Boletín UNAM-DGCS-367
Ciudad Universitaria
CONTROL DE PESO Y GRASA CORPORAL, FUNDAMENTALES PARA EL CICLO REPRODUCTIVO FEMENINO
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Cada día se descubren nuevos mecanismos de
regulación del ovario y del útero, lo que ha permitido conocer las causas de la
concepción, la infertilidad y otros procesos de fecundación
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El ciclo vital del ovario implica cuatro
etapas: embrionario-fetal; infancia; vida sexual reproductiva y declinación o
menopausia
Cada día se descubren nuevos
mecanismos de regulación del ovario y del útero, lo que ha permitido conocer
las causas de la concepción, la infertilidad y de otros procesos involucrados
en la fecundación, afirmó Francisco López Mejía, académico de la Facultad de
Estudios Superiores Cuautitlán (FESC).
Al exponer la conferencia “Morfología y fisiología
macroscópica y microscópica del aparato reproductor femenino”, indicó que la
función principal del ovario es preservar la especie, mediante la producción
cíclica de un óvulo capaz de ser fertilizado; asimismo, el ciclo vital del
ovario implica cuatro etapas: embrionario-fetal; infancia; vida sexual
reproductiva y declinación o menopausia.
Estudios en torno al ciclo reproductivo han determinado
que, para que éste inicie, la mujer debe contar con cierto peso y grasa corporal,
sin embargo, hoy en día las jóvenes prefieren estar esbeltas a causa de la
moda, presentando en muchas ocasiones cierto grado de desnutrición, al tiempo
que alteran sus funciones hormonales.
De acuerdo con el académico, la disfunción se debe a que
las gonadotropinas requieren de proteínas para su funcionamiento y varios
reguladores ováricos son básicamente proteínas, por lo que una ingesta
insuficiente de éstas puede alterar su funcionamiento.
Las hormonas esteroides, son grasas y lípidos y si no se
cuenta con una alimentación adecuada, que proporciona la energía suficiente, se
ven disminuidas sus funciones, provocando el retraso de los mecanismos de la
reproducción.
Con respecto al ciclo ovárico, precisó que éste dura en
promedio 28 días y se divide en dos fases: la folicular y la lútea; la primera
inicia en el primer día de sangrado menstrual, por acción de la hormona
folículo estimulante; en ésta varios folículos son “secuestrados” y sólo uno
alcanza la madurez entre los días siete y nueve, para ser expulsado el día 14
acompañado de células llamadas del cúmulo.
En la etapa embrionario-fetal, las ovogonias o células
germinales se multiplican por mitosis; a partir del quinto mes ocurre la
primera división meiótica, formando los folículos primordiales que en su inicio
pueden oscilar entre seis y siete millones, muchos de los cuales sufren muerte
no tóxica –atresia- provocando que al nacer, el bebé de sexo femenino sólo
tenga de uno o dos millones de folículos.
Durante la infancia, los folículos siguen evolucionando
sin alcanzar la maduración preovulatoria; persiste el fenómeno de atresia, lo
que ocasiona que al llegar a la pubertad o menarca –primer sangrado menstrual–
existan en los ovarios sólo alrededor de 50 mil folículos.
En la etapa de vida sexual reproductiva se generan las
gonadotropinas que estimulan al ovario para que produzca y libere óvulos
capaces de ser fecundados, así como estrógenos y progesterona, que permiten a
los órganos prepararse para la gestación.
La declinación o menopausia, que ocurre alrededor de los
cincuenta años, es cuando cesa la función del ovario por pérdida de folículos;
durante esta etapa no se producen hormonas y los tejidos blancos sufren
atrofia.
El ovario, prosiguió López Mejía, está formado por un
tejido en constante transformación y cuenta con estructuras
multicompartimentales como son: el ovocito, rodeado por su zona pelúcida; las
células de la granulosa, en donde se realiza la síntesis de diversas proteínas,
y las células del estroma, que se convierten en Células de la Teca que llevan a
cabo la producción, a partir del colesterol, de andrógenos, precursores de
estrógenos.
Con la ovulación se inicia la fase lútea por estímulo de
la hormona leutineizante y el resto del folículo que albergaba al óvulo se reorganiza,
se vasculariza y a partir del colesterol que incluye la sangre, forma el cuerpo
amarillo que sintetiza y libera progesterona y estrógenos; si no existe
fecundación, el cuerpo lúteo se convierte en una cicatriz llamada cuerpo
blanco. En este caso la secreción de hormonas disminuye y la mucosa se descama
presentándose el sangrado menstrual.
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