15:30 hrs. Mayo 12 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-359

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de foto al final del boletín

 

ES MAYOR EN LATINOAMÉRICA LA DESIGUALDAD CIENTÍFICO-TECNOLÓGICA QUE LA ECONÓMICA

 

 

·        Se inauguró el Módulo 1 de la “Cátedra México. Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación (CTS+I)”

·        José Antonio López, responsable del mismo, refirió que la ciencia y la tecnología son asignaturas pendientes en AL, que en su conjunto padece una debilidad estructural relativa a recursos humanos, financieros, organizativos e institucionales

·        Un gran número de instituciones de educación superior privadas no cuentan con carreras científicas ni realizan investigación

 

 

En Latinoamérica (LA), la desigualdad científico-tecnológica respecto de otras regiones es mayor que la económica. Además, LA tiene los menores índices de inversión en educación del resto del planeta, afirmó José Antonio López Cerezo, responsable académico del Módulo 1 de la “Cátedra México. Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación (CTS+I)” que hoy fue inaugurada.

 

En el aula magna de la Facultad de Filosofía y Letras (FFL) de la UNAM, refirió que también dentro de AL existen marcadas diferencias entre países con respecto a la inversión en esos rubros, de acuerdo con datos del último Informe Mundial sobre la Ciencia.

 

Así, Brasil y Cuba invierten 0.8 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB); mientras que El Salvador o Perú no alcanzan el 0.1 por ciento; en algunos casos, incluso, las tendencias son decrecientes, como en Ecuador.

 

En la región el presupuesto público es utilizado, en términos generales, para financiar alrededor de dos terceras partes de la investigación y el desarrollo, cuando en las naciones industriales el mismo porcentaje corresponde a las empresas.

 

De tal manera, la ciencia y la tecnología son todavía asignaturas pendientes, en especial, en esta parte del continente americano, que en su conjunto padece una debilidad estructural relativa a recursos humanos, financieros, organizativos e institucionales.

 

López Cerezo agregó que hoy se vive un estado de cosas inquietante, “dado el papel que tienen la ciencia y la tecnología en el desarrollo económico y social de nuestros países”.

 

Las naciones de Iberoamérica, abundó, han hecho un gran esfuerzo por alcanzar el nivel de desarrollo, empero, todavía es insuficiente. “Las condiciones económicas de la región limitan de forma severa los gastos en investigación y desarrollo, pero si no se hace un esfuerzo mayor se corre el peligro de aumentar las distancias y alejarnos de los centros de decisión mundiales”, argumentó.

 

Es en este marco general donde se perfila el trabajo de cooperación de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) para la Educación, la Ciencia y la Cultura, y la reflexión para esta Cátedra que organizan, de manera conjunta, el propio organismo e instituciones como la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Autónoma Metropolitana, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y diversos Institutos Tecnológicos.

 

José Antonio López agregó que mientras en los países desarrollados la población estudiantil universitaria es cercana al 50 por ciento con respecto de su grupo de edad, en Latinoamérica es de 17 por ciento –considerando que el número de licenciados se duplicó en la década pasada-. Pero en el año 2000, 75 por ciento de ellos obtuvieron su grado en áreas de humanidades, ciencias sociales y médicas, y apenas 22 por ciento estudió ciencias naturales, exactas o ingeniería.

 

 

Asimismo, debería tomarse en cuenta el gran número de instituciones de educación superior privadas que no cuentan con carreras científicas, no realizan investigación y tienen un gasto por alumno incompatible con una educación de calidad.

 

En AL el número de investigadores per cápita es 10 veces menor que en los países industrializados. La cifra total sobrepasa los 125 mil científicos de jornada completa, ubicados en su mayoría en Brasil, seguido por México y Argentina.

 

Pero no sólo son pocos y están mal distribuidos, sino que casi todos son hombres; de cada 10, sólo dos o tres son mujeres, “lo cual significa que estamos excluyendo del sistema de ciencia y tecnología a prácticamente la mitad de la población”, aseveró.

 

Otro problema es que el mercado de trabajo ofrece pocas oportunidades, siendo el Estado el empleador casi único, al concentrar 70 por ciento del trabajo en las universidades; “no hay una demanda socioeconómica apreciable para la ciencia y la tecnología, y la vinculación entre la investigación científica y el sistema productivo es débil y esporádica, de corto plazo”, agregó.

 

Dijo que aunque el desarrollo científico y tecnológico es la piedra angular de la innovación, no es suficiente para que el desarrollo se produzca.

 

El avance del conocimiento no implica inexorablemente la creación de riqueza: es necesaria una estrecha vinculación universidad-industria-gobierno, basada en la cooperación institucional y en la diversificación de las fuentes de financiamiento. Sólo así aspiraremos a convertir la ciencia y la tecnología en verdaderos instrumentos para el desarrollo, finalizó López Cerezo.

 

Por su parte, Ambrosio Velasco, director de la FFL, acompañado por Rosaura Ruiz, directora general de Estudios de Posgrado de la UNAM, afirmó que la “Cátedra México. Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación (CTS+I)” es parteaguas en el desarrollo de los estudios sobre ciencia y tecnología.

 

 

Mediante ella, los trabajos realizados tradicionalmente en la UNAM se enriquecen y dan respuesta a un reto urgente: el de reconocer e integrar la enseñanza e investigación con el análisis de los contextos sociales, culturales, políticos y económicos del desarrollo científico y tecnológico.

 

Se trata de factores que inciden en el progreso de toda nación; sin embargo, estos temas han estado alejados de una reflexión interdisciplinaria que conjugue los esfuerzos de científicos y tecnólogos, así como de humanistas. “La Cátedra se propone integrar estos estudios con un enfoque que unifique ambas culturas”, indicó.

 

Ello representa una urgencia académica y política, porque al ubicar a la ciencia en su contexto más amplio se puede reflexionar sobre sus efectos en la distribución del ingreso y el ejercicio del poder en la toma de decisiones referentes a la economía, la población, la industria, la ecología, etcétera. De tal forma, se espera que tal actividad “repercuta en un desarrollo económico y social más justo y en una vida política más democrática”, dijo.

 

En su oportunidad, Patricia Pernas, directora de la Oficina Regional de la OEI en México, explicó que con la Cátedra se trata de promover la comprensión de la ciencia y tecnología, prestando la atención debida a aspectos sociales y dilemas éticos, así como a su papel en el avance económico y social de nuestros países.

 

Es un campo interdisciplinario que recoge aportaciones de la filosofía, la historia, la sociología, le economía, la gestión pública, la tecnología y la ciencia a favor de la sociedad.

 

Refirió que el capítulo mexicano tendrá peculiaridades; por ejemplo, se bordará un nuevo tema, el de “La ciencia y la tecnología para el desarrollo sustentable. Evaluación y preservación de ecosistemas”, además de incorporar las videoconferencias.

 

Finalmente, León Olivé, miembro del Comité Académico de la Cátedra, aseguró que la ciencia y la tecnología son mal comprendidas, por lo que son urgentes más y mejores análisis de esos sistemas en las escalas global, nacional y regional, y su relación con el resto de la sociedad, así como nuevas formas de comunicación, más allá de la divulgación científica.

 

 

 

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Foto 01

La economía en Latinoamérica limita el gasto en investigación y desarrollo, pero si no se hace un esfuerzo mayor por invertir en ellos se corre el peligro de alejarse de los centros de decisión mundiales, aseguró José Antonio López Cerezo, responsable de la “Cátedra México. Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación”.

 

 

Foto 02

Ambrosio Velasco, director de la FFL, afirmó que la “Cátedra México. Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación (CTS+I)” inaugurada esta mañana en esa dependencia, representa un parteaguas en el desarrollo de los estudios sobre ciencia y tecnología.

 

Foto 03

En el aula magna de la Facultad de Filosofía y Letras se inauguró la “Cátedra México. Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación (CTS+I)”, organizada de manera conjunta por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) para la Educación, la Ciencia y la Cultura, y diversas instituciones de educación superior como la UNAM.