16:30 hrs. Junio 12 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-454

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

REQUIERE MÉXICO ACUERDOS Y REFORMAS QUE FORTALEZCAN SUS PODERES PÚBLICOS: CAMACHO SOLÍS

 

·        El ex regente capitalino dijo que no basta con la alternancia en la presidencia, falta completar el cambio institucional

·        Al hablar en la Facultad de Economía, señaló que la voluntad política y la responsabilidad económica deben marchar en la misma dirección con metas moderadas

 

Sin respaldo social, sin instituciones de Estado y sin legitimidad, las decisiones para crecer son impracticables. Por eso, en México necesitamos “acuerdos y reformas que lleven a fortalecer los poderes públicos y a construir un Estado de Derecho”, afirmó Manuel Camacho Solís.

 

El economista y candidato a diputado por el Partido de la Revolución Democrática, señaló que en la actualidad, cuando han ocurrido avances democráticos en nuestro país, cada vez está más claro que no basta con la alternancia en la presidencia, sino que se requiere completar el cambio institucional.

 

Dijo que el arreglo político actual tiene problemas estructurales que deben resolverse “para que la política ayude a la economía, y no termine convirtiéndose en un obstáculo. El régimen debe reformarse para evitar la parálisis en la toma de decisiones”.

 

 

Al dictar la conferencia Hacia un modelo alternativo de política económica en el Aula Magna Jesús Silva Herzog de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM, el ex regente capitalino aseguró que México no ha crecido en las últimas décadas conforme a su potencial.

 

“Con las tendencias actuales nada asegura que sin crecimiento se podrá mantener la estabilidad o, incluso, que seremos capaces de hacer una reforma del Estado que consolide la democracia y dé sustento a una mayor efectividad de las políticas públicas, empezando por mejorar los resultados de la educación”, expresó.

 

La nación está ante el dilema de ser una economía más, que quede rezagada con un régimen político paralizado, “balcanizado” y presionado desde los extremos del autoritarismo y la anarquía. Debe replantearse con seriedad los pasos y los procesos que mejoren su futuro económico y su estabilidad política sobre bases diferentes a las que se han impulsado y que no han dado los resultados deseados.

 

Opinó que ante la comprensión del problema de falta de crecimiento y debilidad de las instituciones, se debe avanzar con una mente abierta: pensar en los nuevos equilibrios entre Estado y mercados, que pueden “desatorar” el desarrollo y esclarecer las estrategias que darían viabilidad a las decisiones necesarias para reactivar el crecimiento de la economía.

 

De ahí la importancia de considerar la viabilidad política de lo que se propone para la economía, y de alimentar el análisis con la reflexión sobre los efectos sociales de las acciones propuestas y el tipo de estrategias que podrían romper círculos viciosos.

 

Camacho Solís advirtió que sin respaldo social, sin instituciones de Estado y sin legitimidad, las decisiones para crecer son impracticables. “El proceso político para definir el rumbo y los contenidos de la economía, los acuerdos necesarios para instrumentar las decisiones y las reformas para lograr el adecuado funcionamiento de las instituciones democráticas van de la mano”.

 

En el México actual, democracia y desarrollo son necesarios, y volver a crecer exige esforzarse en aceptar lo que no funcionó y no adoptar ninguna “fórmula grandiosa” de solución, sino por el contrario, construir los apoyos políticos necesarios; pero sin una coalición social, política y legislativa ello no será factible.

Reconoció que ese problema es difícil, porque a la dificultad objetiva de crecer y financiar el crecimiento se agrega que las instituciones tienen un déficit de credibilidad. Por ello, no hay otro camino que aumentar la capacidad de respuesta política y económica en el corto plazo y evitar así, que el desaliento y la inconformidad bloqueen por completo ese proceso.

 

Propuso un enfoque “gradualista”, en buena medida pragmático en lo económico y político. Es indispensable una visión de equilibrio social más justo y una capacidad para convencer y negociar, llevar adelante los cambios institucionales y conseguir que los compromisos de las partes se mantengan mediante reformas a la Constitución y  a las leyes.

 

“La voluntad política y la responsabilidad económica deben marchar en la misma dirección con metas moderadas; ahí está la clave”, añadió el ex secretario de Relaciones Exteriores.

 

Finalmente, expuso que si un país es incapaz de tomar decisiones políticas y económicas está condenado a desaparecer. A pesar de los fracasos existe la posibilidad de hacer que la economía resurja sobre las bases de la sinceridad, aunque eso va a costar mucho.

 

Víctor Manuel Colina refirió, por su parte, que no se puede hablar de crecimiento cuando existen en el país 26 millones de mexicanos en extrema pobreza y 54 millones más en condiciones de pobreza, y cuando en materia de competitividad caímos del lugar 33 en el año 2000, al 45 en el 2002.

 

Para alcanzar un desarrollo sostenido y sustentable se requiere invertir en educación, ciencia y tecnología, dijo el profesor de la FE, y advirtió que nuestra economía se caracteriza por sostenerse con la venta de petróleo y las remesas que los migrantes envían de Estados Unidos, así como por el incremento del empleo informal, la evasión de impuestos y el deterioro de las finanzas públicas.

 

De manera urgente, dijo, se necesita una reforma fiscal integral, no para conseguir más recursos, sino para acabar con la terrible inequidad de un sistema lleno de excepciones, tratos especiales que esconde “regalos” a grupos de interés. Debe buscarse, ante todo, la transparencia y eficiencia de la gestión pública, finalizó.

 

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Foto 1

 

Nada asegura que sin crecimiento económico se pueda mantener la estabilidad o alcanzar la reforma del Estado para consolidar la democracia, dijo el economista Manuel Camacho Solís en la Facultad de Economía de la UNAM.

 

 

Foto 2

 

Víctor Manuel Colina, profesor de la Facultad de Economía de la UNAM, aseguró que en México no se puede hablar de crecimiento cuando existen 26 millones de personas en extrema pobreza y otros 54 millones más en pobreza.