Boletín UNAM-DGCS-359
Ciudad Universitaria
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ES MAYOR EN LATINOAMÉRICA LA DESIGUALDAD CIENTÍFICO-TECNOLÓGICA QUE LA ECONÓMICA
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Se inauguró el Módulo 1 de la “Cátedra
México. Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación (CTS+I)”
·
José Antonio López, responsable del mismo,
refirió que la ciencia y la tecnología son asignaturas pendientes en AL, que en
su conjunto padece una debilidad estructural relativa a recursos humanos,
financieros, organizativos e institucionales
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Un gran número de instituciones de educación
superior privadas no cuentan con carreras científicas ni realizan investigación
En Latinoamérica (LA), la
desigualdad científico-tecnológica respecto de otras regiones es mayor que la
económica. Además, LA tiene los menores índices de inversión en educación del
resto del planeta, afirmó José Antonio López Cerezo, responsable académico del
Módulo 1 de la “Cátedra México. Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación
(CTS+I)” que hoy fue inaugurada.
En el aula magna de la Facultad de Filosofía y Letras
(FFL) de la UNAM, refirió que también dentro de AL existen marcadas diferencias
entre países con respecto a la inversión en esos rubros, de acuerdo con datos
del último Informe Mundial sobre la Ciencia.
Así, Brasil y Cuba invierten 0.8 por ciento de su
Producto Interno Bruto (PIB); mientras que El Salvador o Perú no alcanzan el
0.1 por ciento; en algunos casos, incluso, las tendencias son decrecientes,
como en Ecuador.
En la región el presupuesto público es utilizado, en
términos generales, para financiar alrededor de dos terceras partes de la
investigación y el desarrollo, cuando en las naciones industriales el mismo
porcentaje corresponde a las empresas.
De tal manera, la ciencia y la tecnología son todavía
asignaturas pendientes, en especial, en esta parte del continente americano,
que en su conjunto padece una debilidad estructural relativa a recursos
humanos, financieros, organizativos e institucionales.
López Cerezo agregó que hoy se vive un estado de cosas
inquietante, “dado el papel que tienen la ciencia y la tecnología en el
desarrollo económico y social de nuestros países”.
Las naciones de Iberoamérica, abundó, han hecho un gran
esfuerzo por alcanzar el nivel de desarrollo, empero, todavía es insuficiente.
“Las condiciones económicas de la región limitan de forma severa los gastos en
investigación y desarrollo, pero si no se hace un esfuerzo mayor se corre el
peligro de aumentar las distancias y alejarnos de los centros de decisión
mundiales”, argumentó.
Es en este marco general donde se perfila el trabajo de
cooperación de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) para la
Educación, la Ciencia y la Cultura, y la reflexión para esta Cátedra que
organizan, de manera conjunta, el propio organismo e instituciones como la
UNAM, el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Autónoma Metropolitana,
el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la Universidad Michoacana de San
Nicolás de Hidalgo y diversos Institutos Tecnológicos.
José Antonio López agregó que mientras en los países desarrollados
la población estudiantil universitaria es cercana al 50 por ciento con respecto
de su grupo de edad, en Latinoamérica es de 17 por ciento –considerando que el
número de licenciados se duplicó en la década pasada-. Pero en el año 2000, 75
por ciento de ellos obtuvieron su grado en áreas de humanidades, ciencias
sociales y médicas, y apenas 22 por ciento estudió ciencias naturales, exactas
o ingeniería.
Asimismo, debería tomarse en cuenta el gran número de
instituciones de educación superior privadas que no cuentan con carreras
científicas, no realizan investigación y tienen un gasto por alumno
incompatible con una educación de calidad.
En AL el número de investigadores per cápita es 10 veces
menor que en los países industrializados. La cifra total sobrepasa los 125 mil
científicos de jornada completa, ubicados en su mayoría en Brasil, seguido por
México y Argentina.
Pero no sólo son pocos y están mal distribuidos, sino que
casi todos son hombres; de cada 10, sólo dos o tres son mujeres, “lo cual
significa que estamos excluyendo del sistema de ciencia y tecnología a
prácticamente la mitad de la población”, aseveró.
Otro problema es que el mercado de trabajo ofrece pocas
oportunidades, siendo el Estado el empleador casi único, al concentrar 70 por
ciento del trabajo en las universidades; “no hay una demanda socioeconómica
apreciable para la ciencia y la tecnología, y la vinculación entre la
investigación científica y el sistema productivo es débil y esporádica, de
corto plazo”, agregó.
Dijo que aunque el desarrollo científico y tecnológico es
la piedra angular de la innovación, no es suficiente para que el desarrollo se
produzca.
El avance del conocimiento no implica inexorablemente la
creación de riqueza: es necesaria una estrecha vinculación universidad-industria-gobierno,
basada en la cooperación institucional y en la diversificación de las fuentes
de financiamiento. Sólo así aspiraremos a convertir la ciencia y la tecnología
en verdaderos instrumentos para el desarrollo, finalizó López Cerezo.
Por su parte, Ambrosio Velasco, director de la FFL,
acompañado por Rosaura Ruiz, directora general de Estudios de Posgrado de la
UNAM, afirmó que la “Cátedra México. Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación
(CTS+I)” es parteaguas en el desarrollo de los estudios sobre ciencia y
tecnología.
Mediante ella, los trabajos realizados tradicionalmente
en la UNAM se enriquecen y dan respuesta a un reto urgente: el de reconocer e
integrar la enseñanza e investigación con el análisis de los contextos sociales,
culturales, políticos y económicos del desarrollo científico y tecnológico.
Se trata de factores que inciden en el progreso de toda
nación; sin embargo, estos temas han estado alejados de una reflexión
interdisciplinaria que conjugue los esfuerzos de científicos y tecnólogos, así
como de humanistas. “La Cátedra se propone integrar estos estudios con un
enfoque que unifique ambas culturas”, indicó.
Ello representa una urgencia académica y política, porque
al ubicar a la ciencia en su contexto más amplio se puede reflexionar sobre sus
efectos en la distribución del ingreso y el ejercicio del poder en la toma de
decisiones referentes a la economía, la población, la industria, la ecología,
etcétera. De tal forma, se espera que tal actividad “repercuta en un desarrollo
económico y social más justo y en una vida política más democrática”, dijo.
En su oportunidad, Patricia Pernas, directora de la
Oficina Regional de la OEI en México, explicó que con la Cátedra se trata de
promover la comprensión de la ciencia y tecnología, prestando la atención
debida a aspectos sociales y dilemas éticos, así como a su papel en el avance
económico y social de nuestros países.
Es un campo interdisciplinario que recoge aportaciones de
la filosofía, la historia, la sociología, le economía, la gestión pública, la
tecnología y la ciencia a favor de la sociedad.
Refirió que el capítulo mexicano tendrá peculiaridades;
por ejemplo, se bordará un nuevo tema, el de “La ciencia y la tecnología para
el desarrollo sustentable. Evaluación y preservación de ecosistemas”, además de
incorporar las videoconferencias.
Finalmente, León Olivé, miembro del Comité Académico de
la Cátedra, aseguró que la ciencia y la tecnología son mal comprendidas, por lo
que son urgentes más y mejores análisis de esos sistemas en las escalas global,
nacional y regional, y su relación con el resto de la sociedad, así como nuevas
formas de comunicación, más allá de la divulgación científica.
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Foto 01
La economía en Latinoamérica limita
el gasto en investigación y desarrollo, pero si no se hace un esfuerzo mayor
por invertir en ellos se corre el peligro de alejarse de los centros de
decisión mundiales, aseguró José Antonio López Cerezo, responsable de la
“Cátedra México. Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación”.
Foto 02
Ambrosio Velasco, director de la
FFL, afirmó que la “Cátedra México. Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación
(CTS+I)” inaugurada esta mañana en esa dependencia, representa un parteaguas en
el desarrollo de los estudios sobre ciencia y tecnología.
Foto 03
En el aula magna de la Facultad de
Filosofía y Letras se inauguró la “Cátedra México. Ciencia, Tecnología,
Sociedad e Innovación (CTS+I)”, organizada de manera conjunta por la
Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) para la Educación, la Ciencia y
la Cultura, y diversas instituciones de educación superior como la UNAM.