11:00 hrs. Mayo 14 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-367

Ciudad Universitaria

 

 

CONTROL DE PESO Y GRASA CORPORAL, FUNDAMENTALES PARA EL CICLO REPRODUCTIVO FEMENINO

 

·        Cada día se descubren nuevos mecanismos de regulación del ovario y del útero, lo que ha permitido conocer las causas de la concepción, la infertilidad y otros procesos de fecundación

·        El ciclo vital del ovario implica cuatro etapas: embrionario-fetal; infancia; vida sexual reproductiva y declinación o menopausia

 

Cada día se descubren nuevos mecanismos de regulación del ovario y del útero, lo que ha permitido conocer las causas de la concepción, la infertilidad y de otros procesos involucrados en la fecundación, afirmó Francisco López Mejía, académico de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán (FESC).

 

Al exponer la conferencia “Morfología y fisiología macroscópica y microscópica del aparato reproductor femenino”, indicó que la función principal del ovario es preservar la especie, mediante la producción cíclica de un óvulo capaz de ser fertilizado; asimismo, el ciclo vital del ovario implica cuatro etapas: embrionario-fetal; infancia; vida sexual reproductiva y declinación o menopausia.

 

Estudios en torno al ciclo reproductivo han determinado que, para que éste inicie, la mujer debe contar con cierto peso y grasa corporal, sin embargo, hoy en día las jóvenes prefieren estar esbeltas a causa de la moda, presentando en muchas ocasiones cierto grado de desnutrición, al tiempo que alteran sus funciones hormonales.

 

De acuerdo con el académico, la disfunción se debe a que las gonadotropinas requieren de proteínas para su funcionamiento y varios reguladores ováricos son básicamente proteínas, por lo que una ingesta insuficiente de éstas puede alterar su funcionamiento.

 

Las hormonas esteroides, son grasas y lípidos y si no se cuenta con una alimentación adecuada, que proporciona la energía suficiente, se ven disminuidas sus funciones, provocando el retraso de los mecanismos de la reproducción.

 

Con respecto al ciclo ovárico, precisó que éste dura en promedio 28 días y se divide en dos fases: la folicular y la lútea; la primera inicia en el primer día de sangrado menstrual, por acción de la hormona folículo estimulante; en ésta varios folículos son “secuestrados” y sólo uno alcanza la madurez entre los días siete y nueve, para ser expulsado el día 14 acompañado de células llamadas del cúmulo.

 

En la etapa embrionario-fetal, las ovogonias o células germinales se multiplican por mitosis; a partir del quinto mes ocurre la primera división meiótica, formando los folículos primordiales que en su inicio pueden oscilar entre seis y siete millones, muchos de los cuales sufren muerte no tóxica –atresia- provocando que al nacer, el bebé de sexo femenino sólo tenga de uno o dos millones de folículos.

 

Durante la infancia, los folículos siguen evolucionando sin alcanzar la maduración preovulatoria; persiste el fenómeno de atresia, lo que ocasiona que al llegar a la pubertad o menarca –primer sangrado menstrual– existan en los ovarios sólo alrededor de 50 mil folículos.

 

En la etapa de vida sexual reproductiva se generan las gonadotropinas que estimulan al ovario para que produzca y libere óvulos capaces de ser fecundados, así como estrógenos y progesterona, que permiten a los órganos prepararse para la gestación.

 

La declinación o menopausia, que ocurre alrededor de los cincuenta años, es cuando cesa la función del ovario por pérdida de folículos; durante esta etapa no se producen hormonas y los tejidos blancos sufren atrofia.

 

El ovario, prosiguió López Mejía, está formado por un tejido en constante transformación y cuenta con estructuras multicompartimentales como son: el ovocito, rodeado por su zona pelúcida; las células de la granulosa, en donde se realiza la síntesis de diversas proteínas, y las células del estroma, que se convierten en Células de la Teca que llevan a cabo la producción, a partir del colesterol, de andrógenos, precursores de estrógenos.

 

Con la ovulación se inicia la fase lútea por estímulo de la hormona leutineizante y el resto del folículo que albergaba al óvulo se reorganiza, se vasculariza y a partir del colesterol que incluye la sangre, forma el cuerpo amarillo que sintetiza y libera progesterona y estrógenos; si no existe fecundación, el cuerpo lúteo se convierte en una cicatriz llamada cuerpo blanco. En este caso la secreción de hormonas disminuye y la mucosa se descama presentándose el sangrado menstrual.

 

-0o0-