Boletín UNAM-DGCS-407
Ciudad
Universitaria
Pies de fotos al final del boletín
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Los aditivos alimentarios tienen la
finalidad de que los alimentos procesados tengan una vida de anaquel más
prolongada
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Entre estos microingredientes se encuentran
los conservadores, potenciadores de sabor y colorantes
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Su uso exige
un manejo correcto, adecuadas prácticas de manufactura, con alimentos de
calidad, y una actitud ética y profesional, afirmó Hugo Rubén Carreño Ortiz, profesor de la Facultad de Química de
la UNAM
Todos los comestibles
procesados tienen algún aditivo, por lo tanto es incorrecto afirmar que éstos
son dañinos para la salud, esta aseveración denota desconocimiento, afirmó Hugo
Rubén Carreño Ortiz, profesor de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM, y
coordinador académico del Diplomado en
Aditivos Alimentarios que se impartirá en la Sede Tacuba de la FQ, del 28
de mayo al 11 de julio del presente año.
Los aditivos alimentarios,
explicó el catedrático y vicepresidente de la División de Sabores en la empresa
Takasago de México, son microingredientes de origen natural o artificial, que
se utilizan para que los comestibles procesados tengan una vida de anaquel más
prolongada y se distribuyan en lugares lejanos.
Dentro de ellos, enlistó, se
encuentran los conservadores, colorantes y
potenciadores o modificadores de sabor. A escala industrial, se pueden
utilizar alrededor de 300 aditivos para alimentos procesados, como los lácteos,
derivados de cereales y carne, e infantiles, dependiendo del país que permita
su uso y de la reglamentación del Codex
Alimentarius y de diversos grupos de expertos.
De acuerdo con la explicación
del experto, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO) es la instancia internacional encargada de comprobar la
inocuidad de los aditivos, mediante estudios toxicológicos y sanitarios.
Asimismo, la legislación
mexicana maneja 18 grupos de aditivos; a diferencia de Europa y Estados Unidos.
Las clasificaciones se basan en su utilización, pudiendo un mismo aditivo tener
diversos usos y clasificaciones. De cualquier forma, señaló Carreño Ortiz, su
uso exige un manejo correcto, adecuadas prácticas de manufactura, con alimentos
de calidad, y una actitud ética y profesional.
Nuestro país, advirtió el
experto, debe ser capaz de producir alimentos de calidad, cuyo valor aumente
por el uso de sustancias sujetas a patentes y secreto tecnológico. En este
sentido, la reglamentación mexicana debe interactuar con la de nuestros principales
socios comerciales, como Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, “ya que nos
hemos dado cuenta que la prohibición o no de algunos aditivos, es una barrera
no arancelaria, un obstáculo técnico para evitar que entren productos de otros
países en grandes cantidades”, afirmó.
No obstante, prosiguió el
especialista, “estamos creciendo hacia otros mercados, cuya legislación no es
tan específica, sino más bien abierta, por lo que no tenemos problema para
exportar a países árabes, China y los del antiguo bloque socialista”.
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PIES DE FOTO
Foto 1
Todos los comestibles procesados
tienen algún aditivo, por lo tanto es incorrecto afirmar que son dañinos para
la salud, sostuvo Hugo Rubén Carreño Ortiz, profesor de la Facultad de Química
de la UNAM.
Foto 2
Los aditivos alimentarios tienen la finalidad de que los alimentos procesados tengan una vida de anaquel más prolongada, señaló Hugo Rubén Carreño Ortiz, coordinador académico del Diplomado en Aditivos Alimentarios que impartirá la Facultad de Química de la UNAM.