12:00 hrs. Junio 18 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-469

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de fotos al final del boletín

 

SE DETERIORARÁ LA CALIDAD DEL AIRE EN LA ZMCM POR CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN Y DE LA ZONA URBANA

 

·        Arón Jazcilevich, del CCA, dijo que la orografía produce corrientes complejas que influyen en el transporte de la contaminación, que podría afectar los valles aledaños

·        Empero, cambios en el uso de suelo, como la recuperación parcial del lago de Texcoco, ayudarían a mitigar, a escala local, el problema de la polución

 

Los crecimientos de población y área urbana deteriorarán a futuro la calidad del aire de la zona metropolitana de la Ciudad de México, aseguró Arón Jazcilevich Diamant, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM.

 

Además, mencionó que la orografía produce corrientes complejas que influyen en el transporte de la contaminación, que podría afectar los valles aledaños. Una solución local contra la polución sería la recuperación parcial del lago de Texcoco.

 

Tales señalamientos surgen de la aplicación del Modelo de Calidad del Aire –Multiscale Climate and Chemistry Model (MCCM)– en la región central de México. De hecho, es la primera vez que se utiliza un patrón tan complejo en trabajos de planeación urbana y para estudiar la polución atmosférica en esa área.

 

La herramienta, aplicada en colaboración con el Instituto de Geografía, ha tenido diferentes usos, entre ellos, la creación de un modelo que pronostica el comportamiento de los contaminantes bajo diversas condiciones, como la recuperación parcial del lago de Texcoco.

 

En el MCCM se introdujo un lago virtual para determinar sus consecuencias. Con medidas de nueve por 27 kilómetros y ubicado en la región más baja de la cuenca (para hacerlo viable), formaría una corriente de viento de superficie entre las 10:00 y las 15:00 horas locales en un día de alta contaminación. La corriente producida por el lago es como la que crea el mar: emana de forma radial y durante la noche se registran temperaturas más bajas en la tierra que en el agua.

 

Al comparar dos casos, en donde existe el cuerpo de agua y donde no, se encuentra que en el primero habría una concentración aproximada de 15 partes por millón de ozono, y de hasta 17 partes por millón en el segundo. Es decir, en un día típico de altas concentraciones contaminantes, “sería factible una reducción de ese agente en la zona poblada de la ciudad de México, debido a las corrientes de aire que se formarían; lo mismo ocurriría con el monóxido de carbono” enfatizó.

 

Jazcilevich aclaró que el lago, manejado en el modelo a temperatura constante (el promedio climático del mes de febrero), ayudaría a disminuir la contaminación urbana, aunque harían falta otro tipo de acciones.

 

Con un lago de menor tamaño, incluso con la presencia de un aeropuerto, se seguiría produciendo un flujo radial durante el día. Es decir, se podrían tener ventajas en la calidad del aire. Por ello, sería muy útil recuperar  la superficie de ese cuerpo de agua.

 

No obstante, advirtió que durante la noche habría una confluencia de los contaminantes por partículas, por lo que se recomendaría que la zona a su alrededor estuviera poco poblada.

 

Otra de las aplicaciones del MCCM, aseguró el investigador universitario, es la determinación de patrones de corrientes de aire. Para este estudio, se eligió al monóxido de carbono como trazador.

 

Así, se estableció que esas corrientes son circulares, ascienden durante la tarde hasta alcanzar las montañas que forman el valle y caen en la noche sobre la zona urbana, cuando el ambiente se enfría.

 

Con el modelo, añadió, también es posible visualizar cómo se transportan los contaminantes entre los diferentes valles del centro de México: del DF a Chalco o Cuautla, durante la madrugada. Empero, hace falta verificar este fenómeno.

El MCCM también se utilizó para determinar el sitio idóneo donde se construiría el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México. Debe recordarse que el Gobierno Federal encargó a la UNAM el estudio de impacto ambiental de esta construcción en Tizayuca y Texcoco.

 

Aron Jazcilevich, junto con Javier Delgado, del Instituto de Geografía, y un grupo de expertos en calidad del aire, fueron los encargados de determinar los escenarios urbanos para las áreas de Tizayuca y Texcoco en el 2020. Según los expertos universitarios, la mejor opción de construcción era Tizayuca, por contar con una menor exposición a ozono.

 

Dichos escenarios revelaron que en ambos casos, la mancha urbana tendería a desplazarse hacia la zona donde se construyera la nueva terminal aérea. Así, hasta medio millón de personas vivirían en las zonas aledañas al aeropuerto, atraídas por la actividad económica.

 

A pesar de que ninguno de los dos proyectos prosperó, los pronósticos revelaron que para el año 2020 se registrará un crecimiento urbano sin planeación hacia la zona de Texcoco. Además, la contaminación continuará expandiéndose por tres factores: el uso de los mismos tipos de gasolina y diesel; el rápido crecimiento de la ciudad, y, los efectos del dióxido de sulfuro, concluyó.

 

 

 

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FOTO 1

Los crecimientos de población y área urbana deteriorarán a futuro la calidad del aire de la zona metropolitana de la ciudad de México, afirmó Arón Jazcilevich, del Centro de Ciencias de la Atmósfera.

 

FOTO 2

Arón Jazcilevich, del Centro de Ciencias de la Atmósfera, explicó que para el año 2020 se registrará un crecimiento urbano sin planeación hacia la zona de Texcoco.