06:00 hrs. Mayo 19 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-382

Ciudad Universitaria

 

SOBREPOBLACIÓN DEL 25% EN LOS RECLUSORIOS DEL DISTRITO FEDERAL: HÉCTOR CÁRDENAS SAN MARTÍN

 

·        El director general de Prevención y Readaptación Social del Distrito Federal comentó que este es uno de los problemas principales que se tiene en todo el país

·        Una forma para resolver dicha situación son las penas sustitutivas de prisión, como la obligación de realizar trabajo comunitario, asistir a la escuela o capacitarse para el empleo, dijo en la FCPyS

·        La entrada en vigor del nuevo Código Penal del DF permitió que aproximadamente 3 mil 500 internos obtuvieran su libertad

 

El sistema penitenciario del Distrito Federal registra el 25% de sobrepoblación en sus ocho centros de readaptación, los cuales están diseñados para albergar a 16 mil internos, y en la actualidad tienen poco más de 20 mil 150 reos, señaló Héctor Cárdenas San Martín, director general de Prevención y Readaptación Social del Distrito Federal.

 

El funcionario dijo que el exceso de internos provoca el hacinamiento; es decir, si una celda fue diseñada para cinco personas en ella viven ocho, nueve o hasta 10, lo que incide en situaciones de molestia, actitudes agresivas, riñas, inseguridad y que los programas de rehabilitación no sean tan eficaces como se requiere.

 

Al dictar la videoconferencia “Sobrepoblación: propuestas y planteamientos para darle solución”, dentro del ciclo Vidas en encierro: la realidad del sistema penitenciario, subrayó que este fenómeno es uno de los problemas principales que se tienen no sólo en el Distrito Federal, sino en casi todas las entidades del país.

 

 

En la Sala “Isabel y Ricardo Pozas” de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, refirió que una de las formas para resolver en gran medida la sobrepoblación son las penas sustitutivas de prisión.  “Hay delitos menores, por querella o imprudencias, que quien los comete no necesariamente tendría que ir a prisión”.

 

Agregó que penas como la obligación de realizar trabajo comunitario, asistir a una escuela, capacitarse para el trabajo o prestar servicio social en un hospital o un asilo de ancianos, podrían sustituir a la prisión en delitos menores, sobre todo en el caso de delincuentes primerizos.

 

Otra de las formas, continuó, sería establecer un procedimiento de mediación. A través de este sistema, las partes involucradas en infracciones menores como las de carácter patrimonial (daño en propiedad ajena o los relacionados con el tránsito de vehículos), podrían llegar a un acuerdo a través de un mediador, lo que evitaría que acudieran a los tribunales.

 

Ambos procedimientos darían como resultado que miles de individuos no tuvieran necesidad de ingresar a una cárcel. Además, los beneficios serían extraordinarios para la sociedad en general y para las personas envueltas en este tipo de situaciones, las cuales no tienen un perfil delincuencial, sino que por error o imprudencia se inmiscuyeron en algún delito.

 

En cuanto a la población por reclusorio, Cárdenas San Martín detalló que el Preventivo Varonil Norte tiene 6 mil 942 internos, de los cuales 6 mil 72 son del fuero común y 870 del federal; en el Femenil Norte hay 363 internas, 237 del fuero común y 126 del federal; en el Varonil Sur viven 3 mil 884, 2 mil 800 del fuero común y mil 84 del federal.

 

Asimismo el Centro de Atención a Internos con Desequilibrio Mental tiene 155 internos, 150 del fuero común y 5 del federal; el Varonil Oriente cuenta con 7 mil 111 internos, de los cuales 5 mil 697 son del fuero común y mil 414 del federal; en el Femenil Oriente hay 473 mujeres, 225 del fuero común y 248 del federal.

 

En la Penitenciaría del DF, donde hay exclusivamente sentenciados ejecutoriados, hay mil 22 internos, de los cuales 957 son del fuero común y 72 del fuero federal; y por último el Centro Femenil de Tepepan, donde están las sentenciadas ejecutoriadas, es habitado por 223 internas, de las cuales 194 son del fuero común y 29 del federal.

 

Resaltó que la población de internos en el Distrito Federal es importante, en volumen y en problemas. De hecho, los dos principales reclusorios son “ciudades amuralladas” donde se dan todo tipo de situaciones, hay múltiples áreas y, en realidad, se lleva a cabo la convivencia de una ciudad pequeña, ya que de acuerdo con el INEGI se considera como ciudad una población de más de 3 mil habitantes.

 

Comentó que con la entrada en vigor del nuevo Código Penal del Distrito Federal (13 de noviembre de 2002), algunas reformas permitieron adecuar penas para ciertos delitos. Gracias a ello, aproximadamente 3 mil 500 internos obtuvieron su libertad.

 

Así, antes de que el nuevo ordenamiento estuviera vigente, los reclusorios del Distrito Federal llegaron a albergar 23 mil 700 internos. Pero con las adecuaciones y el programa de preliberaciones disminuyó a 20 mil.

 

De hecho, añadió, se calculaba que de seguir con la tendencia de crecimiento del número de internos en estas cárceles, para el 2006 en el Distrito Federal se tendría una población cercana a los 40 mil internos, ya que tan sólo de 1995 a 2000 ésta se había duplicado.

 

Aseguró que si no se incide sobre las causas que originan esta sobrepoblación sería necesario construir cárceles nuevas cada dos años.

 

En la actualidad se edifican dos nuevos reclusorios en Santa Martha Acatitla: uno varonil, con capacidad para 2 mil 360 internos con un costo de alrededor de 500 millones de pesos, lugar al que serán trasladados los prisioneros del fuero federal, y otro femenil con capacidad para mil 61 mujeres.

 

 

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