilevich Diamant, investigador del Centro de Ciencias de la
Atmósfera (CCA) de la UNAM.
Además, mencionó que la
orografía produce corrientes complejas que influyen en el transporte de la
contaminación, que podría afectar los valles aledaños. Una solución local
contra la polución sería la recuperación parcial del lago de Texcoco.
Tales señalamientos surgen de
la aplicación del Modelo de Calidad del Aire –Multiscale Climate and Chemistry
Model (MCCM)– en la región central de México. De hecho, es la primera vez que
se utiliza un patrón tan complejo en trabajos de planeación urbana y para
estudiar la polución atmosférica en esa área.
La herramienta, aplicada en
colaboración con el Instituto de Geografía, ha tenido diferentes usos, entre
ellos, la creación de un modelo que pronostica el comportamiento de los
contaminantes bajo diversas condiciones, como la recuperación parcial del lago
de Texcoco.
En el MCCM se introdujo un lago virtual para determinar
sus consecuencias. Con medidas de nueve por 27 kilómetros y ubicado en la
región más baja de la cuenca (para hacerlo viable), formaría una corriente de
viento de superficie entre las 10:00 y las 15:00 horas locales en un día de
alta contaminación. La corriente producida por el lago es como la que crea el
mar: emana de forma radial y durante la noche se registran temperaturas más
bajas en la tierra que en el agua.
Al comparar dos casos, en
donde existe el cuerpo de agua y donde no, se encuentra que en el primero
habría una concentración aproximada de 15 partes por millón de ozono, y de
hasta 17 partes por millón en el segundo. Es decir, en un día típico de altas
concentraciones contaminantes, “sería factible una reducción de ese agente en
la zona poblada de la ciudad de México, debido a las corrientes de aire que se
formarían; lo mismo ocurriría con el monóxido de carbono” enfatizó.
Jazcilevich aclaró que el lago, manejado en el modelo a
temperatura constante (el promedio climático del mes de febrero), ayudaría a
disminuir la contaminación urbana, aunque harían falta otro tipo de acciones.
Con un lago de menor tamaño,
incluso con la presencia de un aeropuerto, se seguiría produciendo un flujo
radial durante el día. Es decir, se podrían tener ventajas en la calidad del
aire. Por ello, sería muy útil recuperar
la superficie de ese cuerpo de agua.
No obstante, advirtió que
durante la noche habría una confluencia de los contaminantes por partículas,
por lo que se recomendaría que la zona a su alrededor estuviera poco poblada.
Otra de las aplicaciones del
MCCM, aseguró el investigador universitario, es la determinación de patrones de
corrientes de aire. Para este estudio, se eligió al monóxido de carbono como
trazador.
Así, se estableció que esas
corrientes son circulares, ascienden durante la tarde hasta alcanzar las
montañas que forman el valle y caen en la noche sobre la zona urbana, cuando el
ambiente se enfría.
Con el modelo, añadió, también
es posible visualizar cómo se transportan los contaminantes entre los
diferentes valles del centro de México: del DF a Chalco o Cuautla, durante la
madrugada. Empero, hace falta verificar este fenómeno.
El MCCM también se utilizó
para determinar el sitio idóneo donde se construiría el nuevo aeropuerto de la
Ciudad de México. Debe recordarse que el Gobierno Federal encargó a la UNAM el
estudio de impacto ambiental de esta construcción en Tizayuca y Texcoco.
Aron Jazcilevich, junto con
Javier Delgado, del Instituto de Geografía, y un grupo de expertos en calidad
del aire, fueron los encargados de determinar los escenarios urbanos para las
áreas de Tizayuca y Texcoco en el 2020. Según los expertos universitarios, la
mejor opción de construcción era Tizayuca, por contar con una menor exposición
a ozono.
Dichos escenarios revelaron
que en ambos casos, la mancha urbana tendería a desplazarse hacia la zona donde
se construyera la nueva terminal aérea. Así, hasta medio millón de personas
vivirían en las zonas aledañas al aeropuerto, atraídas por la actividad
económica.
A pesar de que ninguno de los
dos proyectos prosperó, los pronósticos revelaron que para el año 2020 se
registrará un crecimiento urbano sin planeación hacia la zona de Texcoco.
Además, la contaminación continuará expandiéndose por tres factores: el uso de
los mismos tipos de gasolina y diesel; el rápido crecimiento de la ciudad, y,
los efectos del dióxido de sulfuro, concluyó.
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FOTO 1
Los crecimientos de población y área
urbana deteriorarán a futuro la calidad del aire de la zona metropolitana de la
ciudad de México, afirmó Arón Jazcilevich, del Centro de Ciencias de la
Atmósfera.
FOTO 2
Arón Jazcilevich,
del Centro de Ciencias de la Atmósfera, explicó que para el año 2020 se
registrará un crecimiento urbano sin planeación hacia la zona de Texcoco.